El Injusto con Israel

Israel

Por Martha Wolf

JAI/ El lunes 27 de junio salió en la editorial de La Nación un artículo escrito por Mario Vargas Llosa titulado “Los Justos de Israel”. En él, Vargas Llosa se ocupó de juzgar a Israel como un país colonialista, avasallador e inhumano en los territorios en los que viven sus enemigos que nunca quisieron pactar la Paz.

Vargas Llosa, desde el hotel 5 estrellas en el que vivió, desde su postura de justiciero de la pluma y la palabra haciendo gala de haber sido Premio Nobel, se dedicó, como otras veces, a desprestigiar a ese país para defender lo indefendible. Este señor al que no le gusta que se metan en su vida privada, lo hizo con Israel. Accedió libremente a estar en los dos lados del conflicto palestino-israelí para denunciar, sin reconocer que las medidas de seguridad y control de esos “territorios ocupados” -como él los llama- son tierras de defensa por las continuos ataques y atentados perpetrados en vez de sentarse sus líderes a llegar a un acuerdo.

Vargas Llosa habla de los justos que denuncian las irregularidades que comete el ejército en esas zonas y no aclara que en la guerra nada es limpio ni perfecto: o matás o te matan, o te defendés o te atacan.

Desde su comodidad de famoso se asume como un patriota más a los que conoció que disconformes denuncian y critican a su país junto a otros jóvenes, fotógrafos, mujeres y hombres que se fueron a vivir al otro lado de la frontera para contar según ellos la verdad. Y yo me pregunto si los otros no tienen sus propios periodistas, escritores, representantes para quejarse ante el mundo que siempre apoyará más la causa palestina que al sionismo. Ellos tienen credibilidad para contar lo que pasa y es ridículo que Israel tenga a sus propios ciudadanos para sumarse a la pandemia antisionista.

Vargas Llosa, en su artículo, reconoce a escritores israelíes como David Grossman y Amos Oz al contar que estos dos progresistas, a pesar de todo, nunca se irían de Israel. Y aquí reside el secreto: porque viven en un país democrático donde sus opiniones no los conducen a la cárcel, a la tortura, a la muerte ni a la censura.

Lástima que Vargas Llosa no se fue a vivir a un hotel en Gaza, padecer los adoctrinamientos, la pobreza, el hacinamiento y equivocarse de no haber sido invitado a los túneles millonarios construidos con el dinero de la diáspora utilizados para atacar a Israel con esos fines y no sociales. Y además haber encontrado algún dirigente, educador, ciudadano, periodista que cuente como un justo su verdad.

Señor Vargas Llosa: Israel no necesitó de su visita para que usted escriba y envíe sus artículos denunciatorios. Israel conoce lo que pasa dentro y fuera de sus fronteras, pero también sabe que para resguardar su seguridad no hay elegancia ni misericordia porque está en juego la vida de su gente ¿Acaso otros ejércitos del mundo aprendieron protocolos diplomáticos para resguardar su seguridad?

Señor Vargas Llosa: déje de ser un observador y crítico como siempre contra Israel y por favor no visite más ese país o haga Aliá y sepa lo que es ser israelí.

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