Las profundidades ocultas de Israel

Israel

Según los informes, casi perdido en el mar de las noticias, pero por lo que respecta a las implicaciones, este podría ser uno de los grandes momentos decisivos en la historia de Israel.

Así fue como Yuval Steinitz, el ministro de energía de Israel, le dijo al mundo – en la Conferencia de Herzliya IDC el mes pasado – que había gran probabilidad de que Israel tenga cuatro veces más gas en sus fondos marinos de lo que se pensó inicialmente.

De los grandes depósitos de gas natural frente a la costa mediterránea de Israel hace tiempo que se sabe. El campo Leviatán, que por sí solo podría satisfacer todas las necesidades energéticas de Israel, una vez fue apodado “regalo de Dios” por Benjamin Netanyahu.

Pero si Steinitz está en lo cierto, podría haber “2,200 bcm aún sin explorar”. Dicho de otra manera, el equivalente a otros cuatro leviatanes.

Podría disparar una economía tartamuda, y ser un “gran motor de crecimiento” en un momento en que las inversiones y las exportaciones están resultando cada vez más insuficientes para satisfacer las necesidades de Israel. “En los próximos dos años, nos va a salvar del crecimiento cero per cápita”, dijo embelesado.

Pero Steinitz no tiene su ojo puesto sólo en el ámbito doméstico. El gas podría ser la nueva arma de Israel, y con diferencia, la más potente.

Entre sus vecinos, muchos de los cuales son gigantes energéticos, ricos en petróleo, Israel es conocido por su poder militar, y por sus necesidades energéticas. En resumen, solo alguna vez ha cargado grandes garrotes. Ahora también cuelga una zanahoria grande y jugosa. Si el gas pudiera exportarse a través de tuberías a precios razonables a lugares como Egipto, Jordania y Turquía, podría tener un efecto transformador.

Steinitz no tiene ninguna duda de lo que esto significa para su tierra natal, y ahora que el largo proceso de desarrollar un marco finalmente parece haber terminado, dice que el trabajo – y los beneficios – pronto serán visibles.

“En términos de la posición de Israel en el mundo, esto tiene grandes ventajas.

Podríamos incluso convertirnos en un importante exportador de Europa occidental”, dice, en un recordatorio a los oyentes británicos de que las reservas de petróleo del Mar del Norte son cada vez menores.

“Si se lo puede licuar, se puede exportar a cualquier parte del mundo. Sin lugar a dudas, esto podría posicionar a Israel completamente diferente respecto a Europa y Oriente Medio. Nunca seremos una potencia energética, pero en los próximos diez años podríamos convertirnos en protagonistas. Si esto se materializa, sería un sueño”.

Es bueno que el ministro sueñe, dice Eitan Cabel, un feroz miembro de la Knesset, pero ahora tiene que despertar. “Hay una crisis energética en Israel. Realmente la gente la siente. La realidad económica es que las fábricas y las plantas no están conectando al gas. No tenemos nada en las manos todavía. Todo lo que tenemos son cuentos. ¿Para cuándo el cambio? ¿Cuánto tiempo tardará?”

Un Cabel exasperado, que culpa tanto al gobierno como al sector privado, está expresando las frustraciones de muchos, después de años de discusiones sobre la mejor manera de explotar el recurso. Pero Yossi Abu, presidente ejecutivo de Perforaciones Delek, cuya compañía ha estado involucrada de cerca en lo que es, con cierta distancia, el mayor proyecto de infraestructura de Israel hasta la fecha, tiene sus propias frustraciones.

“Quince millones de shekels, es lo que nos dijeron que ahorraríamos”, dice Abu furioso. “Durante cinco años hemos tenido gente que nos llamaba diciendo: “queremos gas”. Y nosotros decíamos “no podemos, estamos esperando el marco, está atascado en manos de los reguladores”.

El proceso de seis años, un atolladero legal de redacción de los contratos, se percibe ampliamente como una pesadilla legislativa y comercial, dice Dror Strum, presidente del Instituto Israelí de Planificación Económica. “La historia del gas hasta el momento ha sido la historia más triste”, dijo. “Decenas de fábricas en Israel sienten necesidad de gas, mientras utilizan metanol, crudo o diesel”.

Lejos de la visión de Steinitz de exportar a lo largo y ancho, dice: “Tenemos que mirar por primera vez nuestras propias necesidades, desarrollar nuestra propia economía. Nuestro único crecimiento en este momento es debido a nuestro consumo interno. No hay que mirar hacia el exterior para la exportación, sino mirar hacia el interior”.

Orit Farkash-Hacohen, ex presidente de la Autoridad de Servicios Públicos de Israel, está de acuerdo en que las industrias israelíes tales como el vidrio, los productos farmacéuticos, las refinerías y la petroquímica están “sufriendo” como consecuencia de las retenciones. Todo se reduce al precio del gas como se estipula en los contratos y comparado con los precios de la energía a nivel mundial, dice.

“Estamos compitiendo con el gas procedente del mercado mundial. El precio del gas en Israel está aumentando, pero el precio del gas en el mercado mundial está cayendo, y seguirá cayendo. Así que tenemos que asegurarnos de que no registramos precios artificialmente altos”.

Los recursos de Israel “deberían haber dado una ventaja competitiva”, dice. “Pero no es así. Todo se reduce al precio.

“El gobierno tiene un monopolio, y esto afecta a los precios. El gobierno tiene que retroceder; mirar lo que hizo y preguntarse qué va a hacer ahora”.

Mientras tanto, los perforadores están dispuestos, dice Abu. “Más de 500 millones de shekels se invertirán antes de final del año. Este es el drama. Habrá un equipo de perforación, el proceso de licitación está a punto de concluir. El tiempo de hablar se ha acabado. Es momento de actuar”.

 

Silvia Schnessel para Agencia de Noticias Enlace Judío México

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