Parashat Reé
COMUNIDAD

(sábado 3 de Agosto 2013)
La parashá correspondiente a esta semana comienza con una de las frases más lindas y profundas que, a mi entender, nos ofrece la Torá: Reé- “Mirá, yo pongo delante de Uds. hoy la bendición y la maldición…” (Devarim-Deuteronomio 11:26)
En pocas palabras un universo de sentidos.
Reé- Mirá, es un verbo en singular: Vos mirá, a vos te estoy hablando. Ani noten lifneijem- Yo pongo delante de Uds., en plural: delante de Uds. pueblo de Israel, delante de Uds. comunidad, delante de Uds. humanidad. Lifneijem- delante de Uds., frente a sus ojos, en ningún lado oculto, ni misterioso. Haiom- el día de hoy, no es un relato histórico del pasado, es la descripción de tu presente; hoy.
La posibilidad de la bendición o la maldición comienza con la capacidad de mirar. Mirar es un acto voluntario, uno sale al encuentro de lo que tiene delante para interceptarlo, interpelarlo y hacerlo suyo, en el pacto que la mirada ofrece. Las bendiciones y las maldiciones no nos “vienen”, están delante nuestro, esperando ser miradas, ser descubiertas.
Y sólo cuando uno desarrolla la capacidad de mirar por uno mismo ya que nadie podría hacerlo por nosotros…entonces aparece el plural: lifneijem. Sólo cuando yo soy, cuando me animo a descubrir/ descubrirme, cuando tomo conciencia de que soy el único que puede construir su propia vida…estoy en condiciones de ser en el otro, por el otro, con el otro. Ser familia, ser amigos, ser comunidad, ser sociedad…comienza con la capacidad de mirarnos a nosotros mismos, con la decisión de hacernos cargo de las riendas de la vida y apostar, dirigiendo nuestras miradas a la bendición, más que resignarnos a la maldición, dándonos cuenta que muchas veces la tenemos delante de nuestros ojos: Son nuestros logros. Son nuestros hijos. Son nuestras esperanzas. Son nuestras amores. Son nuestros desafíos. Es nuestra salud. Son nuestros amigos. Son nuestros espacios de crecimiento. Son nuestras oportunidades de dar.
¿Cuándo? Haiom- Hoy, cada día de nuestras vidas, es una posibilidad de volver a mirar, de volver a crear, de volver a creer. Para hacer como la mirada: ir en busca del otro, y construirnos juntos, uno delante del otro, y en esa, construcción descubrir la bendición.
( Silvina Chemen)
Esta Perashá nos deja una importante enseñanza para cada acto y acto de nuestras vidas. Todo lo que se encuentra en este mundo fue creado para ser utilizado por el hombre y depende de éste que dicha cosa sea buena o mala. Esto quiere decir que cada persona le da su sentido a las cosas. Por ejemplo: para cierta persona el tener 5000 dólares puede ser excelente, en cambio otro podría utilizarlo para pecar y hacer pecar a los prójimos, y no existe maldición más grande que ésta. Esto es lo que está escrito en nuestra Perashá: «Observen que yo en este día les doy la bendición y la maldición», le dijo D’s al pueblo: quiere decir que este mundo será para ustedes una bendición en el momento que cumplan las Mitzvot y la maldición si no las cumplen. Explicamos de una mejor manera estas palabras: cuentan sobre un hombre, el cual tenía prohibido ingerir cualquier alimento que contenga sal. Cierto día se dirigió a lo de su médico alegando que no soportaba más una vida como la que llevaba y pidió por favor que le diera de comer alimentos salados, pensó que de esta manera curaría su desesperación. El médico se dio cuenta de lo mal que se encontraba este hombre y que lo que le pidió fue porque no comprendía el daño que le hacía. Pero él, que sabía que era lo bueno o lo malo para el enfermo, seguro que no saciaría su pedido. Lo mismo ocurre con nosotros. Pedimos a D’s todo lo que nos parece que es bueno. Pero acaso el Todopoderoso con toda su bondad escuchará nuestras plegarias y no se fijará si realmente lo que pedimos es beneficioso o no para nosotros? ¡Seguro que si! Podríamos pensar Jasveshalóm que D’s no escucha nuestras plegarias y por eso no nos da lo que pedimos. La verdad que debemos pensar que todo lo que nos envía es para nuestro bien, aunque pensemos lo contrario, somos como aquel hombre que no sabe que es bueno o malo para él y necesita de su médico para darse cuenta de la verdad. Así nosotros necesitamos a nuestro D’s para que nos habra los ojos y así podamos ver lo que realmente es para nuestro bien y estar contentos en todo momento con lo que El nos manda.
( Jazán Ariel Foigel)