La corrupción de Hamás

Medio Oriente

Por Eli Cohen

Los palestinos son objeto de muchas tragedias. Una de ellas es su liderazgo corrupto. Precisamente, Hamás ganó apoyos alegando que no metía la mano en las arcas públicas y se preocupaba por el pueblo. Si bien es cierto que su red de asistencia social dejó en evidencia el expolio que ha practicado la vieja guardia de la OLP, los líderes de Hamás tampoco han quedado a salvo de lucrarse con la causa mientras los gazatíes pasan penurias. Así, el comercio ilegal en los túneles ha generado pingües beneficios para los líderes de Hamás y, de acuerdo con el incombustible Jaled Abu Toameh, en 2012 había 600 millonarios en Gaza que “hicieron su riqueza gracias a los cientos de túneles subterráneos a lo largo de la frontera entre la Franja y Egipto.” Mientras Ismaíl Haniyeh, Jaled Meshal y otros jerarcas de Hamás hacen caja, un 38% de la población de Gaza vive bajo el umbral de la pobreza y la tasa de desempleo supera el 40%; según el Banco Mundial, la Franja ocupa el tercer lugar en la región en términos de pobreza, solamente por encima de Sudán y Yemen.

Antes del inicio de las hostilidades entre Hamás e Israel de este verano, Gaza se encontraba en medio de una crisis económica, política y social marinada en una serie de casos de corrupción, de los cuales se hizo eco, con notoria hostilidad hacia Hamás, la prensa egipcia. Los casos están relacionados, además de con el contrabando por los túneles que conectan Gaza y Egipto, con la financiación de Hamás –especialmente la de su brazo armado, las Brigadas de Izedín al Qasam– y con el impago de los salarios de los funcionarios.

A lo anterior se sumaron las malas inversiones inmobiliarias que hizo Hamás en Arabia Saudí, Siria y Dubái, que causaron pérdidas millonarias. Unas inversiones que supuestamente tenían que haber tenido por destino la rehabilitación de la Franja y que se hicieron con dinero recaudado en Europa y los Estados del Golfo.

Uno de los nombres más sonados en los casos de corrupción ha sido el del alto funcionario de Hamás Aymán Taha. Al parecer, Taha fue defenestrado, torturado y posteriormente ejecutado por su propia organización, que sin embargo quiso cargar la culpa a Israel. Taha habría recaudado dinero que los donantes creían iría a parar a proyectos de envergadura pero que se invertía en el contrabando a través de los túneles. Sin embargo, Toameh informa de que fuentes gazatíes han especulado con que fue ejecutado por colaborar con la inteligencia egipcia, y que así se evitó que delatara a otros miembros corruptos de Hamás. En 2011 Taha pagó 700.000 dólares por una vivienda de lujo de tres pisos en Gaza.

Otro líder de Hamás implicado en el negocio del contrabando ilegal con Egipto a través de los túneles es su histórico cofundador Mahmud al Zahar, quien, según el periodista israelí Eli Tispori, posee una fortuna de 667 millones de dólares.

Pero, sin lugar a dudas, son los dos líderes supremos de la organización, Jaled Meshal, en el exilio, e Ismaíl Haniyeh, primer ministro de Gaza, los protagonistas de los casos más escandalosos de enriquecimiento personal.

Después de huir a Qatar tras la retirada de Hamás de Siria, Meshal afirmó que de su oficina de Damasco desaparecieron 12 millones de dólares que había guardado en la caja fuerte. El destino del dinero es desconocido y las sospechas recaen sobre él mismo. En 2011, antes del inicio de la guerra civil siria, los activos de Hamás en ese país habían alcanzado un valor de 550 millones de dólares. Además de en propiedades inmobiliarias, Hamás había invertido en varias empresas comerciales, por ejemplo una de transportes registrada a nombre de un comerciante sirio vinculado con Musa Abu Marzuk, el lugarteniente de Meshal. Las empresas vinculadas a Mashal en Qatar están registrados a nombre de su esposa y de su hija.

Tsipori cuenta que, después de las elecciones que llevaron al poder en Egipto a los Hermanos Musulmanes, Qatar envió un cheque de 250 millones de dólares al Gobierno de Hamás en Gaza a cambio de que ofreciera apoyo incondicional a Mohamed Morsi. El beneficiario del cheque era Jaled Meshal.

