Parashat Toldot

COMUNIDAD

( sábado 26 de noviembre )

El respeto a los mayores

En el Sefer Hadorot se cuenta que en cierta ocasión Rabi Ioshua ben Elam, uno de los más piadosos y eruditos maestros de su época, soñó que le decían desde los Cielos: «Alégrate en tu corazón pues estarás con Nanás el carnicero. Su sitio y tu sitio están ya fijados en el Gan Eden (Paraíso) y parecen como un solo lugar». Cuando despertó de su sueño, Rabi Ioshua se dijo desde lo profundo de su corazón: «Ay de mi, que desde que nací estuve siempre temeroso de mi Creador y no me ocupé de otra cosa más que de Tora, y he aquí que mi esfuerzo es comparado con el del carnicero!». Envió un recado a sus discípulos diciéndoles que iría a averiguar quién era ese hombre y cuáles eran sus obras. Salió prontamente a los caminos hasta que arribó al lugar indicado. A su llegada, preguntó de inmediato:
-Dónde está Nanás el carnicero? -Por qué preguntas por él? -le respondieron. -Tu eres un piadoso, un sabio y estás buscando a un hombre tan simple como él?

-Cuáles son sus obras? -preguntó a ellos. -No preguntes más y conócelo tu mismo -le contestaron ellos.

Se dirigió Rabi Ioshua a su encuentro y Nanás al verlo, se inclinó diciendo:
-Qué sucede en este día de días que la corona de Israel se presenta ante su siervo?
-Algo tengo que hablar contigo, hijo mio -le contesto el Rab.
-Diga Ud. Rab -dijo Nanas.
-Cuales son tus obras y cual tu ocupación? -preguntó Rabi Ioshua.
-Mi señor, -replico él-, carnicero de profesión soy y tengo un padre y una madre muy, muy ancianos que no pueden pararse sobre sus pies. Todos los días con mis propias manos me ocupo yo de vestirlos, alimentarlos y asearlos. Enseguida se levantó Rabi Ioshua y besando a Nanás en la cabeza afirmó:
-Hijo mio, afortunado eres tu y bienaventurado es tu destino! Que venturoso es mi destino por tener el merito de ser tu compañero en el Gan Eden!

La honra a los ancianos y especialmente al padre y a la madre son centrales en la tradición judía. Justamente en el quinto mandamiento se nos ordena honrarlos y respetarlos. En la parasha de esta semana vemos también una acción parecida por parte de Esav. Cuando su madre pone sobre su hermano Iaakov las vestiduras para presentarse ante su padre Itzjak, nos cuenta la Tora que: “tomo Rivká las vestimentas de Esav su hijo el mayor, las preciadas que habían en la casa e hizo vestir a Iaakov su hijo el menor” (Bereshit 27:15). De acuerdo a Rashbam estas preciadas ropas eran las que usaba Esav para servir a su padre y por eso se encontraban en el hogar paterno.

La Tora a través de este detalle nos muestra lo importante que es servir con amor y respeto a nuestros ancianos, darles el honor que merecen y servirlos no solo con nuestras mejores ropas, sino con nuestra mejor sonrisa y nuestro más profundo cariño.

 

Shabat Shalom!

Rabino Marcelo Kormis.

( Fuente: La Palabra Israelita )

 

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