La ONU declaró a Palestina estado observador

Medio Oriente

Sesenta y cinco años después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas votara la partición del Mandato Británico en Palestina – una medida que los árabes rechazaron y los judíos aceptaron –, el mismo organismo resolvió por abrumadora mayoría conceder a la delegación palestina el estatus de país observador no miembro.

La Asamblea General aprobó, por 138 votos, 41 abstenciones y 9 en contra, adjudicar a la Autoridad Palestina el estatus de estado observador no  miembro de la ONU, lo que le abre la puerta para ingresar en otros organismos internacionales tales como la Corte Penal Internacional, desde los que podría continuar con la batalla diplomática y jurídica contra Israel.

Se opusieron a la moción palestina Israel, Estados Unidos, Panamá, Palau, Canadá, las Islas Marshall, Nauru, la República Checa y Micronesia.

Los 41 países que se abstuvieron fueron Albania, Albania, Andorra, Australia, Bahamas, Barbados, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Camerún, Colombia, Croacia, la República Democrática de Congo, Estonia, las islas Fiji, Alemania, Guatemala, Haití, Hungría, Letonia, Lituania, Malawi, Mónaco, Mongolia, Montenegro, Holanda, Papua Nueva Guinea, Paraguay, Polonia, Corea del Sur, Moldova, Rumania, Ruanda, Samoa, San Marino, Singapur, Eslovaquia, Eslovenia, Macedonia, Togo, Tonga, Gran Bretaña y Vanuatu.

Netanyahu: «No habrá tercer frente iraní en Cisjordania»

Escrito por Mariana Sued

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, afirmó tras la votación en la Asamblea General de la ONU a favor de la elevación del estatus de Palestina en la organización de entidad observadora a Estado observador no miembro que lo que se conseguió es «una resolución que no tiene significado», al tiempo resaltó que «no cambiará nada sobre el terreno, ya que no se creará un Estado palestino sin un acuerdo que garantice la seguridad de los ciudadanos israelíes».

«No permitiré que la formación de un tercer frente iraní en nuestra frontera con Cisjordania», aseguró Netanyahu refiriéndose a la Franja de Gaza y Líbano.

A través de un comunicado emitido inmediatamente después de la votación, Netanyahu acusó a los palestinos de violar los acuerdos existentes con Israel al acudir a Naciones Unidas de forma unilateral.

«Israel actuará en consecuencia. El camino de paz entre Jerusalén y Ramallah es a través de las negociaciones directas sin condiciones previas, no las decisiones unilaterales en la ONU», agregó.

El primer ministro israelí utilizó un tono duro para responder al discurso no menos duro del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, al que acusó de utilizar «falsa propaganda» y de hacer comentarios «hostiles y venenosos».

«No son las palabras de un hombre que quiere la paz», lamentó el jefe de Gobierno israelí, que irá a elecciones en menos de dos meses tras las que, si se cumplen las encuestas, será confirmado en el cargo para otra legislatura.

Durante su discurso, Abbás defendió su iniciativa hasta el punto de que consideró que es «la última oportunidad» para lograr una solución de dos Estados en Oriente Medio.

En su discurso ante la Asamblea General, Abbás subrayó que «llegó el momento de que el mundo hable claro, toda vez que el tiempo y la paciencia se están agotando».

«Hoy confirmaremos a nuestro pueblo que no está solo», declaró, consciente de que su plan contaba con los votos suficientes para salir adelante y que obtendría el «certificado de nacimiento» que buscó para Palestina desde hace más de un año.

«El Gobierno de Israel no quiere paz», afirmó Abbás que volvió a reclamar un Estado palestino con las fronteras previas a 1967 y con Jerusalén Oriental como capital. «Hasta que Palestina cuente con su propio Estado, seguirá la resistencia pacífica, advirtió sin especificar.

«No importa cuántas manos se levanten contra Israel, porque no hay poder sobre la tierra que vaya a provocar que se ponga en compromiso la seguridad de Israel», acentuó el mandatario hebreo.

