Gustavo Perednik, el amigo de Nisman que habló con Netflix: «Ya fue demostrado mil veces que fue asesinado»

Amia, COMUNIDAD

Gustavo Perednik

Leandro Fleischer

Ynet español

El escritor argentino-israelí Gustavo Perednik era un amigo muy cercano del fiscal, quien en 2015 fuera hallado muerto en su apartamento horas antes de presentar una denuncia en el Congreso argentino contra la entonces presidenta. En diálogo exclusivo con Ynet Español, afirma que la teoría del suicidio del fiscal, expresada por algunos periodistas y políticos argentinos, representa “un retroceso”.

Perednik, que reside en Israel, publicó en el 2009 el libro Matar sin que se note, donde relata, de forma novelada, la investigación de Nisman sobre el atentado contra la mutual judía AMIA perpetrado en 1994. En el año 2017, el escritor publicó un libro sobre la muerte del fiscal llamado ‘Morir por Argentina’. En diálogo exclusivo con Ynet Español, el autor acusa al gobierno argentino de intentar “enterrar” la causa contra Cristina Kirchner por encubrimiento, manifiesta su decepción respecto de la serie de Netflix sobre la investigación del fiscal, y asegura no tener dudas de que a su amigo lo asesinaron.

– ¿Cómo y cuándo conoció a Nisman?

– Él me conoció primero a mí cuando venía a escuchar las charlas que yo brindaba en una institución que dirigía. Pero no sabía quién era él, porque nunca se presentó. Sin embargo, cuando Nisman ya era fiscal de la causa AMIA, leyó un artículo de mi autoría acerca del terrorismo iraní llamado ‘El príncipe y el principito’. Fue entonces cuando se comunicó conmigo para llevar a cabo una reunión y nos encontramos en la UFI (Unidades Fiscales de Investigación). Allí me contó que había asistido a mis charlas cuando era joven y nos hicimos muy amigos, por lo que comencé a concurrir frecuentemente a la UFI y él me comentaba acerca de cómo avanzaba la investigación. Después de un tiempo decidí escribir un libro sobre el asunto, y lo hice. El libro se llama ‘Matar sin que se note’, que se convirtió en best seller después del asesinato de Nisman debido a que se difundió mucho el caso. Él me ayudó a escribirlo. El fiscal también estuvo en mi casa en Israel. Aquí fue recibido como un héroe en muchas instituciones israelíes y fue premiado por la Knesset.

– ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

– Lo vi en un bar de Buenos Aires un par de meses antes del asesinato, pero mantuve un contacto fluido con él hasta el final.

– ¿Hasta días antes de su muerte?

– Te diría que menos que días, porque la denuncia que él iba a presentar en el Congreso me la envió antes para que yo le hiciera comentarios al respecto. En ese entonces escribí un artículo llamado ‘La trilogía Nisman’ que fue publicado en internet, ese era mi comentario sobre su denuncia, por lo que estaba esperando que él me dijera algo sobre el escrito. En ese momento fue que recibí un correo electrónico de un alumno que me informó acerca de la muerte de Nisman.

– ¿Cuándo le envió la denuncia a usted?

– Un día o un día y medio antes del asesinato.

– ¿Qué le contaba él acerca de la investigación que estaba llevando a cabo antes de que se firmara el memorándum de entendimiento entre el gobierno argentino e Irán?

– Antes de que se firmara, él no estaba al tanto de nada de lo que estaba ocurriendo. El memorándum era la culminación del pacto del gobierno argentino con Irán, no el comienzo. El verdadero tratado lo habían firmado los cancilleres Timerman (Argentina) y Salehí (Irán) en Alepo, Siria, en enero del 2011. Pero esto Nisman lo descubrió bastante después; fue parte de su investigación. Por este motivo, el fiscal se enfureció, ya que se trataba de una invasión al poder judicial. Pero además Nisman afirmaba que era un pacto imposible de cumplir porque no había plazos y las demandas estipuladas en el memorándum no podían llevarse a cabo bajo ningún punto de vista. Y fue hecho de ese modo a propósito, para que el asunto no avanzara nunca. Era un fruto podrido del pacto secreto del gobierno de Cristina Kirchner con los ayatolas.

– ¿Cuál era el estado de ánimo de Nisman antes de que lo hallaran muerto en su apartamento horas antes de presentar la denuncia contra el gobierno de Cristina Kirchner por el encubrimiento del atentado a la AMIA?

– En los últimos días, Nisman estaba exultante por la denuncia, ya que estaba convencido de lo que iba a hacer. Si lees la denuncia, te das cuenta que es muy convincente, no hay ninguna duda de qué fue lo que ocurrió. Era tan contundente, tan categórico, que o los iba a encarcelar a todos, o bien se iban a tener que ir del país. Se trató de una monstruosa traición a la patria sin precedentes en la historia argentina.

– Hay algunos periodistas y políticos en Argentina que afirman que Nisman se suicidó, ¿cuál es su opinión al respecto?

