Januca en La Moneda: Mensaje de Gerardo Gorodischer

Chile, COMUNIDAD

“Desde hace ya 12 ininterrumpidos años, que nuestra Casa de Gobierno nos abre las puertas como Comunidad Judía de Chile, para celebrar la festividad de Janucá, la Fiesta de las Luces. Y qué significativo es hacerlo hoy, cuando nuestro país y el mundo todo, estamos pasando por momentos tan difíciles donde traer esperanza, fe y luz son especialmente valorados.

La festividad de Janucá fue una épica batalla donde se enfrentaron los pocos contra los muchos, los justos contra los malvados. De alguna manera, un anciano sacerdote llamado Matitiahu junto con sus cinco valientes hijos fueron capaces de derrotar a un poderoso imperio y erradicar la idolatría del Gran Templo de Jerusalém para reinaugurar el servicio a Dios.

¿Cómo una pequeña familia fue capaz de liderar a una nación para alcanzar un triunfo tan sorprendente? ¿Cuál fue el secreto? Declarar que Janucá fue solamente un milagro divino —un acontecimiento inverosímil, posible sólo a través de la intervención de Dios— es ignorar el componente humano: la ardua lucha y la difícil batalla que precedió a la reinauguración del Templo y el re-encendido de la Menorá (Candelabro).

Esta historia-al contrario de lo que se pudiese pensar- no es ajena, ni antigua. En la actualidad, en diversas latitudes del planeta, a muchas personas y pueblos se les prohíbe continuar con sus tradiciones y costumbres, se les intenta coartar la libertad. Lo que se estamos festejando y recordando hoy es el triunfo de un valor universal, justo y noble: El derecho de cada pueblo, etnia, o nación a vivir de acuerdo con sus leyes y costumbres. A este valor, hoy en día, lo llamamos respeto por la diversidad.

También hoy, estamos siendo testigos de la inmensa capacidad del ser humano, de su ardua lucha y su batalla por colaborar los unos con los otros para preservar lo más valioso que tenemos…la vida. Por eso, es que este año el reconocimiento “Espíritu Maccabí” es para el Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Chile y a través de ellos, para todo el personal de salud; médicos, paramédicos, enfermeras, auxiliares, tens, conductores de ambulancia, personal del SAMU, salud municipal, pública y privada, y todos quienes desde la salud han encarnado los valores de esta festividad; traer luz aún en los momentos de máxima oscuridad. Muchas gracias Sra. María Angélica Baeza, Presidenta del Colegio de Enfermeras de Chile por aceptar este reconocimiento. Son ustedes un ejemplo de entrega, resiliencia y esperanza.

Es significativo mencionar que el ritual de Janucá, se realiza en las casas y no en las sinagogas, donde se enciende una luz cada día de manera ascendente y el tradicional candelabro debe ubicarse en la ventana, para “difundir el milagro” y para transmitir un mensaje: “en la oscuridad profunda siempre hay posibilidad de encontrar la luz”. Lo que quiere decir que, desde nuestros hogares, nuestras familias, nuestro núcleo cercano todos tenemos la capacidad intrínseca de traer luz hacia quienes lo necesitan.
Shimon Perez, Premio Nobel de la Paz, y ex Primer Ministro de Israe dijo “sabemos la naturaleza de las velas, una puede iluminar en la oscuridad. Pero el viento puede poner un final a la luz. Entonces la vida es eso, mantener la luz y evitar vientos que le pongan un fin. La luz es necesaria para mostrar la mejor parte de nuestra existencia. La luz es básicamente optimismo. Más vemos y creemos, más vemos y podemos amar, más vemos y más podemos distinguir”.

El desafío que tenemos hoy como ciudadanos de este diverso Chile, es poder distinguir el bien, distinguir el aporte del discurso público, distinguir la fuerza de la sociedad civil, distinguir que hoy hay una ciudadanía que anhela cambios para reducir la incertidumbre de la vida, que permita superar la sensación de que hay dos chiles. Y este anhelo implica una inmensa responsabilidad de ser conscientes de que nadie tiene las respuestas y que se necesitan todos los esfuerzos para que la vida sea más estable. El llamado es a que, con nuestras diferencias y similitudes, trabajemos por el bien común, que los cambios provengan de la integración de nuestras diferencias y de la complementariedad de nuestras miradas.
Estamos en momentos históricos, a nivel de humanidad enfrentados a una pandemia que aún no conocemos del todo y que tiene nuestra vida en una especie de pausa. A nivel país, con la oportunidad única en nuestra historia reciente de escribir el Chile de las próximas generaciones. Y ambos puntos de inflexión son momentos propicios para reflexionar, escuchar, dialogar y construir nuevas miradas que nos permitan un Chile más diverso, justo, democrático e igualitario.
Janucá, no sólo tiene el simbolismo de la luz y los milagros, sino que también en hebreo significa “inauguración”, ya que el triunfo del pueblo judío sobre los griegos les permitió reinaugurar el Templo, pero a nivel espiritual implica que es una época propicia para instaurar e inaugurar nuevas cosas, directamente relacionado con la renovación.

Como comunidad judía de Chile esperamos que la luz de la Menorá tenga la capacidad de iluminar los rincones más oscuros y renovar un nuevo año de un país más solidario, justo y feliz.
En nombre de la Comunidad Judía de Chile, agradezco al Gobierno esta iniciativa de celebrar nuevamente esta festividad, incorporándola como una tradición, permitiéndonos compartir junto a nuestras autoridades y querido país, el hermoso milagro de Janucá.
Que su luz de esperanza ilumine el destino de ésta, nuestra maravillosa tierra y el futuro de todos quienes conformamos esta nación”.

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