Samuel Shats inaugura muestra fotográfica sobre la Shoá

COMUNIDAD, Cultura

JAI – El fotógrafo chileno Samuel Shats, inauguró una muestra denominada «El umbral del olvido». La misma reúne retratos inéditos de supervivientes del Holocausto que encontraron refugio en Chile tras escapar del horror de la segunda guerra mundial en Europa.

Los retratados, todos adultos mayores y de avanzada edad, prestan sus rostros a Shats para hacer patente la existencia de los últimos supervivientes en Chile de la época más oscura de la historia de la humanidad.

La exposición abrió sus puertas a toda la comunidad chilena en el Centro Cultural Gabriela Mistral, centro neurálgico de las artes de la capital chilena.
La inédita muestra, revela la cotidianeidad de una generación de judíos que, tras lograr escapar de la monstruosidad, hallaron en Chile algo más que un país frío y aislado por la cordillera.

En Chile encontraron eso que habían perdido, un hogar, una morada de paz que les permitió albergar esperanzas de perpetuar el valor del amor, la libertad y la tolerancia.

«Ésta es una exposición que habla en forma más universal de la memoria, de la vejez, y principalmente, de la resiliencia, es decir de la capacidad que tuvieron las personas retratadas para rehacer completamente su vida luego de las persecuciones», dijo Shats a Efe.

El fotógrafo especificó que el motor de su inspiración lo encontró en sí mismo, tras reflexionar sobre su propia historia.

«Yo soy judío. Así que siempre estuvo en mí mismo ese conocimiento y el tema. Estudié en el Instituto Hebreo, viví en Israel. Siempre esa historia estuvo presente. No tuve parientes que sufrieron persecuciones pero siempre me ha molestado la intolerancia y la injusticia», manifestó.

Shats explicó que el impulso para poner sus manos en esta tarea lo encontró cuando en «una oportunidad escuché que alguien estaba grabando los testimonios de los sobrevivientes en Chile. Ahí me di cuenta de que era el momento indicado para hacer algo».

«Para mi este es un homenaje a las personas retratadas, una advertencia a nosotros mismos que la tolerancia es una planta que hay que cultivar, porque sino es así pasan cosas muy malas. Me gustaría que la gente se quedara con eso, con las historias de resiliencia y el cultivo de la tolerancia».

El retrato de los supervivientes no fue una tarea fácil pues tenían que ir muy despacio para adentrarse en su íntimo universo.

«Ellos tenían muchas historias que les dolía recordar. Fue enriquecedor compartir eso con ellos», sentenció el chileno.

Fuente: La Vanguardia

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