Tal vez no te diste cuenta

ANÁLISIS / OPINIÓN

Por Eduardo Waingortin

A ti que vas en el Metro, tal vez no te enteraste que hay gente distinta a tu lado. Cada uno con sus particularidades, con sus sueños, con sus familias y con sus grupos de amigos. Y todos juntos, no solamente comparten el viaje en Metro, sino que comparten un sueño común de un país amplio, acogedor y que les abra los brazos.

En este vagón del Metro puede que haya blancos, negros, católicos, evangélicos, judíos, laicos, heterosexuales, homosexuales y demás. Y esa diversidad e inclusión que hemos ganado en Chile nos enriquece profundamente, donde cada uno de esos grupos entrega su aporte a un colorido cuadro que hace que Chile se vea mejor.

Y dentro de estos grupos, están los judíos chilenos, que llegaron con los españoles en el 1500, pero que, como otros grupos evangélicos y nativos, no pudieron ejercer su religión en forma libre, hasta bien entrado el siglo IXX. Y ahora, en el mes de la Patria, este grupo de judíos también celebra 110 años desde sus primeras casas de culto.

Es un momento para celebrar la diversidad, para resaltar el valor de la inmigración y para hacer que lo diferente no nos asuste, sino que nos atraiga y nos llene de una sensación de hospitalidad e inclusión.

Este núcleo humano entregó aportes sustanciales en lo social, cultural, deportivo y demás aspectos de la vida.

Y en este mes de la Patria, donde recordamos las semillas plantadas por los héroes de nuestra nación, quienes declararon la independencia, debemos sumar todas las semillas de todos los inmigrantes que, sin distinción, plantaron en tierra fértil y lograron de estas tierras, junto a los nativos, forjar el Chile de hoy.

A ti que vas en el Metro, mira a tu alrededor y enriquécete de ver rostros diferentes, porque en todos ellos podrás reconocer el rostro de tu hermano chileno que sueña como tú con un Chile mejor.

Un brindis por la patria, diversa, inclusiva y libre.

 

Fuente: Publimetro