LLegada de Israel a la Luna : Un gran paso para un pequeño país

Ciencia y Tecnología, COMUNIDAD

Eduardo Mendel ( *)

Para el pueblo judío la luna desde tiempos inmemoriales ha tenido gran importancia. De hecho, el calendario judío y todas las festividades siguen rigiéndose por las fases lunares hasta el día de hoy, de manera que ya era hora de que Israel se sumara a las grandes potencias y emprendiera este viaje a nuestra preciosa Luna. Este proyecto – independientemente de su dificultad posterior- puso a Israel entre los siete países que han orbitado la Luna. Un gran paso para un pequeño país.

 

Combinando la poesía con la ciencia, científicos Israelíes decidieron construir un pequeño satélite (de 600 kilos) y lo llamaron Bereshit (traducido «Al Comienzo»), que nos evoca la primera frase de génesis en la biblia al momento de las supuesta creación del mundo: Al comienzo D’s creó el Cielo y la Tierra: y la Tierra era un caos…“

 

Basándose en la idea de 3 jóvenes Israelíes, los científicos decidieron llegar a la luna de una forma muy lenta y continua. Hasta el momento estos viajes habían sido por rutas bastante cortas y gastando mucha energía. Los israelíes decidieron hacerlo distinto, subiendo en órbitas elípticas alrededor de la Tierra cada vez más lejanas y excéntricas (aprovechando la gravitación terrestre y leves impulsos energéticos) hasta llegar a distancias tan cercanas que su gravitación fuera más fuerte que la de la tierra (mucho más masiva). De ahí fueron desacelerando y así cayendo en órbitas cada vez más bajas hasta poder alunizar.

 

Para pasar de una órbita elíptica alrededor de la Tierra a la de la Luna hay que coordinar las posiciones del satélite con la órbita de la Luna (que gira alrededor de nuestro planeta) de manera de que cuando la posición del satélite esté en el punto casi más lejano de la Tierra en su órbita elíptica, justo la Luna se encuentre en esa zona de su órbita… esta tarea no fue fácil y el satélite Bereshit tuvo que dar varias vueltas a la Tierra para encontrarse justo en esa posición para poder «saltar» de la influencia gravitacional terrestre a la lunar. Esto requiere mucha precisión computacional y de ubicación espacio-temporal (lo que ya conocemos en la Tierra del increíble «Waze» que ocupamos diariamente). Esto se logró exitosamente hace unos días ocupando poca energía para pasar de una órbita a otra. Por tener esta órbita tan eficiente del punto de vista energético (y por ende de bajo costo), el satélite se demora como seis semanas en contraste con los cuatro días de necesitó China para alunizar hace unos cuatro meses.

 

Tanto estos satélites como las modernas comunicaciones nos muestran lo pequeño que es nuestro planeta tierra y lo inmenso que es nuestro universo. La imaginación humana nos llevará lejos y con seguridad, a futuro será necesario que aprendamos a proyectarnos por el universo de alguna forma (por ej. con información luminosa para transmitir nuestra identidad), considerando que en unos 2 billones de años la Nube Magallánica y luego la galaxia Andrómeda se entrelazarán con nuestra Vía Láctea y nuestro Sol explotará en unos 5 billones de años.

 

La reflexión de la llegada de Bereshit es que debiéramos ver lo cercano que tendríamos que estar todos en nuestro pequeño planeta Tierra, ayudándonos los unos a los otros, haciendo un mundo más justo, con la esperanza de que todos podamos mirar las estrellas con felicidad y orgullo de que nadie se sienta desprotegido o subyugado en este mundo. Los Israelíes ya hacen mucho en este sentido en campos de la medicina, agricultura, energía, agua potable, cultura, y ahora desde la luna nos vuelven a dar una lección.

 

(*) PhD en Física (University of Wisconsin-Madison, USA), con varios Postgrados, entre ellos en el Technion de Haifa, Israel.

Académico de la Universidad de Oldenburg, Alemania.

Investigador y Docente en Teoría Cuántica de Campos.

Más de 20 años dedicado a temas aplicados:

– Programa del habla personalizado para personas que pierden la capacidad de hablar por enfermedades como ELA

– Innovador sistema que concentra eficientemente energía solar, generando energía térmica y/o eléctrica.

Vive entre Chile y Alemania.

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