Se cumplieron 25 años de relaciones diplomáticas entre Israel y el Vaticano

COMUNIDAD, Israel

Agencia AJN

Con una importante ceremonia se conmemoró el 25º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y el Vaticano.

Las celebraciones se realizaron ayer en el Templo Mayor de Roma con un concierto de música sacra que contó con la presencia del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, del embajador de Israel ante la Santa Sede, Oren David, y del Gran Rabino de la Comunidad Judía de Roma, Riccardo Shmuel Di Segni.

En su mensaje, el cardenal destacó las buenas relaciones que existen entre Israel y la Santa Sede al tiempo que resaltó que en los últimos cincuenta años la comprensión y la confianza mutua, así como la amistad entre judíos y católicos, han crecido y se han profundizado.

El Acuerdo fundamental entre la Santa Sede y el Estado de Israel, firmado el 30 de diciembre de 1993 y que entró en vigor el 10 de marzo de 1994 –señaló el religioso- «ha abierto una nueva fase en las relaciones bilaterales, iniciando un importante camino de cooperación”.

“Ha dado lugar a la firma del Acuerdo sobre la personalidad jurídica de la Iglesia, cuyo proceso de aplicación está a punto de concluir, y ha abierto un largo y delicado proceso de negociación en el seno de la Comisión Bilateral Permanente de Trabajo entre la Santa Sede y el Estado de Israel para llegar a un acuerdo sobre cuestiones financieras, que esperamos que se concluya pronto”, añadió.

Asimismo, el cardenal Parolín expresó “palabras de agradecimiento por el compromiso asumido por el Estado de Israel de garantizar la libertad de la Iglesia Católica para llevar a cabo su misión y hacer su contribución a la sociedad israelí”.

“Entre las diversas actividades de la Iglesia, cabe destacar la de las escuelas católicas que, mediante la educación en los valores fundamentales, el diálogo y el respeto mutuo, favorecen la creación de una sociedad más justa y pacífica”, subrayó.

A su vez Parolín declaró: «Esperamos que nunca falte la coherencia con el espíritu del Acuerdo fundamental para una colaboración renovada y fructífera con la Iglesia Católica en Israel y que el país pueda demostrar con orgullo la viabilidad de su democracia garantizando la igualdad de derechos y de oportunidades para todos en la construcción de un futuro de paz y armonía”.

“En estos 25 años se han producido importantes visitas pontificias a Israel y al Vaticano por parte de las autoridades israelíes, así como numerosas iniciativas a favor del diálogo interreligioso. Quisiera mencionar, en particular, el encuentro de oración con los Presidentes de Israel y Palestina, que tuvo lugar el 8 de junio de 2014 en el Vaticano y cuyo quinto aniversario se celebra. Como sabemos, el Papa y la Santa Sede están preocupados por el proceso de paz y el futuro de la región», dijo.

En otro tramo de su mensaje, el cardenal recordó «el carácter único de Tierra Santa, tan rica en historia y fe y tan querida por los creyentes, ya sean judíos, cristianos o musulmanes. Jerusalem, ciudad de paz, es su corazón, patrimonio común de todos los fieles de las tres grandes religiones monoteístas y del mundo entero”.

“Que nuestro compromiso religioso y político favorezca la vocación de la ciudad de ser un lugar de reconciliación y encuentro entre las religiones, así como un símbolo de respeto y convivencia pacífica”, añadió.

En este contexto, el representante de la Iglesia Católica sostuvo que “la Santa Sede y el Estado de Israel están llamados a unir sus fuerzas para promover la libertad de religión, culto y conciencia, como condición indispensable para proteger la dignidad de todos los seres humanos, y a trabajar juntos para combatir el antisemitismo”.

“La Iglesia – dijo Parolin – deplora el odio, la persecución y todas las manifestaciones de antisemitismo dirigidas contra los judíos en todo momento y por todos”.

Por eso, en el cierre de su mensaje, el cardenal sostuvo que en “este aniversario nos ayudará a revitalizar nuestro compromiso con la promoción concreta de una amistad renovada».

La ceremonia comenzó con un pasaje de la tradición sefardí, ‘Āmēn Shem Nora/Yehallelû Shmô, tomado de los Salmos. Las canciones fueron confiadas a voces especializadas en el repertorio como Nathan Lam, Claudio Di Segni, Alberto Funaro, Ofer Barnoy, Raphael Frieder, acompañados al piano por Raymond Goldstein y al órgano por Angelo Spizzichino.

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