Los desafíos del Chile que viene

Chile, COMUNIDAD, Opinión

Por Gerardo Gorodischer Testa, Presidente Comunidad Judía de Chile

 

Estamos viviendo momentos históricos, qué duda cabe, únicos por el levantamiento social iniciado en octubre del año pasado, por las consecuencias de la pandemia y, también, porque durante los próximos meses estaremos inmersos en un nuevo proceso democrático que más allá de sus resultados, nos demanda a pensar en el Chile que queremos para las futuras generaciones.

Creemos en la importancia de que la comunidad judía -tanto como en su colectivo como a nivel individual- se involucre en los procesos del país, exprese su diversidad de opinión, postura y, sobre todo, su aporte a la construcción de una mejor sociedad. Desde donde quiera que estemos: el mundo social, cultural, académico, intelectual, político, ciudadano, artístico, económico, de innovación, ciencia, privado o público, o cualquier otro, tenemos la responsabilidad intrínseca de aportar y participar activamente. Como dijo nuestro sabio Hillel, “si no hay líderes, esfuérzate tú en ser un líder”.

Como Comunidad Judía de Chile abogamos por un país más solidario y amable, por crecer en diversidad y respeto, donde haya espacio para todas las voces y miradas, para consagrar el diálogo y el entendimiento como único modo de resolución de diferencias entre seres humanos iguales en dignidad y derechos.

Por nuestra parte, aspiramos a que las próximas coyunturas nacionales permitan avanzar en una sociedad más democrática, pluralista y libre, donde se condene la incitación al odio y la violencia como garantía de que todos puedan expresarse en el marco de la legalidad y el respeto, y donde se cuente con una Ley Antidiscriminación más inclusiva, para un país más respetuoso donde no imperen discursos de odio, porque un clima de odio y discriminación no dignifica a nuestro país.

Es importante que seamos parte de los procesos democráticos de nuestro país- como lo hemos sido a lo largo de la historia- que nos involucremos con nuestras opiniones individuales y colectivas, de ver el mundo y la sociedad.

Como comunidad judía tenemos mucho que aportar a la sociedad, desde nuestra mirada valórica y especialmente, a través de los preceptos de Jesed y Tikún Olam. Para eso es importante asumir un rol activo y protagónico en los próximos sucesos nacionales. Porque finalmente, aportar con nuestra diversidad enriquece el diálogo, el respeto y colabora a la superación de las diferencias, apuntando al bien común y al desarrollo íntegro de todos los ciudadanos.

Me permito citar al ex Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz, Shimón Peres, quien declaró “la democracia no es un lugar de gente similar sino de gente diferente. Su principio no es de igualdad sino de igualdad de derechos para que cada quien sea diferente y no obstante las diferencias, y los puntos de vista variados, sea posible vivir juntos y sin violencia… por ello no hay victorias en las democracias, hay paz y la paz es la verdadera victoria de la vida política de los pueblos”.

Pocas veces se tiene la oportunidad de vivir procesos históricos que marcan hitos en la memoria de los países. Confiamos en que los que nos ha tocado vivir, nos permita reflexionar sobre la importancia de ser un aporte sustantivo para la sociedad en la que vivimos, y dar a conocer a nuestra Comunidad desde distintas miradas, áreas y experiencias, porque finalmente Chile lo construimos entre todos y todas.

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