Declaración Nostra Aetate
COMUNIDAD

León Cohen Delpiano, Presidente Comunidad Judía de Chile
El 27 de octubre pasado, gracias a una invitación del Congreso Judío Mundial, tuve el privilegio de saludar al Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en el marco de la audiencia de ese día dedicada a la celebración de los 50 años de la Declaración Nostra Aetate. El Obispo de Roma se refirió con especial gratitud a Dios por la transformación que tuvo en estos 50 años la relación entre cristianos y judíos, lapso en el que la indiferencia y la oposición dejaron paso a la colaboración y a la benevolencia. «De enemigos y extraños nos hemos vuelto amigos y hermanos».
Esta celebración -nos parece- debería ser vista con gran interés en nuestro país. En primer lugar por los creyentes, porque nos permite entregar al mundo el mensaje que la diversidad en la fe es y debe ser un factor de unión y no de discordia. Cada cual busca lo mismo de acuerdo con sus tradiciones y creencias. En palabras del Papa, encontrar sentido a las grandes interrogantes de la existencia humana y generar un espacio para atender al desvalido. También debería ser motivo de interés para los no creyentes, porque es una señal clara que el reencuentro en el respeto y en el diálogo sí es posible, aunque hayan transcurrido milenios de desconfianza, recelo y discriminación.
Junto con sumarnos a esta celebración, valoramos la decisión del Papa Francisco de darle a ella un gran realce, así como sus declaraciones emitidas en este marco respecto de su condena tajante al antisemitismo moderno. Al mismo tiempo, hacemos votos por que como chilenos saquemos las lecciones correctas de lo negativo que puede ser la exclusión del otro, y por que se asiente cada vez más en nuestro país una cultura de diálogo, amistad cívica y respeto en la diversidad. (Carta publicada en El Mercurio 2 noviembre 2015)