La materia gris detrás de Cúpula de Hierro

Ciencia y Tecnología

Aharon Lapidot

El Brig. Gral. (ret.) Dr. Danny Gold ( en la foto )  actuó en contra de la directiva 20.02 del Ministerio de Defensa cuando decidió, en agosto de 2005, desarrollar el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, estableció un calendario para este desarrollo y ordenó una ‘aceleración telescópica’ del proyecto… [estos pasos], que no están bajo la autoridad de la Administración para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica sino, más bien, estaban, en este caso, bajo la autoridad del jefe del estado mayor de las FDI, el ministro de defensa y el gobierno de Israel”. Este extracto fue escrito por el ex Contralor del Estado Micha Lindenstrauss en un informe que presentó en 2009.

El informe de este contralor provocó una avalancha de respuestas negativas en los medios de comunicación, el más memorable de los cuales fue un rabioso análisis que apareció en Haaretz bajo el titular “Cúpula de Hierro: un fracaso previsible”.

El artículo incluía el siguiente párrafo: “De hecho, toda la concepción de Cúpula de Hierro se hizo en pecado, porque un engranaje en la Administración para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica, el Brig. Gen. Dr. Danny Gold, asumió las responsabilidades del jefe de estado mayor de las FDI, del ministro de defensa y del gobierno del Estado de Israel, antes de que el proyecto fuera aprobado por los canales adecuados. En otras palabras, el oficinista Gold decidió por su cuenta, con total desprecio por el jefe de estado mayor de las FDI, del ministro de defensa y de todo el gobierno”.

En retrospectiva, a la luz del rotundo éxito de Cúpula de Hierro durante la reciente Operación Pilar de Defensa, estas palabras se leen casi como un llamado al elogio. Y, realmente, hace dos meses, la tan esperada y merecida gratitud finalmente llegó cuando el equipo de desarrolladores de Cúpula de Hierro, dirigido por Danny Gold, ganó el Premio de Defensa de Israel.

El éxito de Cúpula de Hierro puede atribuirse a una larga lista de personas, pero son precisamente las duras críticas que le lanzaron las que singularizan a Danny Gold como alguien que merece el título de “el hombre que nos dio Cúpula de Hierro”. Pergeñó la idea e inició el proyecto que finalmente produjo este victorioso y sofisticado sistema de defensa.

Obviamente no estuvo solo, y hay un gran grupo de ingenieros, desarrolladores, funcionarios de seguridad y empleados de la Fuerza Aérea de Israel y de las FDI, que son igualmente dignos de la gloria. Cada uno aportó lo mejor de sí para completar exitosamente el proyecto.

Y no debemos olvidar al nivel político – especialmente al ex Ministro de Defensa, Amir Peretz, quien presionó para la aprobación del proyecto en contraposición con el establisment de defensa. Pero Gold fue señalado por el contralor del estado y por los medios de comunicación, como el “culpable” de la concepción del proyecto, y precisamente por eso hoy merece el reconocimiento público.

P: Dr. Gold, ¿es eso lo que hizo? ¿Sabía que asumía la autoridad del jefe de estado mayor de las FDI, del ministro de Defensa y del primer ministro?

“No. Tuve un desacuerdo con el contralor del estado en ese punto. No estaba de acuerdo con mi opinión, pero hasta ahora creo que hice lo correcto. Es verdad que no esperé a todo el proceso burocrático, que habría tardado años, pero hice exactamente lo que debía hacer dentro de mi autoridad como jefe de investigación y desarrollo. Esto significa que empecé a trabajar”.

P: ¿Fue este atajo lo que le permitió completar el desarrollo del sistema y hacerlo operativo para el año 2010?

“No creo que haya sido un atajo, fue unir investigación básica y desarrollo e iniciar el pleno desarrollo – ese era mi desacuerdo con el contralor. Combinar todos los desarrollos y las ideas en un producto terminado – eso fue esencial, y ciertamente acortó el período de tiempo”.

De hecho, este es el punto de Arquímedes que puede utilizarse para explicar cómo Gold tuvo el coraje de ordenar el desarrollo del sistema ostensiblemente antes de que el proyecto fuera aprobado por las autoridades apropiadas.

En el proceso de desarrollo hay dos etapas que son relevantes para nuestra exposición: investigación y desarrollo y desarrollo e implementación. En la primera etapa se formulan todos los diferentes aspectos del sistema, principalmente en forma teórica, y basados en el resultado, suponiendo que sea satisfactorio para el cliente (el Ministerio de Defensa en este caso), el producto puede ser desarrollado físicamente y finalmente fabricado.

Gold dijo, no con tantas palabras, que el desarrollo es desarrollo, por lo que justificaba unificar las dos etapas en una sola. En otras palabras inició, simultáneamente, tanto la etapa teórica como la práctica, lo que le permitió ahorrar un montón de tiempo. “Es un área gris”, dice hoy Gold. “No pude convencer al contralor, pero tratamos su crítica con el máximo respeto. Estaba haciendo su trabajo”.

