Parashat Balak

COMUNIDAD

Resumen

Balak, el Rey de Moab, sintió temor al saber que el Pueblo de Israel debía pasar por sus tierras durante su travesía por el desierto. Para debilitarlos, le pide a Bilam, un importante hechicero, que los maldiga.
Bilam monta su asna y se dirige hacia un monte para maldecir al Pueblo de Israel. En el camino, la asna se detiene al ver un ángel de D’s frente a ella. Bilam no ve el ángel y se enoja con la asna por detenerse. Le pega varias veces, pero la asna continúa inmóvil. Milagrosamente la asna adquiere el habla y le explica a Bilam que ella ha visto un ángel de D’s y que por eso no puede avanzar. Bilam levanta la mirada y logra ver el ángel.
El ángel intenta persuadir a Bilam para que no maldiga al Pueblo de Israel, y le advierte que si lo hace, D’s pondrá palabras de bendición en su boca.
Bilam no hace caso y continúa su camino. Al llegar al monte comienza a maldecir al pueblo, pero de su boca sale la bendición “Ma Tovú Ohaleja Yacob”, frase con la que hoy en día muchas sinagogas comienzan sus servicios religiosos.

Parshanut y Musar – Nuestro aprendizaje

Algunos parshanim (comentaristas) plantean que cuando el hechicero Bilam vio al pueblo de Israel desde lo alto del monte, observó que vivían en armonía y paz, y no pudo más que bendecirlos. Aprendemos de esto que las bendiciones llegan cuando uno las busca, y no por arte de magia. Solo una vez que el pueblo de Israel vivía en armonía fueron bendecidos, es decir, ellos “se ganaron” la bendición.
Otra interpretación menos optimista plantea que el pueblo de Israel se veía armónico desde lo alto del monte, pero que al bajar a la realidad había discusiones, peleas, conflictos… A veces nos pasa eso como comunidad. Desde afuera nos suelen ver como un pueblo unido, pero lamentablemente sabemos que existen divisiones internas que nos duelen.
Esta Parashá nos invita a luchar por la unidad de nuestra comunidad, aceptar nuestras diferencias internas, entender que hay más de una manera de vivir el judaísmo, y lograr la unidad que a veces los de afuera creen ver en nosotros.

Del Hebreo a tu mesa

Los invitamos a conversar en familia alrededor de la mesa de Shabat:

Preguntas a los hijos: ¿Qué significa ser unidos como pueblo? ¿Qué cosas en concreto podemos hacer para que nuestra comunidad sea más unida? (aportar en campañas de ayuda social, participar en comunidades, ir a la sinagoga para Shabat y festividades, respetarnos entre todos, etc.)

Para conversar entre todos: ¿Qué significa que las bendiciones llegan cuando uno las busca, y no por arte de magia? ¿Cómo podemos ser activos en la búsqueda de nuestras propias bendiciones?

Debate en familia: ¿Qué es una bendición? ¿una verdadera bendición llega sin que la pidamos o hace falta hacer algo al respecto?

¡Shabat Shalom!

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