Israel a la cabeza en inversión para investigación

Ciencia y Tecnología

Cuando cumplen 18 años, los jóvenes israelíes tienen que pasar entre dos y tres años de servicio militar obligatorio. A unos cuantos los recluta la Unidad 8200, un cuerpo de élite dedicado a la ‘inteligencia electrónica’. Son los expertos en interceptar, identificar y descifrar telecomunicaciones, a medio camino entre hackers y espías. Lo que hacen en el ejército es información clasificada, pero lo que hacen al graduarse es un secreto a voces: ninguna organización del mundo, tal vez ni la Universidad de Stanford —en pleno Silicon Valley—, es tan eficaz creando emprendedores tecnológicos de éxito.

Cuando hace tres años las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) anunciaron que iban a trasladar la Unidad 8200 a Beer Sheva, una ciudad mediana al sur del país, la urbe se convirtió en poco tiempo en un epicentro mundial de la ciberseguridad. Y eso que el traslado no acabará hasta 2020. Muchas grandes empresas tecnológicas han abierto departamentos de I+D en la zona para captar talento fresco y varios fondos de capital riesgo incuban allí las start-ups del sector en las que han invertido.

Cientos de ‘ex8200’ han creado empresas de alta tecnología valoradas en muchos millones de euros. Pero no son los únicos, ni una consecuencia extraordinaria del trabajo en una unidad de élite; si acaso, son el ejemplo de lo en serio que se toma Israel la ciencia y la innovación. Crear conocimiento y transformarlo en productos y servicios útiles es política de Estado. Hasta su servicio militar lo fomenta, pero el resto de ámbitos también. Por eso se han ganado el sobrenombre de ‘Nación start-up’.

Israel, con ocho millones de habitantes, dedica más del 4% de su PIB a I+D civil —el 75% privado—, ha ganado seis premios Nobel científicos en los últimos 12 años y tiene más emprendedores y fondos de capital riesgo por cada mil personas que ningún otro lugar. Cada universidad del país obtiene millones de euros al año gracias a sus patentes. Por comparar, en España la investigación y las nuevas tecnologías suponen alrededor del 1,25% del total de la economía —la mitad en el sector privado— y apenas se han creado un puñado de ‘start-ups’ de éxito global.

 

Fuente: Diario de León

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