Rosh Hashaná: lo que realmente cuenta

COMUNIDAD, Judaísmo

Nathan Lopes Cardoso

“En Rosh Hashaná, todos los habitantes del mundo pasan ante Él como un rebaño de ovejas”.

(Mishná Rosh Hashaná 1: 2)

“Es como caminar por un camino angosto donde no caben dos personas al mismo tiempo”. (Comentario de Rashi)

En esta mishná, los sabios destacaron la singularidad y la soledad del hombre en su encuentro con D-os. Los seres humanos son individuos. Se encuentran con D-os en privado, cada uno fue creado de una manera con diferentes talentos, emociones y niveles de sabiduría. La privacidad es, después de todo, el privilegio del individuo.

Sin embargo, esta individualidad tendrá poco valor si el hombre no puede ejercerla en su conexión con D-os y su prójimo. El hombre puede ser un individuo sólo si se relaciona, ya que si no vive en interacción con el otro, no puede ser único. Es como una flor entre todas las demás, y cuya belleza es única. El hombre se convierte en humano cuando destaca su singularidad.

Sin embargo, la individualidad es también un enorme desafío: un llamado a la responsabilidad del que no hay escape. El hombre es el único responsable de sus actos, y a través de ellos se encuentra con el otro. Sus actos tienen consecuencias. Un acto puede determinar el destino del mundo. A través de sus obras el hombre revela sus pensamientos y sentimientos. Aunque actúe en compañía de sus semejantes y con la cooperación de otros, sigue siendo distinto.

Rosh Hashaná celebra el nacimiento del primer ser humano, la primera criatura destinada a ser un individuo, mientras que Yom Kipur le recuerda sus responsabilidades. Aunque otras criaturas tienen sin duda algún grado de individualidad, no son responsables de sus actos y, por lo tanto, carecen de carácter distintivo.

Rosh Hashaná y Yom Kipur se centran en la singularidad de la acción humana. Entonces, las Altas Fiestas son una protesta contra la noción de que algunas acciones son triviales. Dado que todas nuestras acciones se llevan a cabo en presencia de D-os, deben ser significativas. Nuestro encuentro con D-os en esta época del año nos enseña una poderosa lección: no hay obras insignificantes y no debemos pensar que nuestras vidas son comunes e irrelevantes. En Rosh Hashaná y Yom Kipur tomamos conciencia de que nuestra vida, e incluso las obras más triviales, deben ajustarse a la eternidad. El tiempo es la interrupción de la eternidad; cada momento cuenta porque es parte de un gran misterio infinito que no vuelve. No vivimos en nuestro tiempo privado sino en el tiempo de D-os. Por lo tanto, es importante que infundamos la eternidad divina en todas nuestras obras, haciendo que las pequeñas cosas sean significativas, las comunes únicas y las momentáneas eternas (Abraham Joshua Heschel)

Debemos asimilar que sólo a través de los detalles se puede vivir una vida de profundidad. El detalle es la descomposición de las generalidades en componentes tan sutiles que tocan la eternidad. El hombre necesita vivir profundamente porque sólo una vida contemplativa tiene significado.

Cada acto debe ser una especie de mitzvá, un desafío espiritual, un encuentro digno con D-os. En Rosh Hashaná y Yom Kipur, se nos recuerda que nuestras obras deben redimir la presencia de D-os y rescatarlo del olvido. Al hacer lo finito debemos ser capaces de percibir el infinito.

Las Altas Fiestas son una advertencia para vivir verticalmente y no horizontalmente. Cuando vivimos nuestras vidas en busca de incentivos materiales, creyendo que a través de ellos encontraremos significado y alegría, debemos mirar a nuestro alrededor y ver el aburrimiento en el que se encuentra nuestro mundo occidental. La emoción de nuevas posesiones hace que la vida sea trivial después de uno o dos días, si la vemos horizontalmente. Si miramos lo que tenemos en una dimensión vertical, es decir, en un proceso de constante crecimiento espiritual los objetos son vistos a la luz de la eternidad y, por consiguiente, en profundidad.

Al iniciar un nuevo año, encontramos grandes desafíos. Esperemos que logremos enfrentarlos en nuestra vida privada y recemos sinceramente para que los gobiernos de Israel y Estados Unidos tomen las decisiones correctas con respecto a Hamás, Irán y el Estado Islámico. Un pequeño error puede traer un desastre.

Que D-os conceda al pueblo judío y a toda la humanidad la sabiduría para tomar las decisiones correctas, así como la oportunidad de vivir en paz y en profundidad.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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