Un año fecundo en realizaciones
COMUNIDAD
Por Shai Agosin, Presidente de la Comunidad Judía de Chile
El mes de Elul nos llama a la reflexión. Qué hemos hecho y cómo lo hemos hecho, qué corregir y qué reorientar para enfrentar los desafíos que se nos vienen, y ser mejores seres humanos. En esta cuenta, previo al inicio de los Iamim Noraim, deseo expresar mis sentimientos acerca de la comunidad y de su quehacer, enfatizando mi personal satisfacción por los logros alcanzados, en unidad y compromiso.
Quienes la componen, sus instituciones, se muestran vigorosas y creativas, ofertando una parrilla extraordinaria de actividades en las áreas de la solidaridad, culto, cultura, deporte y recreación a las que acceden cada vez más familias judías que comparten su origen, tradición y destino común. Para afirmar esta aseveración, sólo basta observar el cúmulo de actividades que se publican en los medios de comunicación comunitarios. ¡Somos una comunidad viva y enriquecida de fortaleza!.
Mientras ello ocurre en nuestro interior, queremos confesar nuestro orgullo por el trabajo realizado en el campo de las relaciones externas, que exhibe contactos y reuniones con todos los poderes del Estado, en un esfuerzo de inserción a una a sociedad de la que somos parte. Hemos sido protagonistas, junto a otras instituciones, para que en Chile, tras años de tramitación legislativa, se instale finalmente una ley antidiscriminatoria, hemos sido perseverantes en la defensa de las minorías, agrupándolas y haciéndolas presente, hemos difundido nuestras tradiciones para que se nos conozca y respete llevando al espacio público gubernamental la rica tradición histórica de Janucá y nuestros sentimientos de adhesión y amor a Chile, nuestro país, a través de la Tefilá, en ocasión de las fiestas patrias. Pero no es todo. Hemos sido reconocidos por las autoridades por nuestro trabajo en favor de los más desposeídos a través de la entrega de implementos médicos y asistencia médico – asistencial, una acción de la cual nos sentimos regocijados por la posibilidad que se nos da de cooperar por el bienestar de nuestros hermanos y por el progreso de Chile, un país con el cual renovamos día a día el compromiso judío de seguir trabajando para su crecimiento en igualdad.
Israel, por cierto, también ha sido nuestro desvelo. Numerosas misiones de personalidades públicas y líderes de opinión, han sido parte de los viajes a la Mediná que, organizados por la Comunidad Judía, han facilitado la comprensión de la realidad de un país que avanza y progresa sostenidamente a pesar de estar en medio de la incertidumbre y la violencia.
Los contactos con nuestras organizaciones judías en el extranjero han sido relevantes. Nos ha permitido participar en la confección de la agenda judía internacional que busca luchar contra el antisemitismo, promover la tolerancia y el respeto por la diversidad, y defender la imagen de Israel reiteradamente manoseada en los medios de comunicación. En estos encuentros, en los que se ha admirado nuestro modelo de trabajo de representación, nos hemos reunido con personajes de primer orden como S.S. el Papa en Roma, el Primer Ministro Palestino en Ramallah, Premios Nobel, embajadores, congresistas y tantos otros, en un esfuerzo inédito de relacionamiento y conocimiento mutuo.
Ha sido intenso, al mismo tiempo, nuestro trabajo con el mundo de la academia y la cultura y, por cierto, con los medios de comunicación que han comprendido que la agenda judía chilena es fuente de noticia por su aporte y valores.
Sobre esta sólida plataforma de realizaciones, deberemos seguir construyendo nuestra identidad, sirviendo al país desde nuestra perspectiva valórica, fortaleciendo las excelentes relaciones con los poderes públicos y privados, y asumiendo el rol que nos corresponde en las relaciones Israel-diáspora.
Este es el feliz cuadro comunitario del 5772. Los invito a profundizarlo durante este nuevo año. Las puertas están abiertas para los que deseen participar en esta enriquecedora aventura judía.
Shaná Tová Umetucá.