Netanyahu dejó entrever que su Gobierno responderá al reconocimiento de Palestina, aunque no especificó ninguna medida concreta.

Hasta el momento, la opción que fue  barajada es la congelación de la entrega de 200 millones de dólares recaudados en impuestos que Israel debe transferir a la Autoridad Palestina. ( Israel en línea ).

“Ninguna resolución romperá lazos de Israel con su tierra»

Escrito por Mariana Sued

El embajador de Israel ante la ONU, Ron Prosor, afirmó que «no hay resolución de la ONU que pueda echar quebrar los lazos del pueblo israelí con la Tierra de Israel», antes de la votación en la Asamblea General que reconoció a la Autoridad Palestina como Estado observador.

«Ninguna resolución de la ONU podrá echar por tierra los lazos del pueblo de Israel con la Tierra de Israel», afirmó el embajador Prosor ante el pleno de la Asamblea General para defender el voto en contra de una iniciativa que, según dijo, «aleja las posibilidades de paz».

El embajador israelí afirmó que «una vez más los palestinos toman la decisión equivocada» al pedir su reconocimiento como Estado en la Asamblea General y reiteró que la paz sólo se alcanzará a partir de «negociaciones directas entre Jerusalén y Ramallah y no a través de atajos o soluciones inmediatas».

«Con esta petición los líderes palestinos toman una vez más la decisión equivocada. Hace 65 años pudieron haber elegido vivir lado a lado con el Estado judío de Israel. Hace 65 años pudieron haber aceptado la solución de los dos Estados para dos pueblos. Lo rechazaron entonces y lo rechazan otra vez ahora», agregó.

Asimismo, reiteró que Israel está preparado para vivir en paz con un Estado palestino pero lamentó que los líderes palestinos no estén dispuestos a reconocer la existencia de un Estado judío, un principio que «no está recogido en la resolución» impulsada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, y que «ignora el derecho a la seguridad de los israelíes».

«Esta resolución no avanzará la paz y no cambiará la situación sobre el terreno porque la Autoridad Palestina no controla Gaza, el 40% del territorio que quiere controlar, y que hoy está en manos de Hamás, un grupo incluido en la lista de organizaciones terroristas», añadió el embajador.

Durante su intervención, que fue interrumpida en ocasiones por aplausos de los asistentes, el representante israelí recordó unas palabras del presidente estadounidense, Barack Obama, quien en 2010 aseguró que la paz en Oriente Medio «no puede imponerse desde el exterior».

«La paz solamente podrá alcanzarse por medio de negociaciones directas», indicó el embajador, quien reiteró que Israel está preparado para la paz porque, según dijo, es uno de los pilares de su sociedad, pero advirtió que el Estado judío «nunca dudará en defenderse» de los ataques contra su pueblo.

El representante israelí subrayó que su país dio muestras de querer buscar la paz mientras los palestinos la rechazan, y lamentó que «las naciones que apoyan la resolución que busca reconocer a Palestina como un Estado observador de la ONU están minando y dándole la espalda a la paz».

«Naciones Unidas fue fundada para avanzar hacia la causa de la paz. Pero los palestinos le están dando la espalda a la paz. No permitan que la historia recuerde este momento como el día en que la ONU ayudó a los palestinos en este disparate», concluyó el embajador. ( Israel en línea ).

“Estado no miembro”: Reacción de la Embajada de Israel

“El 27 de septiembre pasado, el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, anticipó ante la Asamblea General de la ONU su intención de formalizar la solicitud de integrarse a este organismo como estado observador no miembro, lo cual se vota hoy.

De antemano es menester subrayar que la actual resolución de la Asamblea General no confiere un estatuto de estado a los palestinos.

Los argumentos sobre la inconveniencia de un reconocimiento prematuro y al margen del bilateralismo de un Estado palestino son conocidos: dañaría las oportunidades de paz, llevaría a un incremento de las tensiones,  legitimaría la posición política del grupo terrorista Hamas en Gaza, violaría los marcos internacionales para la paz y generaría un peligroso precedente para otras regiones en conflicto.

Pero más allá de estos argumentos, durante los últimos días quedó de manifiesto que el estado palestino no puede ser reconocido simplemente porque no existe todavía. En efecto, durante una semana la mitad de la población palestina emprendió una guerra con misiles contra Israel sin que el Presidente del supuesto Estado palestino fuera consultado. Abbas tampoco participó de la negociación sobre el cese al fuego y se remitió a seguir los eventos como un mero observador.

Israel apoya la solución de dos estados independientes, uno judío y uno palestino, pero no se puede conseguir la paz sin el reconocimiento mutuo de las dos partes. No es suficiente el reconocimiento de países lejanos y de países árabes. El reconocimiento árabe a los palestinos es político. Los palestinos no son especialmente queridos en la mayoría de los países árabes. De hecho, para un palestino es más fácil conseguir entrada y trabajo en Israel que en cualquier país árabe.

En el próximo futuro se verá si la Asamblea General contribuyó hoy a la paz o apoyó otra de las múltiples movidas de los palestinos contra la reconciliación con Israel.

Los hechos nos hacen pensar que el único norte del liderazgo palestino en este momento es construir e inventar un caso jurídico contra Israel. Quieren integrarse a la Corte Penal Internacional, a la Convención de Ginebra, al Foro contra el Racismo y la Discriminación y a cualquier otra instancia que les sirva de vitrina para su retórica anti-israelí, aprovechando la automática mayoría árabe-musulmana que existe en estos organismos.

Reiteramos que sólo la solución del diálogo podrá otorgar a los palestinos un estado independiente, real y no virtual”.

El 51% de los israelíes cree que es poco probable que haya paz con los palestinos

AJN.- La mayoría son escépticos a las negociaciones y solo un 40% cree que es posible alcanzar la paz en cinco años. El 58% está dispuesto a abandonar las armas nucleares para que haya un Medio Oriente no nuclear. Según la información recolectada, el público israelí está separado a la mitad sobre si atacar o no las instalaciones nucleares iraníes.

El pesimismo estuvo en el aire en Israel luego de la Operación Pilar Defensivo y poco antes del reconocimiento de la Autoridad Palestina por las Naciones Unidas como un estado observador no miembro.

Una encuesta llevada a cabo del 21 al 26 de noviembre indicó que el 51% de los israelíes no cree que se alcance un acuerdo de paz con los palestinos. Sorprendentemente, la investigación también descubrió que la mayor parte de los israelíes está dispuesta a abandonar las armas nucleares para que haya un Medio Oriente no nuclear.

Los descubrimientos fueron presentados en la apertura del noveno Foro Saban de diálogo estratégico americano israelí hoy en Washington, poco después de que la Autoridad Palestina ganase una gran mayoría en la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de obtener el reconocimiento de estado observador.

La encuesta además reveló que el 58% del público israelí está dispuesto a abandonar el programa de armas nucleares, mientras que el 87% piensa que Irán obtendrá eventualmente una ojiva atómica .

La investigación fue conducida por el Instituto Dahaf y el Dr. Shibley Telhami, investigador del Instituto Saban y académico de la Universidad de Maryland. Cerca de 600 israelíes participaron en la encuesta de noviembre, la cual tiene un margen de error del 4%.

Según la información recolectada, el público israelí está separado a la mitad sobre si atacar o no las instalaciones nucleares iraníes. Entre aquellos que están a favor de una embestida, solo el 20% lo aprueba sin el apoyo de Estados Unidos.

También se verificó la posición del público luego de la Operación Pilar Defensivo. Encontraron que el 45% de los israelíes cree que ningún lado fue victorioso en el reciente conflicto entre Israel y Hamas. Un 40% dijo que Israel ganó la última ronda de violencia, mientras que un 11% dijo que el grupo terrorista fue quien triunfó.

