Homenaje a Elie Wiesel

ANÁLISIS / OPINIÓN

Por Yonathan Nowogrodski

 

Señor director:

Con la partida de Elie Wiesel se extingue quien mejor encarnó la más noble batalla espiritual del pueblo judío en el último siglo: preservar en la memoria de la humanidad la tragedia de la Shoa (Holocausto).

Fue tan grande su legado que el mundo agotó sus reconocimientos a este periodista, escritor y filósofo, que siendo adolescente logró sobrevivir a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald. La bestia nazi se llevó la vida de su madre y de su padre y la menor de sus tres hermanas.

En 1986 fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz, al que se sumarían la Medalla Presidencial de la Libertad, la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos y el Premio Medalla de la Libertad, el rango de Grand-Croix en la Legión de Honor francesa. Su legado se recoge en obras entre las que destaca la “Trilogía de la noche”.

Su muerte deja un vacío enorme, no sólo por ser uno de los más importantes entre los nuestros, sino porque fue capaz de sintetizar el legado de una tragedia y la esperanza de que es posible superarla, pero jamás olvidarla.

Como chilenos y judíos queremos rendirle un humilde pero no menos emocionado adiós a quien esperamos jamás sea olvidado por su porte a la construcción del “nunca más”. El nunca más al genocidio, a la violación de los derechos humanos, a una tragedia de proporciones que terminó con la vida de seis millones de judíos y de todos aquellos que la maquinaria nazi asesinó.

Sus palabras resuenan fuerte cuando el terrorismo ciego se cierne sobre Occidente. Figuras como la suya serán, aun después de su partida, el motor para que los judíos sigamos luchando por la construcción de una sociedad levantada sobre el diálogo, la diversidad y la no discriminación.

Yonathan Nowogrodski

Director Ejecutivo

Comunidad Judía de Chile

Fuente: La Tercera

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