Experta israelí: “La tolerancia de Europa con el islamismo extremista fortaleció a las células terroristas dentro del continente”

Medio Oriente, Mundo

AJN.- (Por Roxana Levinson, desde Israel) El terrorismo vuelve a sacudir a Europa, esta vez en Bruselas. La Agencia Judía de Noticias dialogó con la experta israelí Amira Halperin, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, sobre la dificultad de los países europeos para cambiar leyes, consensuar políticas y poner fin a la tolerancia hacia el discurso extremista instalado en su seno.

Desde hace años, miles de jóvenes viajan desde Europa a Siria o Irak y se unen en los combates a los grupos terroristas más radicales y crueles. Muchos de ellos regresaron, y continúan volviendo a casa, cargados de ideología, entrenamiento y motivación para hacer lo que aprendieron de los movimientos islamistas: asesinar a todo aquel que no acepte sus normas de vida.

Mientras todo ello sucedía, y mientras en algunas mezquitas y supuestos centros culturales de Europa se instaló el discurso radical y el reclutamiento de combatientes, el continente parecía inmóvil. Ahora, las consecuencias de la inacción comienzan a sentirse y el terrorismo vuelve a castigar a Europa. La Agencia Judía de Noticias dialogó respecto a estos procesos y sobre el panorama futuro con la experta israelí Amira Halperin.

Halperin es doctora en Ciencias Políticas y experta en terrorismo del Instituto de Investigaciones Harry Truman para la Promoción de la Paz, de la Universidad Hebrea de Jerusalem.

¿Cómo analiza la situación en la que se ve envuelto hoy no sólo Bélgica, sino todo el continente?

Creo que lo que sucedió hoy era totalmente previsible, “crónica de una muerte anunciada”. Ya hace muchos años, cuando aparecieron los primeros terroristas en Europa, estaba claro que era sólo el comienzo de una ola que continuaría y crecería. En realidad, esto no fue una sorpresa para nadie. Si se tiene en cuenta la amplia red de factores extremistas que existe en Europa, estaba claro que algo así sucedería. La indescriptible tolerancia de Europa con el islamismo extremista contribuyó y fortaleció a las células terroristas dentro del continente. Por ejemplo, en nombre de la libertad de expresión, los terroristas libertad casi total para instigar en las universidades contra Israel y Europa, y la ola de la incitación dentro de las mezquitas se expandió sin ningún control por parte de las autoridades europeas.

Hay una gran brecha entre la situación a la que se enfrenta Europa y las herramientas con que cuenta. No sólo desde el punto de vista de la seguridad, sino también de la ley y la justicia. ¿Cómo se hace para reducir esa brecha?

El problema de la legislación es sumamente complejo y difícil de resolver. Porque en este momento, lo que en realidad haría falta es un cambio de legislación drástico, total. Porque hasta ahora, la ley europea permitió a los factores extremistas refugiarse y crecer en Europa, vivir a costa de cada uno de los países, progresar y les dio vía libre para lograr los objetivos del Islamismo radical. Y creo que esto es problemático porque no se puede, así, de un día para otro, cambiar todo. Es algo que llevará tiempo, pero para lo cual también se necesita voluntad de los gobiernos. Porque todavía hay problemas para establecer políticas. Por ejemplo, no logran decidir qué harán ahora con las grandes cantidades de refugiados, qué harán con todos los extremistas islámicos que se sabe que están en Europa.

¿Usted cree que son capaces de ponerse de acuerdo, de consensuar una postura común?

No, no lo creo. Hay diferencias muy grandes entre los países de Europa, entre sus gobernantes. No creo que tengan la capacidad de ponerse de acuerdo, de coordinar políticas entre todos. A mi entender, eso ya se puede ver en lo que hicieron hasta ahora, en las políticas respecto a los refugiados. Cada gobierno está enfrentando el problema con sus propias armas y a su manera, con mayor o menor apoyo de su propio pueblo. Y en este aspecto, también hay que tener en cuenta que hay muchas cuestiones e intereses que son internos, y que cada uno de los gobiernos desea preservar.

Durante los últimos años, miles de jóvenes viajaron a Siria e Irak para unirse a la Jihad y muchos de ellos regresaron a sus países. ¿Los distintos factores – de gobierno, de seguridad, de inteligencia – no comprendieron lo estaba sucediendo? ¿Por qué no reaccionaron a tiempo?

A mi entender, ellos sí comprenden, pero no quieren tomar medidas extremas. Tienen serios problemas para tomar medidas contundentes. Cuando dialogué con funcionarios europeos de inteligencia, ellos decían abierta y claramente que sabían lo que sucede, pero no hacían lo necesario. Sencillamente no lo hacen, es una decisión sobre cómo enfrentar el terrorismo. Y ellos decidieron hacerlo así.

Pero ahora hay más de 30 muertos, y en París hubo 130, y hay que dar explicaciones, hay que rendir cuentas. ¿Qué explicación dan ahora a sus pueblos?

Siempre funciona así. Después de los atentados hacen una gran persecución de los terroristas y allanan sus casas. Pero, a mi entender, todo eso se hace sólo para conformar a la gente, para tranquilizar al pueblo. Son sólo apariencias, algo muy puntual, no una solución verdadera. Este problema existe desde hace tantos años, y hacen caso omiso. Una verdadera solución pasaría por cambios en la legislación, en las políticas, consensuar y fijar una política respecto de los refugiados, a los inmigrantes. Tiene que haber una mejor coordinación entre los gobiernos de todos los países del continente, algo que hoy en día no existe.

¿Cómo explica el fenómeno de los jóvenes europeos que se unen a grupos terroristas, van a luchar en Siria o Irak, muchos de ellos con títulos académicos y buena situación económica?

Hay muchos motivos. De aquellos que yo vi, que pude conocer, musulmanes que viven en Gran Bretaña, pude concluir que la mayoría de ellos son personas que crecieron y se educaron en Europa. Pero nunca llegaron a sentir que Europa es su casa, su lugar. Entonces, recurren a algo extremo y se van a Siria, aprenden ideologías extremistas. Sencillamente los convencen de que eso es lo mejor que pueden hacer, les lavan el cerebro y ellos caen. Se sienten rechazados en el lugar donde viven y aceptados en otro, con sus nuevas ideas. Y el camino es muy simple. Viajan a Siria y regresan a Europa, al lugar donde crecieron y conocen perfectamente. Les resulta muy fácil cometer atentados allí, en el lugar donde se criaron y del cual conocen todos los rincones y cómo funcionan las cosas. Conocen todo, pero no sienten pertenencia.

Pero muchos de ellos son egresados de universidades…

Ésas son precisamente las personas que se radicalizan, es una cuestión de fe. Ellos creen que ése es el camino correcto. Y lo dicen abiertamente: “Si crees en algo, si crees que eso es lo que debes hacer, hay que ir hasta el final, a lo más extremo”. El hecho de que sean académicos o tengan cualquier tipo de instrucción les da una ventaja al momento de cometer atentados, saben planificar, engañar, conocen lugares, trabajan, se mueven, conocen gente en Europa, y todo se les facilita.

¿Cómo explica que, en medio de esta situación y castigados por el terrorismo, los europeos no comprenden lo que sucede en Israel y cuando un israelí es atacado no lo consideran terrorismo?

Porque sencillamente responsabilizan y culpan de todo a Israel, no tratan de entender, no quieren comprender. Este es el problema al que se enfrenta Israel, que tiene que ver con el BDS y otros movimientos anti-israelíes, que presenta las cosas de esa manera: lo que sucede en Israel es distinto, porque Israel es un país ocupante, y así se llega a la conclusión de que no es terrorismo.

¿Qué cree Usted que va a suceder ahora en Europa, intentarán unirse, coordinar un plan de lucha conjunta contra el terrorismo?

Creo que intentarán, pero les llevará mucho tiempo enfrentar el fenómeno del Islam radical que tienen dentro del propio continente. Ahora tienen un problema mucho más grande que el que tenían hace diez años, debido a la gran ola de inmigrantes y no logran ponerse de acuerdo a quién dejar entrar, a quién no, adónde, en qué condiciones. A partir de los atentados, deberán resolver cómo consolidar una nueva política común. Creo que lo intentarán, porque deben intentarlo, pero no lo lograrán con tanta rapidez. Sí hay algo positivo que quisiera señalar, y es que, en el último tiempo, en toda Europa hay cada vez más interés por trabajar en forma conjunta con los factores – también musulmanes – que luchan contra la radicalización. Hay intentos, tratan de hacer algo, pero están realmente dando los primeros pasos. Son procesos que no tienen que ver en forma directa con los atentados, pero sí se aceleran a partir de estos hechos y hay voluntad para avanzar en este sentido. Por el momento, no sé cómo resultará, pero al menos es una pequeña esperanza.

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