El ejemplo de Israel

Israel

Por Daniel Lacalle ( *)

«En Israel se apoya la investigación y el desarrollo no para aparecer en los rankings, sino para crear empresas, empleo y prosperidad. Orientada al mundo real»

“Hemos conseguido duplicar nuestra posición económica respecto a Estados Unidos mientras nuestra población se multiplicaba por cinco y librábamos tres guerras” (Gidi Grinstein).

Israel es un ejemplo de verdadera creación de valor y rentabilización de la inversión pública. El país cuenta con más de 4.000 compañías de tecnología, de las cuales 500 generan ingresos anuales de más de 20.000 millones de dólares… con menos de nueve millones de habitantes.

En Israel se apoya la investigación y el desarrollo no para aparecer en los rankings, sino para crear empresas, empleo y prosperidad. Orientada al mundo real.

Un total de 80 de las 500 compañías más grandes del mundo tienen subsidiarias dedicadas principalmente a la I+D en el país, lo que sitúa a Tel Aviv, después de Silicon Valley, como la principal área del mundo en inversión tecnológica e innovación, según Startup Genome.

Y, por supuesto, hay un componente de gasto. Israel dedica el 4,3 por ciento del PIB a I+D, más que Finlandia (3,9 por ciento) o Corea del Sur (3,6 por ciento). Y no, al contrario que en la Unión Europea, no dedican más de dos tercios de su inversión en investigación a estudiar el cambio climático. El 90 por ciento de la inversión es para aplicación empresarial real basada en analizar necesidades de los consumidores.

Pero su balanza tecnológica tiene superávit, y casi el 50 por ciento de sus exportaciones vienen de alta tecnología.

Pero no es sólo gasto. La media de patentes por cada empleado en I+D es de 2,4, la más alta del mundo, por encima de Japón y Estados Unidos (con un 1,7 y un 0,3, respectivamente). El Gobierno tiene activos 37 programas-puente con universidades, instituciones de investigación y empresas. Pero no es una chequera en blanco. La financiación de empresas a través de subvenciones se hace a cambio de royalties. Y la universidad israelí tiene el mayor porcentaje de creación de empresas de la OCDE, empresas que se sacan a bolsa o venden, creando valor, y no se quedan en la facultad. Si comparan estas cifras con las de sus vecinos, petroestados y economías rentistas muchos de ellos, entenderán lo que me dijo un colega en la ciudad de Ariel:

En este país estamos rodeados de unos que nos quieren destruir, otros que nos ahogan con los precios de las materias primas y otros que nos quieren arruinar. Así que tenemos una salida. Pensar y hacerlo rentable.

NOTA: Este texto está tomado del más reciente libro de Daniel Lacalle

*) Economista. Autor de Nosotros, los mercados, Viaje a la libertad económica, La madre de todas las batallas y Acabemos con el paro.

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