100 años de la Comunidad Judía de Temuco: Más que una celebración

Chile, Vida Comunitaria

El centenario fue el marco para que la pequeña Comunidad Judía de Temuco exhibiera toda su fortaleza y voluntad de mantener su resplandeciente historia y proyectarla más allá de su generación al organizar, con la colaboración de la Comunidad Judía, un programa de festejos que abarcó cuatro días y que alcanzó alta asistencia, contenido y cobertura mediática. Fue tan estimulante la convocatoria y la esencia del motivo del encuentro, que reunió a representantes de comunidades de provincias y de Santiago, del Presidente de la Comunidad Judía, León Cohen, y de los Rabinos Daniel Zang, Gustavo Kelmeszes y Pablo Gabe, quienes encabezaron un hermoso servicio de shabat con asistencia completa -más de 100 personas- en una emblemática sinagoga que data de 1924 y que desde hoy se le conocerá con el nombre “Kahal Hatikva”, como señal de esperanza y continuidad judía.

Las actividades aniversarias fueron construidas a través de cuatro pilares: conservación de la memoria histórica, preservación del culto, fortalecimiento de la actividad social y expresión de la cultura mediante la música y el folklore.

Los actos comenzaron el jueves 25 de agosto en el Teatro Municipal de Temuco, donde una asistencia de más de 500 personas -fue una actividad abierta- recibió una puesta de escena de música y bailes a través de Ester Cohen y Sergio Polansky y el Grupo de Bailes “Egoz“, encabezado por Taly Winer, su directora.

El viernes por la mañana, en el salón de actos de la Intendencia Regional tuvo lugar el lanzamiento del libro “Judíos en la Araucanía“, del Dr. Jacob Cohen, una publicación de 612 páginas y 2080 fotografías que resumen el aporte de los judíos al desarrollo de la Región y el país. Fue para Cohen un trabajo de más de 35 años de investigación que concluyó con un libro que pretende mostrar “una comunidad extraordinaria como ésta, una de las primeras del país, en un registro fotográfico”. La presentación la hizo el propio autor quien proyectó algunas de las imágenes contenidas en la publicación provocando la alegre y entusiasta reacción del público que reconoció en ellas a sus ancestros.

A la hora del kabalat shabat se registró uno de los momentos altos de los festejos, cuando desde una sinagoga vestida de una nutrida asistencia y encabezada por los tres rabinos oficiantes, se hicieron sentir las oraciones con fuerza y profundidad. Fueron momentos de emoción que hicieron recordar los mejores días de una Comunidad que fue centro de la inmigración proveniente de Monastir. El servicio fue antecedido de la instalación de una mezuzá en la sede y luego de una placa en el acceso de la sinagoga con el nombre con el cual se le conocerá desde ahora. El sábado, tras el servicio de la lectura de la Torá y por la noche, una cena de gala en la que los comensales ocuparon mesas previamente asignadas que obedecían a los nombres de las 12 tribus de Israel. Allí habló, entre otros, el presidente de la institución anfitriona, Javier Weissbrot, quien haciendo referencia al “iné mató humanahyim…”destacó la importancia de la unidad, y ofreció homenaje y reconocimiento a algunos líderes locales por su trabajo y colaboración, entre los que mencionó a Charlo Cohen, el único residente en Temuco, oriundo de Monastir que llegara con sus padres en 1935 cuando apenas tenía dos años.

En esta jornada de cierre, en la que se conocieron varios mensajes de saludos en video -entre ellos el de Mario Kreutzberguer- la Comunidad Judía de Temuco recibió parabienes y regalos de las instituciones hermanas y en palabras de León Cohen los deseos de “un gran futuro“ comunitario.

Ester Cohen cerró la gala con sus canciones y las luces del gran salón comunitario se apagaron en horas de la madrugada, dando por finalizado un acontecimiento más en la historia colectiva, que contó el domingo por la mañana con una masiva romería al cementerio en respeto a los socios fallecidos.

 

Un testimonio

Para Violeta Testa Bajar, nacida y criada en Temuco, y en Santiago desde hace 40 años, volver allí para tan importante celebración, “fue tan emotivo como feliz… estoy impresionada al comprobar que la sinagoga donde me casé se mantiene impecable. El resto de las instalaciones tal como las dejé, engalanadas hermosamente para la ocasión. Me encontré con gente de mi generación, así como mayores que yo, y con todos recordamos antiguos momentos tan preciados que marcaron nuestra vida judía”. Para Violeta las pocas horas que estuvo en la Comunidad en este viaje le recordó “las fiestas que celebrábamos en la sinagoga y el vernos como familia con todos“ así como “el recuerdo que se me vino encima cuando con motivo de la cena de shabat que realizamos junto a otros “temucanos” en la Taberna del Hotel Frontera, me reencontré con el lugar en donde “carreteabamos en nuestra juventud”.

“Cómo no recordar las clases de hebreo de nuestro moré Abraham Braver, las competencias deportivas entre las tnuot de provincias, las celebraciones de fiestas judías, todas, y las fiestas familiares a las que estábamos todos invitados”, agrega Violeta, no sin “reconocer y agradecer el tremendo esfuerzo en tiempo y trabajo que entregó la Comunidad para darnos esta inmensa alegría”.

temucovarias

 

Fuente: Marcos Levy, La Palabra Israelita

Suscríbete a nuestroNEWSLETTER

Ingresando tus datos aquí, y recibirás noticias y novedades de CJCH en tu mail.