Biden busca expandir los Acuerdos de Abraham

COMUNIDAD, Medio Oriente

Associated Press – Adaptado por Adrián Olstein
El gobierno de Biden está sentando las bases para un renovado impulso para alentar a más países árabes a firmar acuerdos diplomáticos con Israel y trabajar para fortalecer los ya existentes después de que la devastadora guerra del mes pasado en la Franja de Gaza interrumpiera los esfuerzos diplomáticos.
La adopción de los denominados Acuerdos de Abraham es un raro traspaso de una política de la administración Trump hacia la gestión del presidente Joe Biden y el gobierno demócrata. El gobierno de Trump hizo uso de la influencia e incentivos de Estados Unidos para lograr los acuerdos de cuatro países árabes el año pasado, aliviando la enemistad y el aislamiento del estado judío en Medio Oriente que se remonta a la fundación de Israel en 1948.
La administración Biden vio perspectivas significativas de que varios otros países árabes firmaran acuerdos que llevaran calma a la región y normalizaran las relaciones con Israel. Los funcionarios estadounidenses evitaron mencionar a qué países hacían referencia dentro de las perspectivas favorables de alcanzar un acuerdo.
Sudán, que firmó una declaración general de intenciones pacíficas pero aún no estableció relaciones diplomáticas con Israel, era uno de los posibles firmantes. Omán, que tiene una política de no intervención que le permite ser intermediario en situaciones conflictivas en Medio Oriente, ha sido visto por los occidentales como un candidato a normalizar sus relaciones con Israel.
Sin embargo, la guerra de 11 días entre Israel y los gobernantes de Hamás en Gaza el mes pasado entorpeció los esfuerzos diplomáticos respaldados por Estados Unidos para los nuevos acuerdos de Abraham.
La guerra «ha reforzado la convicción de los opositores a la normalización», sostuvo la activista Doura Gambo en Sudán.
La guerra «ha reforzado la convicción de los opositores a la normalización», dijo la activista Doura Gambo en Sudán. La sociedad en Sudán ya el año pasado mostraba una opinión dividida respecto a la posibilidad de que su gobierno firme los Acuerdos de Abraham. En ese caso, Estados Unidos había ofrecido un alivio financiero de las sanciones que pesan sobre el país norafricano.
La cantidad de muertos que dejó la última ofensiva en Gaza resonó con fuerza en el público árabe, incluso en los países que ya firmaron acuerdos con Israel: los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos.
La administración Biden evalúa, según informes, designar al ex embajador de Estados Unidos en Israel durante el gobierno de Obama, Dan Shapiro, para llevar a cabo las gestiones en Medio Oriente que organizarían y potencialmente expandirían los acuerdos entre Israel y los países de la región.
La cantidad de muertos que dejó la última ofensiva en Gaza resonó con fuerza en el público árabe, incluso en los países que ya firmaron acuerdos con Israel.
Dos personas familiarizadas con el asunto confirmaron que Shapiro estaba siendo considerado para el puesto, como informó en primera instancia The Washington Post. Hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a dar declaraciones públicas al respecto.
Los funcionarios estadounidenses también están trabajando para fomentar el intercambio comercial, educativo y otras relaciones entre los cuatro estados árabes e Israel. Esperan que el éxito en esas áreas promueva los acuerdos bilaterales en la región.
El año pasado, los Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en el primer país árabe en más de dos décadas en establecer vínculos con Israel, después de Egipto y Jordania en 1979 y 1994, respectivamente. Fue un movimiento al que los palestinos vieron como una traición.
Los Acuerdos de Abraham incluyen una declaración general de apoyo a las relaciones pacíficas en Oriente Medio entre judíos, musulmanes y cristianos, todos seguidores de religiones vinculadas al patriarca Abraham. La administración Trump vio en esos acuerdos una forma de allanar el camino hacia lazos plenos con Israel, incluida la cooperación en seguridad e inteligencia para contrarrestar a rivales comunes tales como Irán.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes esta semana que esos acuerdos fueron «un logro importante que no solo apoyamos, sino que nos gustaría continuar”.
Los opositores a estos acuerdos argumentan que socavan la unidad árabe respecto a reconocer a Israel solo cuando se reanuden las conversaciones de paz de forma seria con los palestinos que conduzcan a concesiones tangibles.
La administración Trump vio en los Acuerdos de Abraham una forma de allanar el camino hacia lazos plenos con Israel, incluida la cooperación en seguridad e inteligencia para contrarrestar a rivales comunes como Irán.
«Estos acuerdos nunca estuvieron relacionados con el proceso de paz», dijo Marwan Muasher, un ex ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, quien acusa al primer ministro Benjamín Netanyahu de considerar los acuerdos como una alternativa al establecimiento de la paz con los palestinos.
“¿Fueron útiles para el proceso de paz? No, no lo fueron”, agregó Muasher. «Le dieron a Israel la falsa impresión de que puede forjar acuerdos de paz con los estados árabes como sustituto de llegar a un acuerdo con los palestinos».
Quienes están a favor de esos acuerdos, sostienen que aislar a Israel no ha logrado superar décadas de estancamiento en la demanda de los palestinos de su propio estado con su capital en Jerusalem Este.
Antes de que se produzcan avances en los nuevos esfuerzos diplomáticos en torno a los acuerdos, es necesario que se visualicen desarrollos políticos y pragmáticos en la región. Los ojos están puestos en Israel en este momento para ver cómo un posible nuevo gobierno de coalición pueda afectar las relaciones israelo-palestinas, especialmente después de la guerra de Gaza.
La Knesset tiene planificado votar el próximo domingo la confirmación del nuevo gobierno y el fin del gobierno de 12 años ininterrumpidos del primer ministro Benjamín Netanyahu. Si lo hace, el líder del partido Yamina, Naftali Bennett, quien se opone a la formación de un estado palestino, se convertirá en el nuevo primer ministro.
Los acuerdos firmados por las cuatro naciones árabes hasta ahora parecen sólidamente vigentes a pesar de la tensión de la guerra del mes pasado. También lo hacen los grandes incentivos que la administración Trump lanzó para ayudar a cerrar esos acuerdos, como el reconocimiento de Estados Unidos del territorio en disputa del Sahara Occidental para Marruecos.
En los Emiratos Árabes Unidos, centro financiero del Golfo Pérsico, que ha sido el más entusiasta por establecer vínculos con Israel, el analista político Abdulkhaleq Abdulla señaló que el gobierno está estudiando el sentimiento del público, pero que también puede controlar la calle y desafiar cualquier oposición pública que exista. “Los Emiratos Árabes Unidos han tomado esta decisión. Sabían exactamente dónde estaban y conocían el riesgo. No van a retroceder”, indicó.

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