Director del Instituto Hebreo: “Israel está apoyando la llegada de profesores de excelencia a Latinoamérica”

Chile, Educación

Sergio Herskovits, director del Instituto Hebreo “Dr. Chaim Weizmann” de Chile, dialogó con AJN sobre la situación de la educación en el país trasandino y en América Latina en general: “En las comunidades judías en Latinoamérica muchas veces hemos visto conflictos o dicotomías inexistentes, por ejemplo, entre el inglés y el hebreo”.

¿Cómo terminaron el año en el Instituto Hebreo?

En Chile existe una prueba nacional que rankea a los colegios de acuerdo a los resultados de esa prueba, que se toma (en lo que sería en la Argentina) el quinto año del secundario y que acá se llama cuarto medio. La prueba es de matemática y lenguaje y la tienen todos los chicos del país, cerca de 250 mil chicos de esa edad. Nuestro colegio obtuvo el mejor resultado de los últimos 40 años y quedamos entre los diez mejores colegios de Chile. Eso es muy importante porque, a diferencia de otros colegios, el Instituto Hebreo recibe a chicos con necesidades educativas especiales. Los otros colegio que están entre los 30 primeros son colegios en los que a los chicos que más les cuesta se van unos tres o cuatro años antes de la prueba. Entonces, el mérito que tienen nuestros profesores es que trabajan con chicos con necesidades educativas especiales también. Eso es muy consistente con la tradición judía de que todos tienen el derecho de aprender, a pesar de los desafíos cognitivos o emocionales que puedan tener.

¿Cómo es la escolaridad judía en Chile? ¿Cuántos chicos reciben educación judía?

En Chile hay tres colegios judíos, uno en Viña del Mar y dos en Santiago. Uno es el Maimónides, que es un colegio ultra ortodoxo con un poco menos de 350 alumnos y el Instituto Hebreo que tiene 1450. Aproximadamente unos 500 chicos más van a colegios no judíos, en general privados y algunos públicos. Este es el mayor momento de escolarización de chicos en colegios judíos en la historia de la comunidad judía en Chile. En Santiago, particularmente, si se suma los 1450 de nuestro colegio y los 350 del otro, estamos cerca de los 1800 y por los registros que tenemos no existe momento en la historia que hayan habido tantos chicos en escuelas judías de Santiago de Chile.

Otro dato interesante es que el Instituto Hebreo creció en los últimos seis años de 1224 a 1450 alumnos.

Seguramente el resultado del examen les traerá mayor crecimiento…

El ranking es muy importante porque hace la suerte de examen de ingreso a la universidad y permite que los chicos puedan elegir carrera y universidad, que es muy importante para el desarrollo profesional. Estudiar en las universidades más prestigiosas te da un ingreso al mundo del trabajo mucho más potente y por eso es importante, pero lo más importante es que nosotros abordamos y apuntamos a una formación integral de los chicos. Nosotros tenemos un programa, por ejemplo, de estudios judaicos que para el mundo no ortodoxo latinoamericano es de lo más avanzado que hay en el continente. La parte judaica para nosotros es fundamental. Nuestros chicos terminan el colegio habiendo leído los autores judíos más relevantes y a las fuentes judías, la mayoría de los alumnos, en su idioma original. Estudian Talmud, Tanaj (Biblia hebrea), filósofos judíos y literatura judía en español con un nivel de profundidad como en la época de oro de la educación judía en la Argentina. Al mismo tiempo, los chicos también, desde una perspectiva liberal y pluralista, tienen un acercamiento a las prácticas tradicionales judías. Un chico termina el colegio y podría participar de cualquier circunstancia o festividad judía del año o del ciclo de vida judía alfabetizado. Y de nuevo lo repito, desde una perspectiva liberal, no estamos hablando de una perspectiva radical y ortodoxa.

¿Hay dificultad allí en Chile por la falta de Morim (maestros)?

Definitivamente sí, pero es un hecho de la causa y tenemos que ver cómo trabajamos con eso. Hay proyectos interesantes de financiamiento desde Israel que quisiera compartir con mis colegas directores en Latinoamérica. Israel se está sensibilizando y está apoyando la llegada de profesores de excelencia a Latinoamérica, apoyando económicamente. Esto nos va a ayudar mucho. Al estilo que lo hace Francia, Italia, Alemania con los colegios de sus colectividades en distintos países del mundo.

Respecto al idioma hebreo, hay un tema muy importante: a nosotros nos ha dado mucho resultado dejar de enseñar hebreo como una lengua para hablar hebreo en la calle en Israel, por ejemplo, para comprar un helado, y dedicarnos a estudiar fuentes, desde una perspectiva liberal en su idioma original. A los chicos los apasiona y se generan debates con los alumnos muy buenos. Hay un camino que a nosotros nos entusiasma muchísimo.

¿Qué análisis tiene sobre las dificultades y los logros de la educación judía en la diáspora, sobre todo en Latinoamérica?

Yo creo que en las comunidades judías en Latinoamérica muchas veces hemos visto conflictos o dicotomías inexistentes. Por ejemplo, el inglés versus el hebreo, donde en realidad la fórmula tiene que ser inglés + tradición judía + sionismo + judaísmo + formación en valores + educación general de excelencia = Formación integral de nuestros alumnos. No hay que plantear peleas entre distintas áreas o contenidos. Humildemente creo que nosotros lo estamos abordando de ese modo, nuestros chicos tienen que terminar siendo integrales y salir de esa dicotomía. Las familias tienen que asumir que la educación requiere un esfuerzo por parte de los chicos. Hay que estudiar, esforzarse, porque después la vida es así, a nadie le resulta la vida sencilla. Para generar sustento hay que trabajar duro. Con mucho cariño, apoyo y contención les tenemos que enseñar a los chicos a estudiar en serio y apoyarlos para que eso ocurra. Ellos pueden, tenemos que respetar la inteligencia de nuestros alumnos.

 

Fuente: Itongadol/AJN (Buenos Aires)

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