Parashat Matot Masei
COMUNIDAD

( sábado 21 de julio )
El 18 de Julio es una fecha que los judíos llevamos tristemente grabada en nuestra memoria. Esta semana se conmemoraron 18 años del atentado a la Amia, un atentado que continua impune y esperando justicia. Una justicia que tarda en llegar y que desangra las heridas de los familiares y amigos de las 85 victimas que fueron asesinadas en aquel fatídico día. Yo estuve ahí. Llegué pocos minutos después del atentado, conmocionado por la noticia y dispuesto a entregar toda la ayuda necesaria. Recuerdo que aun resonaban las sirenas de las ambulancias, se veían las cenizas de los edificios derrumbados y se escuchaban los gritos de los familiares desesperados que rápidamente llegaron al lugar. Como joven seminarista, se me pidió asistir espiritualmente a las familias de las victimas entregándoles contención y afecto en aquel momento. Recuerdo a todos los familiares reunidos en la sede de calle Ayacucho esperando por alguna noticia de sus seres queridos. Especialmente recuerdo la espera junto a la familia Kreiman, esperando noticias de Susy z”l, noticias que llegaron días después informándonos de su partida. Durante esos días rezamos, lloramos y nos emocionamos a cada segundo. Se percibía una mezcla de sensaciones: confusión, esperanza, tristeza. Un momento que me marcó profundamente y que hasta el día de hoy perdura indisoluble en mi memoria.
En la tradición judía el valor de la justicia es central. La Tora nos enseña en el libro de Devarim que debemos perseguir la justicia para poder vivir (Devarim 16:20). 85 vidas no volverán a vivir aunque se haga justicia. 85 personas que estaban ese día a las 9:53 de la mañana en la sede de la Amia nunca más regresaran. Quizás a esta altura la justicia solo pueda permitir vivir con una gota más de tranquilidad a los familiares y amigos de las victimas que lloran día a día a los que partieron. Desde este lado de la cordillera rezamos para que llegue prontamente la justicia, que las victimas puedan descansar en paz y sus familiares puedan saber quien les arrebató esa fatídica mañana a sus seres queridos.
Shabat Shalom!
Rabino Marcelo Kormis.
Fuente: La Palabra Israelita
Ilustración: chabad.org