P: ¿No está enojado con los que trataron de sabotear el proyecto? ¿Los que trataron de hacerlo tropezar?

“No estoy enojado en lo absoluto. Sólo hizo que el proceso fuera más desafiante y más interesante. La gente trabajó en el desarrollo como locos, en verdad día y noche, y los contralores y críticos, como el par de viejos en el Show de los Muppets, sentados al margen y criticando, realmente nunca nos molestaron”.

Como dirigir 15 empresas de nueva creación

El Brig. Gen. (ret.) Gold tiene 51 años, casado con dos hijos y tiene un doble doctorado en ingeniería eléctrica y negocios. Se ha desempeñado en una amplia gama de posiciones en electrónica, armamento, guerra electrónica y otras más, tanto en la Fuerza Aérea de Israel como en la Administración para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica. Entre otros trabajos, fue jefe de proyecto de alto nivel en el Ministerio de Defensa, antes de ser nombrado jefe de investigación y desarrollo.

En 2004, el entonces Subjefe del Estado Mayor Dan Halutz formó un equipo inter-cuerpos para investigar el manejo de armas de gran trayectoria, en todos los aspectos. Gold fue designado para dirigir ese equipo. “Vi los huecos”, dice. “Fue entonces que tuve la idea de misiles interceptores. Era completamente delirante en aquel entonces, y no esperaba conseguir financiación para el desarrollo, pero decidí que construiríamos un interceptor, sea como fuere”.

Dentro de la Administración para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica, Gold reunió un equipo inter-cuerpo de expertos de todas las disciplinas, quienes se acercaron a las diversas industrias de defensa en busca de ideas para un sistema de intercepción de misiles. Eso fue en 2005. “Recibimos 24 ideas, y las rechazamos todas”, dice. “Estimamos que ninguna de ellas habría funcionado en el largo plazo. Entre las ideas rechazadas había sistemas láser y cañones de tiro rápido que luego fueron utilizadas como argumentos en contra de la decisión del gobierno de desarrollar Cúpula de Hierro”.

Y así es como nació Cúpula de Hierro: “Ensamblamos una combinación que se basaba en la experiencia y el know-how acumulado detrás de la tecnología de misiles Rafael”, explica Gold, en referencia a Rafael Advanced Defense Systems Ltd. “En una reunión, todo el equipo decidió qué tipo de desempeño se requería, cuáles serían los costos, los rangos, las salvas, todo en una sola reunión. Entonces nos acercarnos a Rafael y les pedimos que fueran el fabricante principal del sistema. Sugerimos a Israel Aeroespace Industries como fabricante secundario para el sistema de radar y a otra compañía, que era poco conocida entonces, llamada mPrest, para construir los controles y proporcionar análisis de datos. Y nos pusimos en camino”.

P: ¿De dónde consiguió la financiación para el proyecto?

“Teníamos un presupuesto general para desarrollo que estaba destinado para muchos proyectos, y tomé una importante porción del mismo y lo usamos para poner en marcha el desarrollo. Rafael, para su crédito, igualó la suma. Les aseguré que en uno o dos años obtendría el dinero grande para ellos, y mientras tanto pudimos desarrollar la tecnología”.

“Mientras tanto, preparamos un plan de financiación alternativo, con la ayuda de inversores civiles. Estos eran inversores que habían cooperado exitosamente con otros proyectos. No revelamos cuál era el producto. Sólo les dijimos ‘aparten unas decenas de millones de dólares. Si necesitamos el dinero, nos contactaremos con ustedes’. Al final no tuvimos que usar su dinero. En 2007, y sólo después de muchas discusiones entre el ministro de defensa y el establishment de defensa, finalmente obtuvimos el presupuesto de desarrollo principal. El contrato oficial para el desarrollo con Rafael fue firmado, y el contrato incluyó dos baterías completas y una impresionante cantidad de misiles interceptores. El sistema estaba encaminado. Cuando llegamos a la fase de fabricación, conseguimos la financiación de EE.UU.

“Los parámetros de desarrollo y las características del sistema eran inusuales en todos los sentidos. El plazo se fijó en tres años – una quinta parte del plazo habitual para armamentos tan complejos, que generalmente se estima en 15 años; los costos fueron una décima parte de la suma habitual necesaria para el desarrollo de sistemas similares; el desempeño era para cualquier tipo de clima, en cuanto a rango de proyectiles, una variedad de rangos, eliminación de la amenaza en el aire, capacidad para manejar una salva de múltiples proyectiles y protección regional, no localizada”.

Estas fueron las extravagantes metas, pero la administración no se detuvo allí. “Agregamos más y más demandas, porque las amenazas avanzaban”, dice Gold. “Era como dirigir 15 importantes empresas de nueva creación al mismo tiempo, todas los cuales tenían que trabajar en armonía y tener éxito en un tiempo récord”.

