Cancillería : “En este Día Internacional, no sólo se busca recordar, sino también reconocer a aquellas personas que han contribuido a resguardar el derecho a la memoria”

Antisemitismo, COMUNIDAD

Se ofrece a continuación el discurso de la Embajadora Gloria Navarrete en su calidad de Subsecretaria (S) del Ministerio de RR.EE. en el acto del Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto:

“Es un honor estar con ustedes hoy, día en que se conmemora la liberación del campo de

concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau por las tropas soviéticas en 1945. El

Holocausto o Shoá, el genocidio más terrible de la historia de la humanidad, cobró más de 11

millones de vidas, de las cuales, 6 millones eran judías. