A nuestros adultos mayores con amor

Chile

Por Pablo Pinto Epstein

Cuenta la historia que ante la necesidad de acoger y ayudar a los inmigrantes judíos que llegaron al país huyendo de la persecución nazi, en el año 1933 se creó un Comité de Ayuda en la calle San Isidro 249, que ofrecía puestos de trabajo para artesanos y profesionales de Europa Central. Los diarios de la época mencionan a Mauricio y Sali Hochschild, quienes dieron empleo a muchas personas en su empresa, como también al Dr. Oskar Koref, que los asesoraba y les proveía empleo, y la gran colaboración de la “Liga de Damas Caridad”.

El 15 de agosto de 1939, ante la llegada masiva de refugiados de habla alemana, la organización se estableció bajo el nombre de Comité Israelita de Socorros (CISROCO), en la calle Maipú 525, comuna de Santiago, donde las familias fueron acomodadas a su llegada al país. Con la ayuda del JOINT, CISROCO proveyó empleo, créditos, alojamiento y transporte a más de 1500 personas, en especial para aquellas familias judías que estaban destinadas al sur del país, como también a Valparaíso. Asimismo brindó apoyo a enfermos, recién nacidos y organizó una colonia de vacaciones para niños, entre otros.

Años más tarde la casa de calle Maipú pudo ser adquirida y la tarea de CISROCO se concentró en la atención de los adultos mayores.

El 5 de enero de 2000, la institución se trasladó a un moderno edificio en la avenida Padre Hurtado Norte, en la comuna de Vitacura, con el nombre de Condominio Carmel, establecimiento que hoy alberga a más de setenta personas de diferentes orígenes, todos miembros de la comunidad judía de Chile, a quienes brinda atención y cuidado en un marco de respeto, dignidad y calor humano.

El objetivo primordial es promover la independencia y auto valencia de los residentes a través de personal idóneo y calificado, fomentando el vínculo afectivo con sus familias y desarrollando su auto estima, sus potencialidades y la autorrealización, todo esto dentro de un espíritu judío y un grato ambiente familiar.

Las actividades diarias, que comprenden talleres de actualidad, memoria, gimnasia, taller literario, taller periodístico, manualidades, aparte de ser una gran entretención, apuntan a mantener el buen equilibrio mental y emocional, y un mayor tiempo de valencia.

Otro aspecto importante lo representan las diversas celebraciones de convivencia que atraen a una nutrida concurrencia de familiares y amigos, quienes comparten con los residentes las festividades religiosas y otras. También gozan de gran éxito las salidas a eventos comunitarios y paseos, todo ello gracias a la dedicación y al cariño del eficiente personal que los acompaña.

Con el fin de ser un aporte a la comunidad, Carmel realiza desde el año 2013 un encuentro anual para todos los adultos mayores que participan en los diferentes grupos comunitarios.

Siendo un lugar protegido, Carmel ofrece a sus residentes la posibilidad de mantener una vida independiente, rodeados de amor, comprensión y amistad.

 

Fuente: La Palabra Israelita

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