Vaad Hajinuj busca respaldo para cambio de ubicación del Instituto Hebreo

Chile, Educación

En algunas semanas más se concretará una asamblea extraordinaria de socios del Vaad Hajinuj, con la finalidad de presentar y someter a votación el cambio de ubicación del Instituto Hebreo, desde sus actuales dependencias en Las Condes, a una nueva sede en un sector que ofrezca más espacio, seguridad y la posibilidad de generar unos 8 a 10 millones de dólares, para constituir un fondo de becas para la educación judía que apoye a la valiosa labor que realiza la Fundación Fobeju.

La información fue entregada por Alejandro Fosk, presidente del Vaad Hajinuj, quien explicó que el objetivo del Kinus es poder presentar una propuesta a la asamblea que está compuesta por todos los socios individuales, que son los apoderados, y los socios institucionales, que son las distintas comunidades que aportan tanto económica como culturalmente a la institución.

“Se trata de una propuesta acabada, de un sueño que queremos llevar adelante para convertir al Instituto Hebreo en el orgullo de nuestra Comunidad”.

-¿De dónde surge este sueño?

-De hecho hace algunos años atrás La Palabra Israelita me consultó si era cierto que la sede del colegio se vendía. Y en ese momento lo desmentí, porque no era una realidad. Nosotros llegamos al directorio del Vaad hace ocho años, sin ningún conocimiento de lo que era el funcionamiento colegio. Entonces, lo primero que hicimos fue una encuesta a los apoderados y sacamos conclusiones importantes: enfocarnos en la educación, en recuperar alumnos, fortalecer el financiamiento, y conformar un sólido equipo de gestión. Y esto fue lo que hicimos…. Y en lo académico, poco a poco hemos ido logrando mejores resultados y estamos muy contentos con lo que hemos logrado, pero eso partió hace cinco años atrás.

“Luego hicimos una segunda encuesta, para ver cómo variaron las cosas respecto de la anterior. Los resultados nos ratificaron algunos elementos muy valiosos: que tanto el equipo directivo como el Directorio están validados en la institución, pero también surgieron una serie de indicios nuevos, que nos llevaron a pensar en el cambio de sede”, indicó.

 

Las razones

Según explicó Fosk, un primer objetivo para buscar otra sede es preservar y fortalecer el proyecto inclusivo-académico que tiene el colegio. “Para nosotros es fundamental que todos los niños judíos puedan estudiar en nuestro colegio y que no queden al margen por temas económicos o de capacidad física para recibirlos. Entonces, en la medida que aumentamos la excelencia académica, tenemos que trabajar en sacar el máximo potencial de cada alumno, y eso involucra un inversión en programas académicos,

sicopedagogas, tecnología, etc., para que todos estén preparados para rendir bien. Sabemos que hay apoderados que demandan mayor excelencia académica. Pero también sabemos que hay muchas familias que no lo pasan bien porque sus hijos tienen dificultades para responder a la exigencia que ha aumentado, y el colegio necesita fortalecer los equipos, procedimientos y metodologías para ayudar seriamente de cada uno de los alumnos”.

Un segundo tema es la situación económica de la comunidad en general y en particular del colegio, que tiene un perfil muy especial, pues entre un 20% y 30% de los apoderados recibe algún porcentaje de beca, y eso debe mantenerse. “Estamos preocupados porque con el paso del tiempo nuestra comunidad ha ido cambiando, hoy la mayoría de las familias son de profesionales, para quienes no es fácil mantener una casa, pagar colegios, etc. El desafío futuro en este sentido es grande, sobre todo porque somos una generación distinta a la de nuestros padres y abuelos, donde había más compromiso y la gente trabajaba por la comunidad y donaba a la comunidad”.

El tercer tema tiene que ver con el crecimiento del número de alumnos, porque el colegio ha seguido creciendo. “Hoy estamos topados en el tamaño del Gan, por disposiciones municipales, y eso es complejo, porque ahí está la base de nuestros futuros alumnos”.

El cuarto asunto tiene que ver con la infraestructura, un tema que no surgió en la primera encuesta, pero que ahora, en la segunda encuesta, ya comenzó a aparecer como una de las preocupaciones. “Esto motivado tal vez porque otras preocupaciones más urgentes ya fueron superadas, por lo que han hecho otros colegios e incluso por las necesidades derivadas de los procesos educativos”.

Y finalmente está el tema de la seguridad, producto del proyecto inmobiliario levantado junto al colegio, que contempla tres edificios de 15 pisos. “En cierta forma esto acelera la idea de llevar adelante este proyecto”.

Juntando todo lo anterior, el Vaad se hizo la convicción de que era el momento de pensar seriamente en mudarse, y entonces surgió la pregunta del financiamiento. Según indicó Fosk, afortunadamente el terreno actual del colegio es muy valioso, gracias a la visión que tuvieron las personas que lo escogieron en su momento.

“Esto nos permite avanzar en el proyecto, cumplir un sueño y como queremos apuntar a la continuidad, al largo plazo, esperamos que la operación nos permita quedarnos con un monto importante, para constituir un fondo de becas y asegurar la continuidad de la educación judía. Se trata de formar un endowment, que es muy habitual en EEUU. Esperamos partir con unos 8 a 10 millones de dólares y que luego Fobeju siga trabajando para hacerlo crecer”.

