Presidenta Bachelet: De la proeza de los Macabeos podemos extraer grandes enseñanzas (Discurso de Jánuca en La Moneda)

Chile, COMUNIDAD

Ofrecemos a continuación la versión completa del discurso de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet durante la ceremonia de Januca en La Moneda:

 

 

Amigas y amigos:

Es  un honor para mí recibirlos -como es ya costumbre, y espero que esta costumbre prosiga por mucho, mucho tiempo- aquí en el Palacio de La Moneda, en ésta que es la casa de todos y que debe estar siempre abierta al diálogo respetuoso y fraterno, para celebrar Janucá, la fiesta judía de las luces,  la esperanza y la alegría.

Y como sabemos y hemos escuchado, hoy día el pueblo judío recuerda un hecho histórico: la culminación, hace 22 siglos, de una exitosa lucha contra la opresión y a favor de la libertad cultural y religiosa.

Una lucha heroica y un triunfo -el de los Macabeos- que parecía imposible, pero que se pudo concretar gracias a la convicción, la perseverancia y solidaridad de un pueblo que ha debido poner a prueba

De aquella proeza podemos extraer grandes enseñanzas, válidas en todo tiempo y lugar. Entre ellas, que no debemos ceder ante la adversidad, que debemos luchar por lo que creemos y, especialmente, por defender cosas tan importantes, como el derecho a vivir en paz, en un marco de respeto, valoración de las diferencias y plenas libertades.

Y esas son enseñanzas que perduran, que nos inspiran y que deben impulsarnos a seguir trabajando unidos en la construcción de ese Chile mejor que tanto anhelamos; un Chile desarrollado en términos económicos y humanos, más justo, equitativo y fraterno.

Sabemos muy bien que los desafíos que enfrentamos en la actualidad son distintos a los que debieron superar los Macabeos, hace más de 2 mil años.

Hace casi tres décadas nos libramos de la opresión de la dictadura, y desde entonces hemos logrado, con gran esfuerzo, ir profundizando nuestra democracia, consolidando el Estado de derecho y ampliando el marco de derechos individuales y sociales que posibilitan el ejercicio de una igual libertad para todos.

Pero éstos son adelantos que no podemos dar por inamovibles, sino que debemos cuidarlos día a día. Porque la historia también nos ha enseñado que es posible perder el rumbo y retroceder en derechos, en libertades, en tolerancia y convivencia pacífica.

Y en el mundo hemos visto eso muchas veces, y un ejemplo claro -y extremo- es el surgimiento del nazismo, con su estela de muerte, destrucción y dolor, que ustedes conocen tan de cerca.

Hoy  vemos  con  preocupación  la  emergencia,  en distintas latitudes -incluso en países que consideramos civilizados-, de discursos intolerantes, racistas y discriminatorios.

Como nos advierte Kazuo Ishiguro, en su discurso de aceptación del Nobel de Literatura: “El racismo, en sus formas tradicionales y en sus versiones modernizadas y maquilladas, vuelve a ir en aumento, revolviéndose bajo nuestras civilizadas calles como un monstruo que despierta”.

Frente a ese peligro tenemos –sobre todo quienes ocupamos posiciones de liderazgo, y especialmente en épocas como ésta– la responsabilidad de cuidar nuestra convivencia, de cuidar lo que decimos y hacemos, y de seguir impulsando un desarrollo inclusivo, que no deje a nadie fuera.

Creo que esta nueva celebración de Janucá es un momento propicio para renovar nuestro compromiso con los valores que hacen posible la vida en común, y con el respeto irrestricto de los derechos humanos fundamentales que todos poseemos, independientemente de nuestra identidad, pertenencia cultural o religiosa, procedencia o condición social.

En el contexto en que nos encontramos, con una elección que empieza casi en menos de 48 horas, debemos hacer un esfuerzo por iluminar y mejorar la relación pública, por reforzar el diálogo y el respeto mutuo y por abrir espacios de encuentro que nos permitan conocernos y valorar la diversidad. Debemos construir puentes, no murallas, ni de concreto ni de prejuicios.

Y en este sentido, el aporte de la Comunidad Judía de Chile ha sido y es –sin duda– muy importante, porque en la tarea de promover el diálogo, la coexistencia y de hacer del nuestro un país mejor –más justo e inclusivo– la Comunidad, en sus 111 años de existencia organizada, ha cumplido y seguirá cumpliendo ese rol fundamental.

Amigos y amigas:

Espero que la Januquiá que hemos encendido ilumine el presente y el futuro de Chile, y que la conmemoración de la hazaña de los Macabeos nos recuerde que hasta los objetivos más difíciles son realizables, si hay esperanza, si hay determinación, si hay unión.

Empapémonos de ese espíritu, seamos optimistas y valoremos lo que hemos logrado, y también las posibilidades que se nos abren si somos capaces de dialogar respetando las legítimas diferencias que siempre van a existir en sociedades diversas como la nuestra.

Los invito, entonces, a seguir por esta senda, trabajando juntos en la construcción de un país mejor para todos y todas. Les deseo a todos feliz Janucá.

¡Januca Sameaj!

Muchas gracias.

 

 

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