Comunidad israelita en Valpo: «Somos unos judíos porteños

Chile

Por Cinthia Matus O.

«Voy a contar la historia de esta manera», expresa David Alaluf, judío sefardí de ojos claros y avanzada edad.

Celia Morgunovsky, presidenta de la comunidad israelita Max Nordau, explica que el hombre es uno de los más antiguos de la colectividad y que por eso, resulta imprescindible para reconstruir esta crónica.

Sin embargo, Alaluf, que es muy fiel a la Torá, comienza a citar las generaciones de sus compatriotas como si se tratara de un capítulo del Génesis. Así, durante unos largos 10 minutos, se dedica a nombrar a cada una de las familias judías que llegó a Valparaíso, incluyendo sus domicilios.

«Primero, en la avenida Francia, estaba la familia Gallero, después la Cohen, la Barouh, la familia Alaluf, también la… ay, la tengo en la punta de la lengua… ¡la Albajari! y… ay, la memoria», dice tratando de recordar.

«No es necesario que las nombre todas», le sugiere Celia con una sonrisa. Pero Alaluf, ferviente en su deseo de nombrarlos uno por uno, le responde: «Es que después me tengo que pasar a la calle Victoria en donde estaba Víctor Alaluf que tenía un negocio de carteras, Isaac Ventura, los Mesina, el Salomón Cohen…»

Jocelyn San Martín, la joven que representa el área cultural de la comunidad israelí, se ríe de la situación. Al parecer, está acostumbrada a escucharlo y lo disfruta. Luego, cuando David Alaluf al fin termina de contar a las familias que recuerda (unas 40 aproximadamente), comienza a explicar cómo es que todas estas personas llegaron al Puerto.

«Sucede que los turcos, que eran vecinos en Esmirna, llegaron a Valparaíso y formaron una colectividad. Esto fue en el año 10 y se juntaron con la colectividad rusa que había llegado a la calle Victoria, en donde estaba Víctor Alaluf, el que tenía el negocio de carteras, Isaac Ventura, los Mesina, Salomón Cohen…»

 

100 años

Celia comenta que en el año 16 aproximadamente, los turcos se separaron de los rusos, quienes optaron por cimentarse en Viña del Mar. Posteriormente, con el resto de los judíos que quedaron en Valparaíso, se formó la comunidad Max Nordau, que este año cumplió 100 años.

«Cuando los turcos se apartaron de los rusos, la comunidad se fue a arrendar una casa en calle Chacabuco. De ahí se cambió a una casa de la Avenida Argentina en donde todavía está la estrella de Israel en la entrada y después se fue a la calle Victoria. Finalmente, hace unos 15 años, la comunidad se vino aquí a General Cruz 960», apunta Alaluf.

En este sentido, Celia precisa que hay dos corrientes judías a considerar. «En esta comunidad se quedaron los turcos que se llaman sefardíes (o también sefarditas y sefaradíes) los cuales están vinculados con España y Turquía. Los rusos, de los que se separaron en 1916, son los ashkenazí (o también asquenazí). Yo, por ejemplo, soy ashkenazí, pero me vine a esta comunidad porque me siento más cómoda. En general, todos los ashkenazí están en la comunidad de Viña», declaró.

De aquí la importancia de Valparaíso para los judíos, porque se trata de la primera ciudad chilena que los acogió. «Los serfardíes de Turquía se vinieron por situaciones económicas y los rusos y alemanes, que también llegaron aquí a Valparaíso, venían escapando de la Segunda Guerra Mundial (…) Los turcos se insertan en el comercio aquí en la zona y después empiezan a venir las segundas generaciones que empiezan a estudiar profesiones», detalla la presidenta de la comunidad.

 

Judaísmo

oraDespués, con la llegada de los nietos, muy pocos siguieron con el comercio porque preferían estudiar una profesión. No obstante, los antiguos han motivado a los jóvenes para que sigan cultivando la tradición de su país de origen.

«La idea de la comunidad es enfocarse hacia la instrucción y beneficencia. Y la vinculación siempre ha sido con la región porque acá pudieron llegar la mayor cantidad de judíos o descendientes. De acá se expandieron a otras regiones como Santiago, que es donde están la mayoría de la tercera y cuarta generación», afirmó Jocelyn San Martín.

Además, revelaron, que el actual presidente de la comunidad judía en Chile, es León Cohen, un «judío porteño» que estudió en el liceo Eduardo de la Barra y en la Universidad de Valparaíso.

«La satisfacción de mantener el judaísmo durante estos 100 años a pesar de vivir en un país que es mayormente cristiano, es maravilloso. Nosotros como jóvenes al tener 100 años podemos analizar a los más viejos y ver que el judaísmo es trascendental porque ellos todo su enfoque y fuerza lo utilizan para dejar un legado. Nosotros sentimos el deber de hacer lo mismo», señala Jocelyn.

Una forma de mantener su cultura en este lugar recóndito, pero que posee valiosos objetos como la primera bandera de Israel que se izó en Chile en 1948, es cumplir con todas las tradiciones judías.

«Todos los viernes tenemos un servicio religioso, el Kabalat Shabat que es cuando inicia el shabbat y descansamos. Se supone que parte cuando se empieza a oscurecer, pero como todos trabajamos, alrededor de las 20.00 horas parte. De ahí viene el servicio de arvit que ya es el shabbat mismo y en donde hacemos el kiddush, que es comer cosas ricas y conversar», detalla Celia.

Y agrega: «El 3 y 4 de octubre es el Año Nuevo judío y ahí hacemos una cena para compartir. Celebramos todas las tradiciones judías, ahora en octubre viene uno de los ayunos más importantes, el Yom Kipur, que son 25 días en que sentimos que estamos sometidos al juicio de Dios por como hemos sido. La idea es arrepentirnos de todas las idioteces que hemos hecho en el año y corregirnos mejor para el año siguiente».

 

Bomberos

Jocelyn sostiene que el rol que también han cumplido con Bomberos los ha hecho sentirse más porteños que nunca. «Estamos unidos con la bomba 15 de Rodelillo, que tiene el pabellón de Israel y eso implica entregar cosas positivas a la comunidad. Si bien un 90% de los voluntarios no son judíos, todos nos hemos unido para eventualmente crear la Cruz Roja israelí que servirá cuando haya catástrofes. Una vez al mes estamos haciendo capacitaciones de primeros auxilios», comenta.

Por todo esto, los judíos que se han criado en la ciudad, se sienten unos verdaderos porteños. «Somos judíos porteños por la inserción cultural que tenemos y porque nuestra cultura es intrínseca. Sentimos que esta mezcla extraña de Israel con Valparaíso, genera a Max Nordau porque aunque hay otras comunidades israelitas en Chile, ninguna se parece a ésta. Acá somos alegres, buenos para bailar, porteños. Judíos porteños», aseguró Jocelyn.

 

Tefilá por Chile

La comunidad judía de Chile organiza a todas las sinagogas o instituciones israelitas presentes en el país y este próximo 8 de septiembre, en Santiago, celebrará la Tefilá (oración) por Chile. «Vamos a celebrar nuestros 110 años de vida, porque como comunidad existimos hace 100 años, pero 10 años antes llegaron los judíos a Valparaíso. Para nosotros es muy importante porque somos los más antiguos y ahí intercambiamos experiencias con el resto de los israelitas en el país», indicó Celia Morgunovsky.

 

Fuente: La Estrella, Valparaíso

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