Parashat Veetjanan

COMUNIDAD

(sábado 20 de julio 2013)

Moisés implora una vez más que por Misericordia Divina le sea concedido cruzar el Jordán.

D’s confirma a Moisés que Josué dirigirá al pueblo para hacerles heredar la tierra de Ca-naán.

Se establece el precepto de no añadir ni quitar a los preceptos de la Torá, además de guardar y cumplir los mandamientos, estatutos y preceptos.

Prohibición de adorar imágenes y estrellas.

Moisés selecciona las tres ciudades de refugio para los homicidas involuntarios. (Bétzer, Ramot y Golán).

Se incluye el “Shema Israel” y la repetición de los Diez Mandamientos, Deut 05 06 – 18.

Mensajes Para la Vida.

En los tiempos de las escuelas Talmúdicas de Hillel y Shamai, estas se dedicaron durante un largo período de tiempo, a discutir si acaso D’s se había equivocado, y si había obrado bien o mal al crear al ser humano.

Demos un salto de casi veinte siglos, y nos damos cuenta que en muchos ámbitos de la sociedad esta vieja discusión sigue vigente. Ecologistas, verdes, ambientalistas, promotores inmobiliarios, ingenieros, arquitectos, etc. participan cotidianamente en nuestra sociedad opinando cómo preservar el medio ambiente, pero no se han puesto en el origen de la discusión de nuestros sabios: ¿para quien fue creado el mundo y cuál es el su fin?.

Hoy los argumentos son que vivimos en un planeta sobrepoblado, que estamos agotando los recursos naturales, etc. También hay argumentos en torno al objetivo o fin último de la creación, la “justificación” de la vida humana, del resultado de tanto esfuerzo.

Otras religiones buscan colocarnos en un plano en el que la lucha del bien y del mal no son algo que es humano e inherente a todos nosotros, sino que se trata de una lucha de D’s con Satán. Prácticamente se trataría para ellos de D’s y un antidios, en los que ambos tienen oportunidades de vencer.

Humanamente es muy agradable esta opción. Nos quita nuestra responsabilidad personal ante los hechos. Cuando en determinadas circunstancias una madre o padre han dado muerte a sus hijos, se plantea que esta madre o padre sólo han actuado así porque Satán hizo un “mejor” trabajo que D’s y logró convencerlos de optar por el mal.

La conclusión a la que llegaron nuestros sabios, fue que ya en aquella época parecía que el planeta tierra sin la presencia humana podría ser un mejor lugar para todo el resto de los seres vivientes.

Por lo tanto, desde nuestra limitada perspectiva, la creación del ser humano no se podía justificar en forma simple. No era sólo insuflar el aliento de la vida en el hombre creado a base de tierra.

Hoy podemos carecer de argumentos para encontrar una justificación. Es más. Podemos concordar con nuestros sabios que no contamos con argumentos que justifiquen nuestra existencia misma. Ello nos lleva a reconocer la existencia de un Ser Superior, un fin superior que escapa a nuestra comprensión y a la que sólo podemos aspirar a acercarnos. La forma de lograrlo es justamente utilizar nuestros conocimientos y sabiduría, que están en constante aumento, para implementar los preceptos y ordenanzas recibidos. Trabajar por un “tikún olam” un mundo mejor.

Nuestro marco de referencia son los preceptos recibidos. Los seres humanos no somos perfectos e incluso muchos tendemos a alejarnos del bien y tenemos inclinación a cometer actos perversos. Pero tal como concluyeron nuestros sabios luego de su extensa discusión y votación consiguiente, está en nosotros en preocuparnos cuidadosamente de que hacemos y cómo lo hacemos.

Para los judíos no es lícito un desligarse de culpa y echarle la culpa a un Satán. D’s nos dio la posibilidad de elegir, y eso lo estamos haciendo en cada momento de nuestras vidas.

(Basado en partes de una prédica del Rabino Ishmar Schorsch).

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