Fundación Trabun, Tikun Olam desde la educación

Chile, COMUNIDAD

Entrevistamos a Vicente Mariscal Bresler, 24 años, ex alumno del Colegio Santiago Collage, ex Sgan Rosh de Bet-El, fue parte del equipo del Plan de Continuidad Judía del Círculo Israelita de Santiago, ingeniero comercial de la Universidad Católica, actual profesor de “Torat Jaim” de 7mo, 2do y 3ero medio del Instituto Hebreo, y hoy Director Académico y pieza angular de Fundación Trabün.

 

Trabün significa “estar unidos” en Mapudungun y es precisamente lo que busca esta organización creada hace sólo 4 años pero que ya tiene grandes éxitos, como el que uno de sus fundadores -Juan Antonio Álvarez- fuera seleccionado parte de los 100 Jóvenes Líderes del país en 2018.

Enfocada en la educación no formal pero dentro del aula de clases, buscan crear un vínculo personal con los alumnos, que permita acompañarlos en su proceso educativo y entregarles una formación integral, centrada en el desarrollo de virtudes y habilidades socioemocionales. Ser un complemento a la labor educativa de las familias y escuelas, a través de un involucramiento tanto curricular como extracurricular.

Partieron como un modelo de movimiento juvenil los días sábados -de 11.00 a 13.00hrs- en Bajos de Mena, Puente Alto, considerado uno de los barrios más vulnerables de la capital. Hoy trabajan en 5 establecimientos educacionales de la misma comuna, tres del mencionado barrio; 300 alumnos, más de 100 voluntarios y 20 personas en el área profesional. Este año, fueron un paso más allá y lograr implementar la metodología “Trabün” dentro de la hora de orientación y/o religión de los establecimientos educacionales.

“El énfasis es estar unidos, es hacer comunidad, lo primero es el vínculo, antes de todo”, explica Mariscal. La idea nació de un grupo de jóvenes universitarios con ganas de ayudar en Bajos de Mena, un barrio de extrema complejidad, después de muchas preguntas y visitas en terreno, “nos dimos cuenta de la importancia de que los niños puedan salir de la casa y jugar de forma segura y con esa motivación nacieron los talleres extra programáticos titulados jugando se aprende, lo que hacemos es entregar contenido, pero a través del juego”, explica.

La metodología en la que se basa es la experiencia judía en educación no formal, en el equipo de 20 personas profesionales, cinco son judíos, ocupando cargos en niveles de importancia como el consejo asesor, el equipo directivo, equipo de planificación y voluntarios. “Creemos en el concepto de Tikun Olam, no como ir y hacer una intervención específica -lo que también está bien- pero nosotros vamos un paso más allá, entramos a la sala de clases, vamos todos los sábados, vimos un problema y nos queremos hacer cargo de su solución. En Trabün hay un equipo judío con experiencia y conocimiento en educación que es sumamente valorado en todo sentido.”, añade.

Vicente explica que lo que si bien, los colegios tienen dentro de sus programas y objetivos la educación integral y el desarrollo de habilidades socio emocionales, la contingencia y la realidad propia de los colegios y alumnos, hacen que los esfuerzos -generalmente- deban enfocarse en lo académico, y Trabün se hace cargo de esta realidad generando un modelo de involucramiento que acoge y releva la importancia de las habilidades socioemocionales, “buscamos cambiar el foco de la educación, desde lo cognitivo hacia lo humano, poder enseñar a relacionarse con el otro, a trabajar en equipo, a tener las competencias para ser un ser humano más integral”.

Para él, sumarse al proyecto fue casi una proyección natural de sus años de experiencia en Bet-El, lo que más lo motivo fue poder influir en la educación por medio del juego. “Me es difícil separar lo que soy de mi judaísmo, si estoy en lo que estoy es por ser judío. Me motiva el foco en lo humano, en aprender del otro y que aprendan de nosotros. Somos todos partes de una misma sociedad y la importancia recae en el vínculo. Mi identidad va mucho de aprender del otro y que ojalá el otro, en el proceso, también pueda aprender de mi”.

¿Cómo un ingeniero comercial llega a hacer clases en Puente Alto? Sé que no soy pedagogo, por lo que aprendo de mis co-profesores todos los días y, al mismo tiempo, comprendo la resistencia inicial que puede generar que un ingeniero comercial se venga a involucrar en su propia realidad. Pero estoy convencido de que si lo que queremos es mejorar la educación, tenemos que conocer en terreno la realidad, estar donde las frustraciones se ponen en juego y solo desde la profundidad de la experiencia es desde donde uno puede aportar.

¿Por qué como ingeniero comercial te motiva la Educación? Porque es el arma más concreta para formar habilidades. Me quiebra el alma cuando veo en los niños –especialmente los sábados- que son los mismos niños que están en nuestros movimientos juveniles, las mismas risas, las mismas travesuras, las mismas dinámicas, pero cuando están dentro de la sala, la diferencia es abismante, la dinámica de un niño de 6to básico de un colegio vulnerable no tiene comparación alguna con el mismo niño en un colegio de elite, y esa desigualdad es lo que me moviliza.

¿Cuáles son las proyecciones? En 2019 partimos con el objetivo de consolidar el modelo de involucramiento en la sala de clase, de ser codocentes elaborando cursos tanto de formación académica como de habilidades socioemocionales, todos a través del juego y de una manera más cercana y centrada en el alumno.

¿Cómo ha sido el recibimiento de los alumnos y directores? El mejor éxito que tenemos hoy es el cariño de los niños, ellos piden la clase y están felices con tener un espacio para poder expresarse y aprender jugando. También los directores agradecen mucho la metodología.

 

Hoy están en la búsqueda de profesores que quieran involucrarse full time a este desafío. Educadores para el siglo XXI, motivados con generar un vínculo diferente con sus alumnos por medio del juego.

Toda la información en:

www.fundaciontrabun.cl

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