Flamante vicepresidente venezolano El Aissami fue vinculado a Irán y Hezbollah

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AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- El 14 de marzo de 2015, casi dos meses después del dudoso fallecimiento del entonces titular de la Unidad Fiscal de Investigación del Atentado a la AMIA, Leonardo Coutinho, corresponsal en Washington del semanario brasileño Veja, publicó un informe en base a revelaciones de tres presuntos y anónimos desertores que supieron integrar la cúpula del gobierno venezolano, bajo el título “Chavistas confirman conspiración denunciada por (Alberto) Nisman”.

Se refería a la acusación presentada días antes de su muerte contra los ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque, el polémico dirigente kirchnerista Luis D’Elía, el presunto representante del gobierno iraní Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil, el ex fiscal y juez Héctor Yrimia, el supuesto espía Ramón “Allan” Bogado y el líder de la organización extremista Quebracho, Fernando Esteche, por encubrimiento por favorecimiento personal agravado de los imputados como autores ideológicos de ese ataque terrorista, impedimento o estorbo del acto funcional a través del inconstitucional Memorándum de Entendimiento con Teherán y, a los tres primeros, incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Hacia el final del mismo, el periodista mencionó -como bien señala hoy, jueves, el diario Clarín-extensamente al ex gobernador de Aragua y flamante vicepresidente de Venezuela Tareck Zaidan El Aissami Maddah -designado el  miércoles, por Nicolás Maduro (ambos en la foto, desde la izquierda)- como “uno de los principales operadores de los vuelos Caracas-Teherán”, que supuestamente la cúpula chapista catalogaba como “aeroterror”, cuando fue ministro para Relaciones Interiores y Justicia y como “el enlace entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Hezbollah”, la organización terrorista libanesa a la cual se atribuyen los atentados en la Argentina, a cuyas órdenes habría trabajado “el libanés Ghazi Nasr al-Din, entonces agregado comercial” en Damasco, Siria, quien a fines de enero de 2015 “entró en la lista de los más buscados del FBI”, la Agencia Federal de Investigaciones de los Estados Unidos, y “tenía como misión producir y distribuir pasaportes venezolanos para ocultar la verdadera identidad de los terroristas que viajaban el mundo”, incluido el ex agregado cultural iraní en Buenos Aires Mohsen Rabbani, uno de los principales acusados por el ataque a la AMIA.

Nacido en El Vigía, en el estado de Mérida, el 12 de noviembre de 1974, de padres drusos de origen sirio-libanés, este político, criminólogo y abogado egresado de la Universidad de Los Andes fue uno de los funcionarios más influyentes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, del cual fue dos veces vicepresidente, y asumiría el poder de su país en caso de destitución del actual mandatario por un referendo revocatorio.

En la nota de Veja, cuyo contenido no pudo ser confirmado, se informó que los entonces gobernantes de Venezuela e Irán, Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad “decidieron crear un vuelo Caracas-Damasco-Teherán, que después llegó a ser denominado por la cúpula chavista como ‘aeroterror’” y que un Airbus A340 realizó esa ruta dos veces al mes entre marzo de 2007 y septiembre de 2010.

Según las presuntas fuentes chavistas, el avión salía de Caracas con documentos y equipamiento no individualizados y un cargamento de cocaína que era descargado en la capital siria, desde donde era distribuido por Hezbollah, y regresaba con dinero en efectivo y terroristas con pedidos de captura internacional.

Coutinho aseguró que la Administración para el Control de Drogas (DEA) “recolectó diversos testimonios que señalan” a El Aissami como el enlace entre las FARC y Hezbollah y que su hombre en la embajada damascena, Al-Din, le concedió a Rabbani un pasaporte falso, con el cual éste visitó Brasil en secreto al menos tres veces.

“Incluso con el fin del ‘aeroterror’, en 2010, Venezuela continuó proporcionando documentos para encubrir a terroristas”, y según “uno de los chavistas exiliados, en mayo de 2013 el gobierno de Caracas le daba refugio a por lo menos 35 integrantes del grupo Hezbollah”.

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