 

El camino recorrido

El objetivo en este momento del Vaad es preparar la información para presentar en este Kinus extraordinario. “Esta decisión tendría que ser aprobada por un 67% del universo electoral, que conformar en un 50% todos los apoderados del colegio, y en otro 50% las instituciones que apoyan económicamente o culturalmente al colegio. Es un quórum alto, que asegura legitimidad a la decisión”.

Para garantizar el proceso ya se constituyó un comité electoral, formado por tres delegados de la comunidad judía, que ya fueron nominados: Tomás Gundelman (ex presidente del Vaad), Daniel Contreras (miembro de la CJCh) y León Cohen (presidente de la CJCh). Otro delegado fue nombrado por el Centro de Padres, recayendo en Rony Zymerman (abogado y activo dirigente), y el último delegado es nombrado por el mismo Vaad, que escogió a Alberto Kirberg, ex presidente del Vaad, quien tuvo la posibilidad de participar en el proceso de cambio desde Macul a Las Condes.

Adicionalmente, se ha definido un proceso transparente de información. “Primero estamos comunicándonos con todos los apoderados. Citamos al Centro de Padres y delegados, también establecimos un día a la semana para que los apoderados concurran a informarse y hacer preguntas. Vamos a informar a través de los medios comunitarios, correo electrónico, plataformas digitales, etc. El objetivo final es que nadie llegue al Kinus desinformado. Pueden votar a favor o en contra, pero no votar por desconocimiento o hablar sobre algo sin bases.

 

Factores de análisis

El presidente del Vaad explicó que para afinar el proyecto se está trabajando en paralelo en varios temas.

Lo primero es la elección del terreno. Se encargó un estudio a una empresa externa, explicándole que el terreno tenía que ser relativamente cercano al actual, a un precio significativamente menor y con la posibilidad de que otras instituciones comunitarias se pudieran sumar, en el caso que le interesara.

“La conclusión de este estudio es que había terrenos disponibles sobre la cota mil, donde solo se puede construir infraestructura de educación, deportes, arte, etc. Nos presentaron doce terrenos, de los cuales hay algunos que estamos analizando, entre ellos uno en Los Bravos, cerca del

Craighouse, también un terreno en Los Litres, otro al final de La Dehesa, cerca de los Domos y el Club Ecuestre, y también un terreno en San Carlos de Apoquindo. “En paralelo, analizamos opciones como irnos al recinto del Estadio Israelita, pero no dio la factibilidad. Lo mismo nos sucedió con el Club de Golf, que por temas viales resulta casi imposible”.

El segundo tema es el proyecto de arquitectura, para lo cual se contrató un estudio en EEUU, que tiene mucha experiencia en temas de educación. Porque en Chile hay poca experiencia, se construyen muy pocos colegios al año”. Queremos que alguien nos traiga soluciones eficientes en costos y sustentables”

El tercer tema es el financiero, ya que el objetivo es validar una ecuación muy exacta, que implique maximizar el valor del terreno actual, definir el costo de compra de un terreno apropiado y luego definir los costos del proceso de construcción en todas sus etapas, desde los movimientos de tierra hasta los permisos, y naturalmente la fórmula de financiamiento, para lo cual nos asesora una institución que ya tuvo una experiencia idéntica en el pasado. “En este punto también estamos analizando lo del endowment, porque no podemos permitir que este activo quede al arbitrio de cualquier decisión futura, porque será muy importante no salirse del uso definido, que es aprovechar los intereses para becas y otros temas de educación”.

Adicionalmente, el Vaad está armando la operación del nuevo colegio, “porque no podemos quedarnos con un elefante blanco que no podamos manejar”.

 

Interrogantes

-Alejandro, pese al objetivo declarado de mantener la inclusión, pareciera que un colegio más lejano y de alto estándares en infraestructura podría atentar contra ese principio…

-Este tema está considerando en el proyecto, en lo que respecta a la operación, disponiendo de transporte de acercamiento a las personas que por distintos motivos tengan dificultades para llegar al nuevo lugar.

En el cambio pasado (Macul a Las Condes) tuvimos buses de acercamiento, que duraron cerca de tres años, hasta que ya no hubo demanda. Por otro lado, si no hacemos algo ahora, nuestro colegio va a ser más elitista en la actual ubicación, porque si no logramos constituir un fondo para financiar las becas a largo plazo, vamos a tener que aumentar la colegiatura, y lo que nosotros queremos es seguir siendo un colegio abierto a toda la comunidad. Por eso, en el nuevo colegio no podemos subir la colegiatura ni tampoco cobrar un bono de construcción, y debemos preocuparnos de tener una operación acorde a nuestras posibilidades. Que va a quedar más lejos, sí, pero eso no significa que será elitista.

-¿Y existe interés del EIM, por sumarse a este proyecto?

-Esa idea la vemos con muy buenos ojos, sería un lindo mensaje comunitario. Pero el que se realice o no depende en realidad de la directiva del estadio, porque ellos tienen que tomar sus propias decisiones estratégicas. En todo caso, nuestro proyecto no está supeditado a que se sume el estadio u otra institución.

-¿De qué plazos estamos hablando?

-Si logramos el apoyo en el Kinus, al menos va a pasar un año o dos hasta que compramos el terreno y hagamos todos los estudios. Y luego tres años para construir. O sea que hablamos de cuatro a cinco años más. Obviamente habrá un equipo dedicado solo a este proyecto, porque el colegio tiene que seguir funcionando y mejorando, y el equipo de gestión actual tiene esta tarea tan relevante.

 

Fuente: La Palabra Israelita

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