Kavaná (invocación) Rabino Efraim Rosenzweig

Chile, COMUNIDAD

Kavaná (invocación) Rabino Efraim Rosenzweig

Sim shalom tova ubraja.  Concédenos la paz y la bendición, es parte de una oración que rezamos a diario en la liturgia judía.

No podemos construir una sociedad sana y sólida si no tenemos paz. La paz no es solamente la ausencia de guerra, de violencia o el fin de un conflicto.

La paz es poder planificar mi vida, la de mi familia, la de mi país, con la tranquilidad de saber que no seremos violentados y que tendremos la protección y la seguridad de poder desarrollarnos y alcanzar nuestros sueños y anhelos.

Shalom, paz en hebreo y shalem completo, tienen la misma raíz. No somos completos sin la paz.

La paz es también la paz social que significa una sociedad que avanza hacia mejoras en el nivel de vida de la población, en la superación de la pobreza y de las grandes desigualdades.

Raban Shimon ben Gamliel un sabio de la tradición oral rabínica nos dice: el mundo se sostiene por tres cosas a saber, la verdad, la justicia y la paz, pues así lo sostiene el profeta Zejaria cuando afirma “Impartid en vuestras audiencias la verdad, la justicia y la paz. La verdad trae la justicia y el corolario de ambas es la paz.

Te pedimos oh D- s nos ayudes a traer la paz al mundo. Tú que escuchas nuestra plegaria haz que se haga realidad nuestro diaria suplica “ose shalom bimromav hu iaase Shalom”  “El que establece la armonía en sus alturas, nos conceda la paz a nosotros, a Chile, a Israel y a toda la humanidad, amen”.

Od lo avda tikvateinu, hatikva shnot alpaim, nuestra esperanza no estará perdida, la esperanza milenaria. Así dice una parte del himno nacional del pueblo judío.

A lo largo de los siglos solo le quedo a nuestro pueblo la esperanza. Despojado de su tierra, sin derechos y a menudo perseguido, su deseo de reconstruirse como nación y su plegaria mirando hacia Jerusalem significaron el sueño de algún día volver a ser una nación reconocida y respetada.

Rezar es tener fe y la fe es esperanza, cada vez que elevamos nuestra plegaria al Eterno renovamos esa fe y esa esperanza de poder construir un mundo más justo.

Te agradecemos, oh Eterno el poder llegar a este día en que volvemos a rezar por nuestra querida patria.

Y expresamos nuestra confianza y esperanza que todas estas invocaciones que hoy entregamos lleguen a ti, porque ata shomea tefila, porque tú oyes nuestras plegarias.

 

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