Con respecto a la situación estratégica de Israel luego de la operación, el 38% cree que nada cambió, un 36% considera que la situación ha mejorado y un 21% expresó que la situación ha empeorado.

JC

Cómplices de una campaña para aniquilar a un miembro de la ONU

AJN.- Cualquier Estado que apoye la incorporación palestina a la Asamblea General antes de que se alcance un acuerdo de paz entre las partes viola los principios de la Carta de la ONU y, a sabiendas o no, respalda efectivamente a un diseño genocida para la destrucción de un Estado miembro.

Por Shlomo Slonim*/The Jerusalem Post.- Con frecuencia se les pregunta a los israelíes: “¿Por qué Israel se opone al reconocimiento de un Estado palestino?. Sepárense de los palestinos como los franceses se separaron de Argelia y los dos Estados vivirán en paz como originalmente se previó en la Resolución de Partición de 1947. En respuesta, los israelíes hacen dos preguntas, una de las cuales responde a la otra: 1) ¿Por qué los palestinos esperaron 65 años para establecer un Estado independiente?; 2) En la lucha argelina por su independencia, ¿los argelinos proclamaban que estaban decididos a ocupar y destruir Francia?

Durante más de 60 años los líderes de la población árabe en la Palestina del Mandato rechazaron cualquier sugerencia de proclamar un Estado palestino independiente junto a Israel, como previó la Resolución de Partición de la Asamblea General de 1947. En cambio, los líderes árabes palestinos se comprometieron a destruir el Estado judío e invitaron a los Estados árabes vecinos a unirse a ellos en el acto de aniquilación.

Mucho antes de que Israel asumiera el control del resto del territorio del Mandato, en 1964, fue creada la OLP, una organización terrorista, con la meta de borrar a Israel del mapa. Hamas, por supuesto, todavía proclama este objetivo abiertamente. La pregunta que surge entonces es: ¿qué ha llevado a Mahmoud Abbas (foto), el titular de la Autoridad Palestina, a dar un paso que los palestinos habían rechazado por más de seis décadas? ¿Por qué está presionando ahora para lograr que la Asamblea General acepte el estatus de Estado observador no miembro para los palestinos?

Abbas, está claro, simplemente ha cambiado de herramientas y ha adoptado una estrategia diferente a la de Hamas para lograr la misma meta. La vía diplomática es para él simplemente un ejemplo de guerra por otros medios. Es una estrategia de dos pasos: el primer blanco de la guerra diplomática es la presencia de Israel en los territorios que quedaron bajo control israelí en 1967 y cuyo estatus final y fronteras todavía deben determinarse legalmente. Contrariamente a algunas infundadas suposiciones populares, la Resolución 242 del Conejo de Seguridad -e incluso los acuerdos de Oslo- dejan el asunto a una futura determinación y los asentamientos israelíes están sustentados en sólidos fundamentos jurídicos, históricos y estratégicos.

Sin embargo, a lo largo de los años y en diversos foros y medios de comunicación se tomó como un hecho la naturaleza “colonial” de la presencia de Israel en los territorios. Dado que muchos de los partidarios de Israel, dentro y fuera de Israel, son críticos de los “asentamientos”, este tema puede evocar más apoyo que un ataque frontal e inmediato contra la existencia de Israel como la patria del pueblo judío.

Una vez que un Estado palestino en las fronteras anteriores a 1967 -incluyendo parte de Jerusalem- no sólo sea proclamado, sino respaldado por organismos internacionales dominados por mayorías automáticas, la presencia de Israel en los territorios se verá más deslegitimada y sus medidas defensivas podrán ser desacreditadas. Israel podría ser acusado de ocupar el territorio de un Estado extranjero.

