Bregando por la paz en Medio Oriente

Medio Oriente

Heraldo Muñoz, Ministro de Relaciones Exteriores

En días recientes tuvo lugar en la Cancillería un seminario internacional para la Promoción de la Paz entre Palestina e Israel, iniciativa que procuró abrir un espacio de reflexión desde el Sur sobre esta importante y sensible temática.

En parte como respuesta a la crisis que se vivió en Gaza recientemente, como también en línea con las responsabilidades de Chile como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, estimamos necesario analizar el momento por el cual atraviesa el proceso político palestino-israelí. Para ello, invitamos a dos destacadas personalidades internacionales: los señores Gadiel Baltiansky y Mustafá Barghouti. El primero es el director general de “Education For Peace”, capítulo israelí del proyecto Iniciativa de Ginebra, que persigue una salida pacífica al conflicto. Mientras el segundo es médico y activista por la no violencia y los derechos humanos, fue candidato presidencial y ministro de Estado de Palestina. Ambos, con preclara mirada, nos ilustraron sobre las distintas iniciativas de paz y del delicado momento por el que atraviesa el Levante.

Como señalé en el seminario, el conflicto entre Palestina e Israel nos interpela más allá de nuestras naturales preocupaciones por la seguridad y la paz mundiales, así como por el respeto a los derechos de las personas. Nos interpela también porque contamos con una colonia palestina, la más numerosa fuera de sus tierras tradicionales, y con una colonia judía más pequeña, pero que está perfectamente integrada al país. Así, este encuentro constituyó un espacio de diálogo para escuchar la voz de ambas comunidades chilenas, sus puntos de vista y propuestas de solución. Junto con repasar su historia y el generoso aporte con que han contribuido a la construcción del Estado nacional moderno, pudimos observar cómo la ausencia de solución a la cuestión palestino-israelí, por momentos, permearía las tradicionales buenas relaciones que históricamente han mantenido ambas agrupaciones. Dicha convivencia y tolerancia mutua son un patrimonio que Chile debe resguardar y estamos dispuestos, en la medida que sus representantes así lo estimen pertinente, para acompañar y estimular su desarrollo.

La solución al problema del Medio Oriente no radica en Chile. Sin embargo, tenemos la convicción como gobierno, de que más allá de la atención al tema que podamos generar desde la presidencia del Consejo de Seguridad, en enero próximo, nuestras comunidades de origen palestino y judío han cultivado un modelo de convivencia nacional, del cual debemos enorgullecernos y, por consiguiente, preservar.

Así, queremos servir como vitrina para quienes bregan por la paz en Medio Oriente y no por la mantención de un statu quo que se ha mostrado inconducente y muchas veces atentatorio contra la seguridad internacional y, lo más importante, contra los derechos humanos.

No hay una solución militar a la ya larga historia del conflicto palestino-israelí. Sólo puede haber una solución política y desde este rincón podemos contribuir con un estímulo modesto a ese camino. ( La Tercera )

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