El equipo que inició este proyecto era extremadamente pequeño – tres o cuatro personas y un teniente coronel. “Trabajamos de una manera que estaba en contra de todos los libros de texto sobre gestión de proyectos”. Gold sonríe. “Todo era desusado. Lo que fue especialmente desusado fue que no transigimos en la selección de nuestros ingenieros. Elegimos los mejores en todo el país, sin pensarlo dos veces. Tuvimos expertos en misiles de 70 años de edad trabajando junto a ingenieros recién salidos de la universidad de 25 años, trabajando hombro con hombro y sin ningún tipo de jerarquía. El que tiene razón es el que decide”.

P: ¿Es ese el secreto del éxito de Cúpula de Hierro?

“Cuando se está tratando con lo mejor de lo mejor, no hay límite para lo que puede lograrse. Este es un producto innovador: se lo puede llamar protección celular. Protege civiles. Crea un área protegida y destruye cualquier cosa que intente infiltrarse en esa zona.

P: En su opinión, ¿cuáles son las principales ventajas de Cúpula de Hierro?

“Junto a la incomparable contribución a la salvación de vidas humanas y el hecho de que intercepta proyectiles dirigidos a una zona protegida definida, también les da a los establishment políticos y de defensa la libertad para planificar maniobras tácticas y estratégicas. Les da respiro a las FDI en sus ofensivas, porque los civiles están protegidos por una red de seguridad. Es mucho más fácil cuando no hay bajas en el frente interno. El sistema también ahorra el costo de los daños económicos, tanto evitando la destrucción física como evitando que la economía se paralice. Para Israel, esta es la primera línea de defensa contra la principal amenaza que enfrentamos – la amenaza de misiles”.

Interceptar las críticas

Las críticas contra el sistema Cúpula de Hierro, que se oyen incluso hoy, a pesar de sus probados éxitos durante la Operación Pilar de Defensa, giran en torno a la pregunta de por qué no se consideraron las tecnologías alternativas, como el sistema basado en láser (Nautilus, Sky-Guard) o armas de fuego rápido (Vulcan Phalanx).

Entre otras cosas, se argumentó que el costo de un rayo láser es mucho menor que el de un misil Tamir, que el sistema Cúpula de Hierro dispara para interceptar proyectiles entrantes ($2.000 dólares frente a más de $50.000). El láser está más fácilmente disponible y no hay temor de que el sistema se quede sin municiones. Además, un láser no está limitado por el alcance, y más cosas.

El Dr. Gold explica que “hemos estudiado todos estos sistemas, y los rechazamos todos. No fue sólo mi equipo, también el comité de Yaakov Nagel, que fue nombrado por Shmuel Keren, el director de la Administración para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica, que reexaminó nuestras decisiones. El comité llegó a las mismas conclusiones, que Cúpula de Hierro era la mejor solución”.

“En el tema de láser, a pesar de que estamos involucrados en un buen número de proyectos relacionados con el láser, como los sistemas de defensa para aviones de pasajeros, también estamos desarrollando un láser muy potente pero, el mundo y nosotros, no estamos allí todavía. Estaremos listos para comenzar el pleno desarrollo en siete u ocho años. Y aun entonces, siempre será el hermano menor de Cúpula de Hierro. Sea lo que fuere lo que Cúpula de Hierro le diga al láser que haga, lo hará. Potencialmente, pueden trabajar juntos, pero la cúpula dirige. También hay una cuestión de cantidad: 13-15 baterías Cúpula de Hierro pueden proporcionar protección a todo el país, y si se utiliza láser se necesitan muchas más baterías”.

“Específicamente el Nautilus, que fue iniciado por el Presidente Shimon Peres en colaboración con los estadounidenses, es un demostrador de tecnología. El sistema Nautilus demostró la capacidad de interceptar proyectiles y morteros con menos del 100% de éxito, y el sistema es enorme, como un campo de fútbol. Después de la demostración, el desarrollo del sistema fue detenido, también en EE.UU. Nosotros también observamos el sistema Sky-Guard (también basado en láser). No era una buena opción para nosotros, ni en términos de desempeño ni de costos”.

“Los sistemas láser tienen varios problemas inherentes que los hacen ideales como sistemas complementarios, pero no como defensa primordial. Por ejemplo: Un láser no puede penetrar nubes, por lo que se vuelve ineficaz en clima invernal. El láser no puede manejar salvas rápidas y proporciona protección localizada – no puede proteger una zona amplia”.

P: ¿Nunca tuvo dudas?

“No. Nunca tuve dudas. Desde 2004, la necesidad ardía en mí. Y si el impulso era tan poderoso, sabía que no había ninguna posibilidad de que fracasáramos. Ya en las primeras pruebas, el sistema Cúpula de Hierro interceptó todos los misiles disparados contra él.

P: ¿Ha visitado una de las baterías durante una operación activa?

“No, no las he visitado. No quiero estorbar”.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

 

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