Año nuevo judío

COMUNIDAD

Rafael Eldad, embajador de Israel

Septiembre es por lejos el mes más claramente identificado con la chilenidad. Sin embargo, para un grupo de israelíes que vivimos en Chile, y para la numerosa comunidad de chilenos judíos, septiembre es adicionalmente el mes en que se celebra Rosh Hashaná, el año nuevo del calendario judío.

Según la tradición judía, en Rosh Hashaná se conmemora la creación del mundo, y por eso corresponde una renovación del calendario, pasando en este caso del año 5775 al 5776.

Esta celebración tiene su origen en Levítico 23, versículos 23 al 25, donde se indica “una conmemoración al son del shofar (cuerno de carnero), una santa convocación”.

Si bien este año la festividad se celebra el 14 y 15 de septiembre, por sus características espirituales -que enfatizan un proceso de evolución interna del ser humano- requiere una preparación previa y además tiene efectos que perduran algún tiempo.

El eje central del Año Nuevo Judío es la reflexión y la introspección. Cada individuo debe evaluar su comportamiento del año que se termina, tanto respecto de Dios como respecto de su prójimo, con miras a rectificar sus errores y ser mejor persona durante el año que se inicia, en sus ámbitos familiar, social, laboral, cívico, etc.

El proceso, sin embargo, no es automático, no se inicia y resuelve en un par de días. De hecho, el último mes del calendario judío, el mes de Elul, está destinado especialmente a reflexionar sobre la posición del ser humano en su entorno y a pedir disculpas por fallos u omisiones, a través de oraciones especiales. Y en forma posterior al día de Rosh Hashaná, se inician diez días de reflexión, los Aseret Yemei Teshuvá, que culminan con el Día del Perdón, el Iom Kipur.

Estos diez días de reflexión son como un verdadero juicio, en el cual Dios analiza las obras de cada individuo, evalúa su capacidad de arrepentimiento y reparación, y decide si será o no incorporado al Libro de la Vida el año que viene.

En cuanto a las tradiciones del rito sinagogal, en estas fechas se acostumbra a pronunciar oraciones especiales de arrepentimiento y a hacer sonar el shofar (cuerno de carnero), para que toda la congregación escuche este llamado con espíritu bíblico. En la casa, en tanto, abundan las cenas festivas y la dulce tradición de una bendición por la paz mientras se degusta manzana untada en miel.

En Israel, si bien el calendario judío convive con el calendario gregoriano, el día de Rosh Hashaná marca un inicio en elementos simbólicos, como la correspondencia gubernamental y los folios de los periódicos.

Siendo minoría en muchos países del mundo, los judíos han logrado mantener sus tradiciones pese a que disfrutan también de las costumbres locales. Por eso, en un mundo cada vez más abierto a la diversidad cultural, resulta conveniente compartir con todos el espíritu positivo del Año Nuevo Judío, mientras disfrutamos también de lo mejor de la chilenidad de septiembre y nos preparamos para las fiestas que con tanta emoción se celebrarán en Chile a fin de año. ( La Tercera )

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