El Dr. Moshé Elad, profesor en el Departamento de Oriente Medio del Western Galilee Academic College y coronel del Ejército israelí en la reserva, que ocupó puestos de responsabilidad en los territorios palestinos durante 30 años, estima que el patrimonio de Meshal alcanza un valor de 2.600 millones de dólares, pero las cifras mencionadas por los comentaristas árabes son mucho más altas: hasta 5.000 millones.

El Yediot Aharonot informa de que un proyecto de la inmobiliaria Fadil en Qatar está vinculado a Meshal, a su hijo y a su nuera. Un proyecto que se desarrollaía en Doha, la capital del emirato, y comprendería la construcción de cuatro torres de más de 27.000 metros cuadrados que albergarían oficinas, apartamentos de lujo, un club privado, un jardín de infancia, una biblioteca, atracciones turísticas y un centro comercial de 10.000 metros cuadrados. La empresa nunca ha revelado las fuentes de financiación.

En cuanto a Ismaíl Haniyeh, en 2010 pagó cuatro millones de dólares por una propiedad de 2.500 metros cuadrados en la calle Amar Almatar, en el barrio gazatí de Al Ramal, y la registró a nombre de su yerno. Mientras los funcionarios de Gaza llevan meses sin cobrar, Haniyeh ha comprado varias propiedades y las ha registrado a nombre de sus hijos. Según el artículo referenciado del Yediot Aharonot, Haniyeh se ha enriquecido a través del tipo impositivo del 25% que su Gobierno estableció sobre los productos que llegaban a la Franja desde Egipto a través de los túneles. Hamás impuso, además, una cantidad fija de 2.000 dólares para cada vehículo, 15 dólares por cada tonelada de cemento, 8 centavos por cada cartón de tabaco y 50 centavos por cada litro de gasolina obtenidos en contrabando. Se calcula que en torno al 25% del presupuesto de Hamás proviene de estas imposiciones.

(La posición de Haniyeh no sólo es singular por haberse lucrado gracias a su cargo público. Sus tres hermanas, Jolidia, Laila y Sabah, son ciudadanas israelíes y viven en el poblado beduino de Tel as Sabi. El marido de Jolidia declaró en 2006 que su vida era normal en Tel As Sabi y que no tenían intención de mudarse. Algunos de los sobrinos israelíes de Haniyeh han servido en el Ejército israelí. En cuanto al marido de Suhila, ciudadano de Gaza, fue tratado satisfactoriamente en el año 2012 en el Rabin Medical Center de Tel Aviv de una dolencia cardíaca grave, según informó en su día Al Arabiya).

El Dr. Moshe Elad ha tratado de explicar el porqué del enriquecimiento masivo de los dirigentes de Hamás. A su juicio, el dinero procede de legados de fallecidos, de los fondos de caridad y del zakat –uno de los pilares del islam–, así como de las donaciones procedentes de varios países, como Siria, Irán, Arabia Saudí o Qatar.

Elad sostiene que Hamás obtuvo financiación en Estados Unidos por medio del Dr. Musa Abu Marzuk, quien a principios de los 90 comenzó una campaña de recaudación de fondos allí entre los musulmanes ricos, mientras que al mismo tiempo fundaba 10 empresas financieras. El Gobierno norteamericano ordenó el arresto de Marzuk en 1995 bajo la acusación de apoyar el terrorismo. Después de pasar dos años en prisión, fue expulsado del país sin que se celebrara juicio. Se quedó con el dinero que había recaudado.

Ni siquiera los palestinos de Gaza se dejan ya engañar. De hecho, una encuesta del Washington Institute llevada a cabo entre los días 15, 16 y 17 de junio en la Franja arrojaba que dos tercios de los gazatíes creen que la corrupción es uno de los principales problemas del territorio.

Hamás ejerce una dictadura política en Gaza, adoctrina y utiliza a los niños en la guerra contra Israel, lanza cohetes contra las ciudades israelíes y, además, roba a manos llenas. A esto lo llaman “resistencia”. ( elmedio )

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