El Gabinete de Israel retira los detectores de metal y cámaras del acceso al Monte del Templo ; se resolvió reemplazarlos por otra tecnología avanzadas

COMUNIDAD, Israel

(Foto: Musulmanes rezando en la entrada al Monte del Templo Foto: Nir Hasson Wikimedia CC BY-SA 4.0)

Israel comenzó a desmantelar los detectores de metal instalados en los accesos al Monte del Templo, tras la reunión del Gabinete de Seguridad que resolvió reemplazarlos por otras tecnologías avanzadas, siguiendo “las recomendaciones de todos los organismos de seguridad”, según subraya la Oficina del Primer Ministro.

Se estima que los nuevos equipos “inteligentes” de monitoreo serán instalados en un lapso de seis meses, y para ello se ha destinado una partida presupuestaria de 100 millones de shekels.

Hasta que los nuevos equipos sean instalados; la policía reforzará significativamente sus efectivos para garantizar la seguridad en el área.

Antes de la reunión, una de las soluciones posibles que se barajaban para reemplazar los detectores de metal era la instalación de cámaras avanzadas de alta resolución que incluyen sistemas termales y pueden detectar armas y explosivos escondidos, como así también sistemas sofisticados de identificación facial.

Los detalles filtrados de la reunión del Gabinete revelan que además de los detectores de metal serán removidas las cámaras de vigilancia instaladas en la entrada del Monte del Templo, volviendo de hecho al sitio al estado que se encontraba antes del ataque terrorista, del 14 de julio, en el que dos policías israelíes fueron asesinados.

Los feligreses musulmanes que arribaron al Monte del Templo indicaron que no están dispuestos a ingresar al recinto hasta que las cámaras instaladas junto con los detectores de metal sean removidas. También dijeron que están dispuestos a continuar con las protestas.

Mientras tanto, al cierre de esta edición, los funcionarios del Waqf (el fideicomiso islámico encargado de administrar el recinto) espera reunirse para discutir los nuevos desarrollos. Los feligreses esperan las instrucciones del Waqf.

La decisión de quitar los detectores de metal se produce tras un período de intensa escalada de tensión. Todo comenzó con el ataque perpetrado por tres terroristas árabes israelíes, el 14 de julio pasado, en el que fueron asesinados dos policías israelíes de la minoría drusa, que cuidaban el acceso al sitio sagrado. Seguidamente, para reforzar la seguridad del área, las autoridades israelíes resolvieron erigir detectores de metal, una decisión que fue recibida con disturbios y enfrentamientos por parte de los árabes musulmanes en Israel y el exterior.

La crisis alcanzó su pico cuando un guardia de la Embajada israelí en Ammán dio muerte, en defensa propia, a dos jordanos, tras ser atacado por uno de ellos con un destornillador. El atacante logró apuñalar al guardia dos veces, en el hombro y en el pecho, antes de ser abatido a balazos. El segundo jordano murió tras ser alcanzado por una bala perdida durante el enfrentamiento.

A raíz de la escalada, el enviado del presidente norteamericano, Jason Greenblatt, fue despachado a la región para tratar de ayuda a resolver la crisis.

Greenblatt se reunió con el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y luego viajó a Jordania para completar los detalles de un plan según el cual los detectores de metal serían sacados de los accesos al Monte del Templo y el guardia de la Embajada israelí regresaría al país.

El diputado Bezalel Smotrich, del partido religioso nacional Habait Haiehudí), aseveró que la decisión constituye “una capitulación y rendición al terrorismo. La dirigencia se doblegó y le dio una victoria al terrorismo y la violencia”.

“El liderazgo se prueba por la capacidad de tomar buenas decisiones y de largo plazo, incluso si no son populares en el futuro inmediato. Ahora los árabes entendieron que la masacre de una familia judía valió la pena y nos doblegaría. Los ministros Bennett, Shaked y Elkin prefirieron el interés de la seguridad sobre el populismo y votaron en contra de la capitulación”.

Por su parte, el diputado Masud Ghnaim, de la Lista [Árabe] Conjunta expresó que la eliminación de los detectores de metal es “una victoria para la lucha y las manifestaciones del pueblo palestino, y una victoria para la firmeza del liderazgo religioso, el Waqf y para la dirección política en Jerusalén en particular”.

El diputado Jamal Zahalka, de la Lista [Árabe] Conjunta también saludó la eliminación de los detectores de metal y pidió el regreso del control de los accesos al Monte del Templo al Waqf musulmán sin medidas de seguridad electrónicas. “Al Aqsa y Jerusalén oriental son territorio ocupado y lo que se aplica allí es el derecho internacional y no el derecho israelí”, expresó.

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