– Ese argumento es tan válido como afirmar que Nisman murió de muerte natural o que fue secuestrado por marcianos. Uno puede decir cualquier cosa, pero la aseveración no es una demostración de nada, es simplemente eso, una aseveración. Sin embargo, hay una clara diferencia: cuando alguien aduce el mito del suicidio, brinda una explicación basada en cuestiones psicológicas que él mismo inventa, como por ejemplo que Nisman se sintió acorralado, que la el agente de inteligencia Stiuso le mintió, que se dio cuenta que no tenía la verdad en sus manos, etc. Pero cuando uno sostiene la versión del asesinato, las cuestiones psicológicas pasan a un tercer o cuarto plano. Lo fundamental es que la pistola Versa deja pólvora en las manos, pero en las manos de Nisman no había pólvora; que el médico y la enfermera que vieron el cadáver después declararon que la foto que pasó la policía del cuerpo no coincidía con la posición en la que ellos lo habían visto; que la mancha de sangre que se encontraba al lado de la camiseta mostraba a las claras que el cuerpo había sido movido; que el arma estaba mal colocada debajo del omoplato izquierdo cuando en realidad Nisman era diestro; y así sucesivamente. Además te puedo agregar como agravantes las amenazas de asesinato que él había sufrido; el hecho de que estaba desafiando a la máxima autoridad; el hecho de que todos los custodios lo abandonaron el último día; el hecho de que la fiscal Fein manifestó que la sangre había borrado las huellas del arma, lo cual es un absurdo. Es decir, yo te puedo mostrar pruebas científicas del asesinato, que no fueron obtenidas por mí, sino por peritos de primera categoría. Más allá de eso, cualquiera puede afirmar cualquier cosa. La diferencia consiste en si es una especulación sin sustento o un argumento basado en evidencias.

– ¿Quién mató a Nisman según su punto de vista?

– Los que lo amenazaban; una conjunción de proiraníes en Argentina, que actuaban por momentos coordinados con Irán y que además estaban manejados por el poder político. Yo tengo cada vez menos dudas de que la entonces presidenta Cristina Kirchner tuvo que ver con el asesinato. Obviamente no creo que ella haya apretado el gatillo, pero estuvo involucrada en el hecho, no tengo dudas, porque la principal prioridad del gobierno argentino es enterrar el caso Nisman. De hecho, el mismo presidente, Alberto Fernández, y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, intentan invadir la Justicia para enterrar la causa. Es más, en el discurso de asunción del presidente, el único momento en el que él se enojó y afirmó que nunca más iba a permitir algo, fue cuando manifestó que iba a revertir todos los dictámenes y que iba a transformar el poder judicial. Lo dijo y lo dice públicamente. Uno ya podía notar que allí estaba ocurriendo algo extraño.

– Usted participó en la serie sobre Nisman en Netflix, ¿la vio?

– El único capítulo que vi entero fue el primero, el resto los vi parcialmente.

– ¿Cuál es su opinión sobre la serie?

– El equipo de trabajo era excelente, son muy profesionales y me encantó conocerlos. Sin embargo, desde el punto de vista del contenido fue una gran decepción, porque la pregunta en la que se basa la serie es si Nisman fue asesinado o se suicidó. Y esa es una pregunta que nos retrotrae al pasado porque ya fue demostrado mil veces que Nisman fue asesinado. Las preguntas deberían ser, en cambio, quién lo asesinó, cuáles fueron las motivaciones de los asesinos, etc. Volver al mito del suicidio, que ya fue demostrado cabalmente que no sucedió, no tiene sentido.

– Durante el gobierno de Néstor Kirchner, Nisman pudo investigar a Irán libremente, pero en el mandato de Cristina Kirchner se obstaculizó la labor del fiscal y todo culminó en el memorándum con Irán.

¿El fiscal le comentó el motivo de este cambio de política por parte de las autoridades argentinas?

– Por supuesto. No sólo me comentaba al respecto, sino que además está en su denuncia y yo lo he agregado en mi libro ‘Morir por Argentina’. Hacía mucho tiempo que Cristina buscaba beneficiarse económicamente. Irán podía ofrecerle a ella dinero sin límites. Sin embargo, Néstor era quien no quería entorpecer la marcha de la Justicia. Pero cuando él murió, cayó el último obstáculo para que Cristina pudiera actuar. En ese momento, la entonces presidenta envió a su canciller Timerman a avisarles a los iraníes que el gobierno argentino ya no estaba interesado en descubrir la verdad. De hecho, Cristina le ordenó al agente de inteligencia Stiuso no investigar más a los iraníes. Ahora bien, yo tengo una opinión respecto de lo que pasó por la cabeza de ella para llevar a cabo semejante política. Aclaro que es una opinión, ya que lo afirmé antes no era una posición mía al respecto, sino la realidad. Cuando murió Néstor, uno de los líderes que visitó Argentina para el funeral del ex presidente fue el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, que era el representante de los ayatolas en Sudamérica. Yo creo que en ese momento, Chávez le pidió a Cristina que no se investigara más a Irán porque podían recibir mucho dinero. Y ella le hizo caso.

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