Una guerra jurídica, que involucre el secuestro del aparato internacional de derechos humanos, podría proceder a buen ritmo, con Israel acusado de crímenes de guerra y diversos abusos a los derechos humanos. Entonces, los intentos de implementar boicots y sanciones presumiblemente se multiplicarían en forma exponencial. El objetivo sería impulsar a tantas instituciones internacionales como sea posible a catalogar a Israel como una entidad ilegal.

La meta de Abbas, parece claro, no es crear un Estado palestino que viva en paz al lado de Israel, sino reemplazar a Israel. La naturaleza problemática de sus actuales gestiones puede verse fácilmente si se tiene en cuenta lo siguiente:

1) Abbas se niega a reconocer a Israel como un Estado judío porque ello equivaldría a reconocer los derechos de Israel a la Tierra de Israel. Está dispuesto a aceptar la presencia de dos Estados en la Palestina del Mandato, pero ambos serían palestinos. En la medida que se niegue a reconocer a Israel como un Estado judío, sus intenciones estarán evidentemente dirigidas a reemplazar ese Estado con alguna otra entidad.

2) Los vínculos judíos con la Tierra de Israel son sistemática y desvergonzadamente negados. En forma más descarada, afirma por ejemplo que Israel no tiene ligazón histórica alguna con Jerusalem y con el Muro Occidental como restos del Templo. Es producto de la imaginación.

3) En su artículo de opinión en The New York Times del año pasado ingenuaamente explicó que su búsqueda de membrecía en la ONU para Palestina estaba relacionada con una guerra jurídica.

“La admisión de Palestina en las Naciones Unidas -dijo- allanaría el camino para la internacionalización del conflicto como un asunto legal y no sólo político. También allanaría el camino para que podamos demandar a Israel ante las Naciones Unidas, los órganos de tratados de derechos humanos y la Corte Penal Internacional”.

4) A pesar de los últimos murmullos, luego desmentidos, Abbas no se ha distanciado de la insistencia en el “derecho de retorno” para refugiados palestinos (que por el momento se alega que son unas siete millones de personas). Este “derecho” es un eufemismo para aniquilar al Estado judío. Como Nasser reconoció en 1961, “si los refugiados regresan a Israel, Israel dejará de existir”.

5) Él sigue quejándose de que los palestinos han sufrido “la ocupación durante 63 años” -desde la creación de Israel, no desde 1967- confirmando que no se conforma con un Estado palestino junto a Israel, sino que la mera existencia de Israel representa una “ocupación” de tierra palestina. Este credo está en la raíz de la estrategia de Abbas.

6) La falta de integridad de Abbas se ve reflejada en la no retractación de su tesis doctoral, completada en la Universidad de Moscú, dedicada a negar que el Holocausto haya ocurrido alguna vez. Él nunca le ha pedido disculpas al pueblo judío por tan burda distorsión del registro histórico.

7) Abbas y la Autoridad Palestina que encabeza regularmente han glorificado a terroristas, incluidos los suicidas, que han despiadadamente asesinado y mutilado a innumerables hombres, mujeres y niños israelíes.

En suma, la presente propuesta palestina de aceptación de la Asamblea General a Palestina como un Estado observador no miembro de la ONU forma parte de un proceso para lograr el reemplazo de Israel por un Estado palestino que se extienda desde la costa hasta el río Jordán. Esta maniobra viola flagrantemente las leyes de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

De acuerdo con el artículo 2(1) de la Carta de la ONU, “la Organización se basa en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros”.

Según el artículo 2(4), todos los miembros de la ONU se han comprometido a abstenerse de amenazar o usar la fuerza “contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.

Un esquema para reemplazar a Israel con un Estado palestino desde la costa hasta el Jordán es una clara violación de la Carta. Cualquier Estado que apoye la incorporación palestina a la Asamblea General antes de sea alcanzado un acuerdo de paz entre las partes viola los principios de la Carta de la ONU y, a sabiendas o no, respalda efectivamente un diseño genocida de destrucción de un Estado miembro.

* Profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalem y autor de “Jerusalem en la política exterior de los Estados Unidos”.

CGG

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