El personaje de origen judío más emblemático del Chile colonial

110 años CJCH, COMUNIDAD

Por: Marcos Levy
Fue quemado vivo por “judaizante “ conforme al auto de fe de enero de 1639 y en 1618, el Cabildo de Santiago lo contrató para que se hiciera cargo del Hospital San Juan de Dios, el único nosocomio de la ciudad en aquel entonces. Se trata del cirujano Francisco Maldonado de Silva, con estudios de Medicina en la renombrada Universidad de San Marcos de Perú, quien sufrió una espantosa muerte durante el periodo colonial gracias a la perversa Inquisición. Estuvo 11 años preso en Lima, defendió con orgullo su condición de judío. Los textos sobre su historia, tema central de dos importantes libros -“La Gesta del Marrano“ de Marcos Aguinis y “Camisa Blanca“ de Guillermo Blanco- dicen que después de una larga enfermedad ocasionada por un ayuno casi completo de 80 días, que le dejó al decir del escribiente de la Inquisición “sólo en los huesos y el pellejo” tuvo el valor de confeccionar con envolturas de choclo de maíz una soga con ayuda de la cual se deslizaba fuera de la celda para introducirse en los cuartos vecinos a cuyos ocupantes intentó persuadirlos para que abrazaran la religión judía.

Su amor por el judaísmo y su erudición por la Ley de Moisés fueron inequívocamente manifestadas durante una de las audiencias ante el Tribunal al citar de memoria capítulos completos del Pentateuco, específicamente del Deuteronomio:

Escuchad cielos y hablaré

Y oiga la tierra los dichos de mi boca

Goteará como la lluvia mi doctrina

Destilará como el rocío mi razonamiento

Como la llovizna sobre la grama

Y con las gotas sobre la hierba

Porque el nombre de

Jehová invocaré

Engrandeced a nuestro D’s

El es la roca, cuya obra es perfecta

Porque todos sus caminos son rectitud

D’s de verdad y ninguna inequidad en él: es justo y recto.

 

También en la audiencia recitó la Amidá, la oración que los judíos pronuncian de pie:

El grande todopoderoso y terrible D’s

El D’s de Abraham, Isaac y Jacob

La porfía de Maldonado de Silva y su convicción judaica, irritaron a las autoridades de la Inquisición las que decretaron su muerte el 23 de enero de 1639. Fue quemado vivo, de acuerdo a las prácticas de rigor, enfrentando tan dramático final “flaco, encanecido, con la barba y cabellos largos y con los libros que había escrito al cuello”.

 

( Fuente :La Palabra Israelita )

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