El presidente de Israel quiere un «gobierno de unidad»

Israel

«Estoy convencido de que sólo un gobierno de unidad puede impedir la rápida desintegración de la democracia de Israel y unas nuevas elecciones en el futuro cercano», aseguró Rivlin.

Es que aun cuando el actual premier, Benjamin Netanyahu, ya se adjudicó la victoria en su cuenta de Twitter, los primeros sondeos a boca de urna vaticinan un empate técnico. Se espera que los resultados oficiales se conozcan recién el jueves.

En efecto, el oficialista Likud, liderado por el actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, y Unión Sionista, de Isaac Herzog, habrían obtenido una cantidad «pareja» de votos, según los primeros sondeos. En tercer lugar se ubicaría la Lista Conjunta Árabe, sin dudas, la novedad de la elección.

El diario israelí publicó que ambos candidatos estaban «cabeza a cabeza» con aproximadamente 27 escaños parlamentarios cada uno, aunque menciona una leve ventaja para Netanyahu. Según uno de los sondeos, el Likud obtendría 28 de los 120 escaños del Parlamento, uno por delante de los laboristas, mientras que otras dos encuestas daban empate con 27 bancas para las dos fuerzas.

Si el empate técnico se mantiene cuando se divulguen los resultados oficiales, se supone que el presidente Rivlin convoque a Netanyahu y no a Herzog para formar la coalición de gobierno, opinó para Infobae el especialista Raanan Rein, vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv.

La figura del presidente tiene un mero rol simbólico en Israel, y entre sus pocas funciones tiene la de llamar, una vez cerrados los comicios, al líder de la formación que obtuvo más votos, para que éste intente sellar las alianzas necesarias para obtener una mayoría. Si al cabo de un período no lo logra, entonces será el turno del líder de la segunda formación, en este caso, Isaac Herzog.

Durante la jornada, mientras sufragaba, Netanyahu había descartado la posibilidad que ahora pone sobre la mesa Rivlin. «No habrá un gobierno de unidad con el Partido Laborista», afirmaba, en alusión a una de las formaciones que conforman la Unión Sionista.

El resultado de hoy abre un complicado proceso de alianzas y negociaciones entre los diferentes partidos del país. De acuerdo con el sistema electoral israelí, el candidato que logre más escaños deberá trabajar para formar un gobierno de coalición con el fin de lograr la mayoría de los escaños en el Parlamento, es decir, 61 bancas.

En esa ecuación, la Lista Conjunta Árabe -una coalición de partidos árabes que se unieron para participar en estos comicios- acaba de lograr un gran resultado al colocarse tercera con 13 bancas, lo que podría darle la llave para definir el futuro del gobierno.

Varios especialistas habían sugerido la posibilidad de una «gran coalición de gobierno», ante las encuestas que solo daban 25 y 23 escaños a los dos principales partidos.

«Históricamente, este sistema funcionaba porque el partido que encabezaba la coalición de gobierno obtenía en las elecciones entre 40 y 50 bancas», opinó Mario Sznajder, quien afirmó que el gobierno que surga de esta elección «tendrá una mayoría pequeña, lo que condicionará una situación de mucha inestabilidad».

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