Elecciones en Israel : La particular visión de cinco ciudadanos oriundos de Sudamérica

Israel

AJN.- Se ha convocado a la ciudadanía a que el 17 de marzo vote la integración de la próxima Knesset, el Parlamento del Estado de Israel, en elecciones que serán distintas a las anteriores.

Si bien se mantiene el sistema proporcional para la asignación de las 120 bancas a cada una de las listas intervinientes, el 11 de marzo de 2014 se modificó la ley que establece la proporción mínima de votos que deben alcanzar para ello y se estableció en el 3,25 por ciento de los emitidos -lo cual representa cuatro jaberei Knesset (parlamentarios)-, frente al 2 por ciento de los últimos comicios.

Como consecuencia de este aumento porcentual se prevé que disminuirá la cantidad de bloques parlamentarios y aumentará la de escaños en manos de los partidos mayoritarios, pero la realidad puede llegar a ser distinta, pues agrupaciones que normalmente rondaban el 2 ó 4 por ciento de los votos están negociando presentar una lista única que mantenga sus individualidades.

Un ejemplo es lo ocurrido con los tres partidos árabeisraelíes que tenían representación en la Knesset actual, Hadash, Balad y Raam-Taal, que ya acordaron presentar una nómina conjunta y estiman que ello generaría que una mayor cantidad de votantes de ese sector y que podrían lograr 15 ó 16 bancas cuando separadas sumaron 11 en la elección de 2013.

Otro caso podría llegar a ser el de los partidos Otzmá Iehudit (Fuerza judía), de derecha, que la vez pasada no logró el porcentual mínimo, y Haam Itanu (La Nación está con nosotros), ortodoxo surgido al dividirse Shas, que todavía no han llegado a un acuerdo sobre quiénes ocuparán las primeras cuatro candidaturas.

Cabe aclarar que la participación de la ciudadanía en la elección es voluntaria; por lo tanto, para cada partido no solo es muy importante difundir sus propuestas, sino también lograr que sus tradicionales votantes -muchas veces decepcionados por el accionar de sus líderes- concurran a las urnas.

A poco más de un mes de los comicios, la Agencia Judía de Noticias (AJN) consultó a cinco ciudadanos israelíes oriundos de Sudamérica; casi todos ellos, argentinos.

Este inesperado proceso electoral es considerado lamentable por un importante sector de la población debido a que tan solo pasaron dos años del anterior, pero el gobierno cayó dado que la gobernabilidad era imposible por las diferencias existentes entre el jefe de gobierno, Benjamín Netanyahu, y los ex ministros Yair Lapid y Tzipi Livni, explicó el chileno Kito Hasson, quien es muy conocido en la Argentina porque fue el shelíaj (enviado) de la Agencia Judía para Israel durante los años de la última gran crisis económica (2001/2002).

El actual titular del Archivo Sionista de la Organización Sionista Mundial remarcó que en los últimos15 años aumentó considerablemente el abstencionismo y que uno de cada tres ciudadanos decidió no concurrir a votar la última vez, así como que en el pasado, los grandes partidos, de entre los cuales surgía el primer ministro, tenían 40 bancas en la Kneset y hoy rondan los 20, y ello dificulta la gobernabilidad.

El conflicto con los países árabes y, principalmente, con los palestinos es fundamental e influye en la decisión de la ciudadanía, agregó.

Por último, Hasson aseguró que los inmigrantes latinoamericanos se han integrado plenamente a la ciudadanía israelí y a los partidos políticos existentes.

Nisan Cialik, presidente mundial del movimiento Hanoar Hatzioní, consideró que si bien puede ocurrir que la lista Campo Sionista -la alianza electoral entre el laborista Avodá, presidido por Itzjak “Buji” Herzog, y Hatnuá (El movimiento), liderada por Livni- logre más bancas que el Likud, Netanyahu es quien tiene más posibilidades de conformar la próxima coalición.

De todos modos, estimó que los partidos de Lapid, Yesh Atid (Hay futuro), y Moshé Kahlon, Kulanu (Todos nosotros), podrían decidir la conformación del nuevo gobierno, y que los partidos ortodoxos Haam Itanu y Iahadut Hatorá Hameujedet (Judaísmo unido de la Torá) apoyarían uno de derecha.

Por su parte, Hernán Feldman, miembro del Directorio Mundial del Keren Kayemet Leisrael (KKL), sostuvo que se trata de un proceso electoral bastante complicado y que las encuestas que mostraban que Campo Sionista lideraba la votación se modificaron en los últimos días y ahora afirman que ese lugar le corresponde al oficialista Likud, lo cual permitiría que Netanyahu nuevamente sea electo primer ministro.

Si bien nadie puede pronosticar cuál será la composición del nuevo gobierno, no necesariamente lo integrarán los partidos religiosos, pues hay versiones que indican que Netanyahu intentaría integrar a la centroizquierda porque confía en que las afirmaciones de Livni en la campaña electoral solo tienen valor hasta que se cuenten los votos y luego todo es modificable.

Al igual que Hasson y Cialik, el funcionario del KKL afirmó que la izquierda política se está dando cuenta de la falta de voluntad palestina y que sus posiciones se acercan a lo que plantea la derecha, aunque en campaña electoral vuelve a sus premisas tradicionales.

Para Feldman, la actividad del ISIS cambió la situación de todo Medio Oriente y espera que los países árabes lo rechacen.

Sobre la posición que tienen los olim (inmigrantes) latinoamericanos frente a la próxima elección, expresó que es un reflejo de la que posee la ciudadanía israelí en general.

Jaime Frikson, quien concretó su aliá (emigración a Israel) hace 25 años tras haber sido un activista que llegó a ocupar la Secretaría General de la Organización Sionista Argentina, afirmó a AJN su anhelo de que luego de estas elecciones se produzcan cambios en temas internos del país, pues la seguridad es muy importante, pero está cubierta con el accionar del Ejército y la política de Netanyahu.

Por ello propuso que la ciudadanía, que está muy dividida, debería evaluar muy bien por quién votar, pues a todos les preocupa la seguridad, en especial en relación a sus hijos y nietos.

Los olim que llegaron de la Argentina están involucrados en la política israelí -muchos de ellos en los diversos partidos-, tanto a nivel nacional como municipal, afirmó el ex dirigente.

Finalmente, Bernardo Nagelberg estimó que en esta oportunidad hay más interés por las elecciones que en ocasiones anteriores, aunque en su caso tiene una línea política desde que llegó al país, hace 30 años, y siempre votó a Avodá, lo cual no cambiará.

Aun así, predecir un resultado, y mucho más cómo se conformará el gobierno, es muy difícil a más de 40 días del 17 de marzo, aclaró, aunque hay nuevos partidos de derecha que podrían definirlo, ya que, como contrapartida, los ortodoxos cada vez tienen menos participación y ello disminuirá su caudal electoral.

A juicio de este argentino, el conflicto con los palestinos y la última contienda en la Franja de Gaza influirán en la decisión del voto de muchos ciudadanos.

Respecto de los olim latinoamericanos, Nagelberg observó una marcada división: los vatikim (veteranos) se han involucrado en la vida política partidaria, a diferencia de quienes llegaron a principios de siglo, quizá por estar más ocupados en su sustento.

EACh-CGG

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