Un alto al fuego que lleve a la paz

Chile, COMUNIDAD, Opinión

Gerardo Gorodischer Testa ( * )
En medio de la vorágine política que se ha vivido en nuestro país durante las últimas semanas, a más de 15.000 kilómetros de distancia específicamente en Israel, se libró una agresiva operación del movimiento terrorista Hamas, enquistado en Gaza, contra la población civil israelí.
El resultado: en sólo 10 días se lanzaron más de 4.360 misiles hacia Israel, del orden de 1 cada 3 minutos, e Israel- como todo país democrático, respetuoso del estado de derecho y la legítima defensa de sus ciudadanos, desplegó una operación táctica focalizada en las ubicaciones militares de Hamas, una situación especialmente compleja cuando este grupo terrorista se camufla en medio de la población civil de Gaza e incluso no tiene vergüenza en bloquear el envío de ayuda humanitaria, usar escudos humanos y exponer a mujeres y niños, entre otras prácticas nefastas del terrorismo que ya viene utilizando desde el 2014.
Diversos embajadores árabes acreditados en Chile han suscrito una declaración señalando que “ha llegado el momento de cumplir las legítimas aspiraciones de los palestinos”. Es cierto, el pueblo palestino tiene aspiraciones legítimas, que no se han concretado por la falta de sensatez y radicalización de su liderazgo. Y, más aún, parece difícil avanzar hacia el cumplimiento de esas aspiraciones mientras la Autoridad Palestina siga incitando al odio y mientras Hamas mantenga sus actividades terroristas contra Israel.
Paradójicamente, estos 10 días de conflicto se extrapolaron a nuestro país, tras una intensiva campaña política y comunicacional de la Comunidad Palestina en Chile, la que incluso extremó su narrativa y acciones a hechos claramente antisemitas, como la quema de la bandera de un país democrático como Israel y ataques violentos contra instituciones judías locales. Incluso el Presidente de la Comunidad Palestina salió públicamente a reconocer y apoyar al grupo terrorista Hamas e hizo declaraciones que no solo son falsas, sino que nos remontan a los argumentos utilizados contra los judíos en los tiempos más oscuros de la humanidad. Todo esto ha generado una escalada de violencia y beligerancia contra la comunidad judía que no se había visto en los últimos años en nuestro país, a través de actos que atentan contra la sana convivencia entre compatriotas y hacen temer por la seguridad.
Desde hace pocos días, se respira una relativa calma en Medio Oriente tras la firma del alto al fuego con Egipto como país garante. Esperamos que los vientos de paz también lleguen a nuestro país y que se ponga fin a la beligerancia, ya que, en el fondo, lo que anhela tanto la Comunidad Palestina en Chile como nosotros, como judíos chilenos, es la paz, el diálogo, el entendimiento y la convivencia de dos estados con fronteras seguras, con garantías para el pleno desarrollo de ambos pueblos.,
(*) Presidente de la Comunidad Judía de Chile
Columna El Mercurio, 26 mayo 2021

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