León Cohen en Tefilá 2016: «Chile debe ser de todos y para todos»

110 años CJCH, Chile

El presidente de la Comunidad Judía de Chile, León Cohen, se dirigió a todos los asistentes a la Tefilá por Chile 2016, donde le reiteró a la Presidente Michelle Bachelet la petición de una ley que condene la incitación al odio.

Compartimos su discurso:

“Excelentísima Sra. Presidenta,

La Comunidad Judía de Chile, tiene dos motivos que provienen de su esencia para celebrar.  Como chilenos nos enorgullece formar parte de esta patria en su nuevo aniversario y, como judíos, recordamos este 2016 los 110 años de vida organizada.  Es un hito importante, para agradecer que a nuestros ancestros se les permitiera, como a todo chileno, surgir y construir familia, construyendo instituciones sólidas, muchas de las cuales hacen un trabajo incansable y silencioso por nuestros compatriotas.  Ahí están nuestras dos Compañías de Bomberos en Santiago y Valparaíso, consultorios médicos trabajando por los chilenos más desposeídos, la Wizo, noble institución que se ha enfocado en la educación de los niños más vulnerables, entre otras.

El mismo año en que se registró el acto que consideramos como fundacional de la actividad judía en Chile, 1906, Valparaíso fue azotado por un terremoto grado 8.  En el mismo espíritu, como acabo de señalar, de aporte a nuestro país, la Comunidad Judía se ha preparado para durante la siguiente catástrofe natural, D´s no lo quiera, llegar a la zona afectada con una planta purificadora de agua de alta tecnología.  Nuestro regalo a Chile en estos 110 años.

Ya en una ocasión anterior, cuando la Comunidad Judía celebró su centenario, tuvimos el privilegio de contar con la presencia de la Presidente Bachelet, cuando cumplía su primer periodo al mando de la nación, y hoy lo hace nuevamente en un gesto de amistad que interpretamos como un símbolo de reconocimiento a nuestra particularidad, que siempre ha estado al servicio del país.

En el contexto de esta Tefilá, Sra. Presidenta, hacemos votos por el progreso y bienestar de Chile y sus autoridades y, a la vez, suscribimos nuestro compromiso como chilenos judíos por la prosperidad de esta tierra, que bien se merece lo mejor para todos quienes la hemos labrado a costa de esfuerzo y dedicación.

Queremos que Chile sea una tierra fértil para todos, nativos e inmigrantes, en tiempos que algunos comienzan a alzar la voz en contra de quienes llegan a Chile buscando un mejor destino para ellos y sus familias.

Así llegaron nuestros padres y abuelos, que han renacido muchos de ellos desde el infierno de la persecución y el racismo.  Esta tierra y su gente tienen una tradición de solidaridad y hermandad que no se puede perder.

pdtaSólo Chile gana cuando se abre el espacio para quienes tienen la osadía de cambiar sus destinos y ponen todo de su parte para sacar a sus hijos adelante.

Ahí están las centenares de familias judías que han dado a esta tierra destacadísimos hijos en las artes, en la ciencia, en la academia, en el deporte, en la empresa, en la diplomacia.  No somos los únicos y no queremos ser los únicos.

Por eso nos preocupa crecientemente la odiosidad que lenta pero sostenidamente ha ido surgiendo en contra de las minorías de inmigrantes, de la diversidad sexual y a veces también en contra nuestra, a través del antisemitismo, hoy disfrazado de antisionismo. Hace tan sólo unos días, en un programa de televisión abierta se dio espacio para explicar un desquiciado plan que tendrían los judíos para apoderarse de la Patagonia, que es bueno que se sepa salió de la desquiciada mente nazi.

Este no es sólo un fenómeno chileno. Sabemos, por nuestra historia, que los momentos de incertidumbre económica suelen ser acompañados por antipatía y agresión hacia los inmigrantes y minorías, incluyendo a los judíos, y pareciera que hoy esto estaría ocurriendo de nuevo, especialmente en Europa.

La diferencia con el pasado, cuando muchos de nuestros padres y abuelos encontraron en Chile un refugio, es que hoy existe el Estado de Israel.  Solamente el año pasado, unos 8.000 judíos huyeron de Francia, la mayoría hacia Israel.

No muy lejos de aquí, hace tan sólo unos meses, en Uruguay, un connotado judío de la tranquila localidad de Paysandú, fue asesinado en el contexto del odio religioso. Hace poco conmemoramos el atentado de la AMIA en Argentina.  Como chilenos es responsable que escuchemos estas señales de violencia y terrorismo tan cerca de nuestra tierra.

Es por eso, por nuestro reconocimiento y agradecimiento por el hogar que encontramos en Chile, que realizamos cada año esta Tefilá.  Y porque sabemos lo que significa encontrar ese hogar, es que deseamos cuidarlo.

Hoy hacemos un nuevo llamado a escuchar las alertas sociales que se levantan desde sectores irresponsables, que pretenden introducir el odio hacia el que aparece distinto.

shofarSabemos señora Presidenta que una legislación que penalice la incitación al odio no ha estado entre las prioridades de su Gobierno, pero pedimos una vez más que ello se considere.  En un ambiente de crispación y descrédito, nos parece que impulsar en el Parlamento una Ley contra la Incitación al Odio, es dar una señal clara para fortalecer la sana convivencia en nuestro país.

Nuestra Comunidad, señora Presidenta, está empeñada en seguir promoviendo el diálogo como única forma de resolver los conflictos, de coexistir.  Como institución daremos curso y apoyaremos todas las iniciativas que vayan en esa dirección.  Es nuestro desafío y lo estamos enfrentando.

Esta política está anclada en una profunda convicción donde el destino y bienestar del otro sea tan importante como el mío o el nuestro.  Basta recordar la esencia espiritual de nuestro sabio Hillel, quien enfatizó en su época sobre la importancia de la piedad personal, la humildad y la preocupación por los demás.  Estos preceptos, acogidos por la sociedad judeo- occidental, y que constituyen el fundamento del judaísmo, deben hacerse carne en los miembros de una sociedad que debe ser construida por todos desde la perspectiva de la ética y la responsabilidad.

Chile debe ser de todos y para todos, pero no como un sentimiento de deseo, sino como una acción derivada de políticas públicas democráticamente inclusivas que incorporen los beneficios del desarrollo a todos los sectores.  Para alcanzarlas, bienvenido el dialogo y los acuerdos, la construcción de puentes que generen confianza y tolerancia, generosidad en las propuestas, transparencia en el quehacer político, convivencia en el diario vivir y comprensión hacia al adversario.  Sólo, así, creemos, estaremos en condiciones de avanzar hacia un país y una sociedad que se respete así misma y respete a quienes la conforman.

Hoy los rabinos, nuestros guías espirituales, enfatizan sobre los pilares de esta oración por Chile, destacando la importancia de la educación, tanto en calidad como en cobertura, de la necesidad de restablecer las confianzas entre los chilenos y de lo imperioso que se ha vuelto conversar con el otro para unirnos en torno a los desafíos que enfrentamos como país.

Esta es una invitación de la Comunidad Judía a ser partícipes de la construcción de una sociedad donde la amistad, la fraternidad y la concordia contribuyan al progreso de Chile, un Chile en el que nuestros predecesores, cuidando y atesorando su legado espiritual, sembraron una semilla que hizo crecer un árbol frondoso.  Como orgullosos chilenos hoy lo seguiremos haciendo, conscientes de que nuestro aporte como el de todos es esencial en el devenir de esta patria dulce y generosa, que queremos siga siendo asilo contra la opresión.

Muchas gracias”.

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