“Nunca es tarde»: un académico estadounidense inmigró a Israel a los 92 años

COMUNIDAD, Israel

El profesor Soches momentos antes del vuelo: «Hago aliá a la Tierra de Israel».
Sivan Hilai, Itamar Eichner – Adaptado por Leandro Fleischer|
Después de años de espera, el profesor Shlomo Soches, de 92 años, decidió hacer aliá (emigrar a Israel) desde California, Estados Unidos. El emocionante encuentro con sus hijos y nietos en el aeropuerto incluyó abrazos y lágrimas. «Nunca es demasiado tarde, insto a los judíos de la diáspora a emigrar a Israel», expresó. Desde el aeropuerto, Soches se dirigió hasta la casa que compró en Beit Shemesh, donde espera establecerse y comenzar su nueva vida.
Soches nació en Nueva York en 1929 y quedó huérfano a los 11 años. Perdió a su esposa hace 35 años. Luego se mudó a California, donde estudió hasta convertirse en profesor de matemáticas. Ejerció como docente en la Universidad de California hasta que emigró a Israel el miércoles.

Emotivo reencuentro entre el profesor Soches y su familia en el Aeropuerto Ben-Gurion. (Yair Sagi)
Soches era considerado el profesor de matemáticas más longevo de Estados Unidos. Y no conforme con eso, a los 85 años también se licenció en derecho, por curiosidad e interés. En su tiempo libre, Soches trabaja en el rubro de los bienes raíces y monta en bicicleta.
A pesar de las dificultades, decidió hacer realidad su sueño, dejar la universidad, a los estudiantes y a los amigos en California y emigrar a Israel, donde dice que está su corazón y la mayoría de sus hijos y nietos. «Estoy muy emocionado de estar en la Tierra de Israel con mi familia», dijo. «Este es un momento muy emocionante para mí, ya que pude inmigrar después de todos los años que he apoyado a Israel y he visitado el país. Vivir aquí es una bendición y nunca es demasiado tarde». Y añadió: «Insto a los judíos de la diáspora a que emigren a Israel».
Su nieto, Yosef Kandyati, dijo que a lo largo de los años, su abuelo fue un gran partidario de Israel. «Es muy sionista», expresó. «Solo compra autos Ford, porque eran los únicos que vendían vehículos a Israel en 1948. Apoyó a sus hijos cuando querían emigrar a Israel y ahora ha venido a construir una nueva vida aquí», añadió.
Kandyati afirmó que su abuelo “estaba muy emocionado y lloró. Este era un sueño que había tenido durante mucho tiempo. Me alegro de que se haya hecho realidad».

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