Rabino Daniel Zang, presidente de la asociación de diálogo interreligioso y desarrollo humano, agradeció y oró por un país «que garantiza la libertad y la paz»

Chile

Esta tarde, hemos orado por el respeto a la diversidad y a las minorías, por la igualdad de derechos de todos y todas, Por la no discriminación y el recibir al refugiado, al que huye y al perseguido, acogiendo y protegiendo al vulnerable.

Hemos pedido por la educación que como derecho humano, y valor el judaísmo sustenta desde hace miles de años, estableciendo la importancia del acceso a una cultura que permita a todos y cada un desarrollarse en igualdad de condiciones.

Rogamos por la salud: física y psíquica, aquella que nos permite vivir con calidad, y no agregando dolor por falta de atención o acceso a tratamientos.

También clamamos por seguridad: por la necesidad de  los chilenos de sentirnos seguros, de seguir viviendo en paz, de la protección al inocente, confiados en las instituciones y autoridades que nos protegerán ante las dificultades.

Ponemos en Dios en nosotros, la esperanza desde el optimismo en Chile y los chilenos, como un  pueblo de luchadores que enfrentan la adversidad y las dificultades sin miedo y con la seguridad que al tropezar podremos volver a levantarnos. Dios nos ha enseñado a ser una tradición resiliente, y confiamos en que Nuestro país saldrá también adelante.

Como versa el salmo 130

Cántico de ascenso, desde las profundidades clamé a Dios, Oh Dios, escucha mi voz.

Hay veces, que tenemos que tocar fondo, para poder comenzar nuestro camino de ascenso.  Desde allí pedimos a Dios, y el nos escucha.

Es por eso, que a pesar de vivir en un tiempo difícil para Chile, en el que las personas parecen desconfiar de todo y de todos. Y -En un tiempo más complejo, para aquellos que deben guiar los destinos del país.

También es un tiempo ideal para quienes somos creyentes volvernos una vez más hacia D’s y orar por todos los chilenos, orar por nuestras autoridades.

La tefilá se basa en tres procesos, el reconocimiento, el agradecimiento para luego, pedir el favor del Creador.

tflaPor ello, no debemos Nunca olvidar que somos privilegiados de vivir en una tierra de paz, donde la coexistencia, la convivencia y el diálogo sigue primando sobre el odio, la violencia y la anulación del otro.

Donde hoy y aquí, representantes de los diversos credos, distintas culturas, múltiples espacios sociales. Elevamos juntos nuestra mirada al cielo, encontrando en la Fe y la esperanza un lenguaje común.

Debemos orar por cuidar eso que a veces por tenerlo no valoramos o incluso no lo vemos. Sentirnos en una tierra bendita, con condiciones y recursos para el desarrollo de todos y todas.

Debemos así reconocernos como iguales, en la multiplicidad y diversidad que nos caracteriza, a cada uno de los habitantes de esta nación, que podemos aportar a su engrandecimiento gracias a esas diferencias.

Debemos agradecer por los desafíos, sin quedar anclados en la deudas, concentrando las energías en aquello que nos une y no en lo que nos separa.

Agradecemos así, por un estado que garantiza la libertad, el derecho y la paz.  Por el esfuerzo cotidiano de cada ciudadano para construir un país mejor.

Y también pedimos  por la recuperación del diálogo fraterno, que nos permita enriquecernos con la otredad. Olvidar el monólogo discursivo que sólo se centra en el yo, en mi historia, en mi sufrimiento o mi dolor. Para pasar a pensar en el Nosotros.  Pues ese será el mejor trofeo que obtendremos por ponernos de verdad la camiseta.

Esta noche, el Vaad Ha Rabanim, los rabinos de Chile, queremos honrar con la lectura del texto de la Tefilá, a una persona, que representa, todos estos valores.

Un judío que ha dedicado su vida al servicio. Un destacadísimo médico de nuestra comunidad, que encarna la entrega anónima de tantos judíos que como él se han puesto la camiseta, dedicado silenciosamente su esfuerzo, tiempo, recursos y sabiduría a servir a Chile y a los chilenos.

Su pasión ha sido siempre trabajar por los más necesitados. En especial, en aquellos momentos en los que las catástrofes han golpeado a los más vulnerables, trabajando desde la Comunidad Judía, donde lidera los esfuerzos para preparar  grupos de profesionales que están listos para llevar la ayuda donde se necesite.  Los terremotos, inundaciones, incendios….. y la larga lista de catástrofes naturales que han azotado a nuestro país en los últimos años, han requerido de la ayuda de todos, pero fundamentalmente de un liderazgo que coordine estos esfuerzos.  Pero también lo han sido otros flagelos, como la pobreza y falta de infraestructura, que ha estimulado la creación de politécnicos en sectores vulnerables, junto a consultorios móviles, que acercan salud a los más carenciados.

Por su calidad profesional y humana. Porque está disponible 24/7.  Por su dedicación incansable a mejorar nuestra nación… Invitamos hoy para dirigir la Oración por Chile y todos los chilenos al doctor Alfredo Misraji.

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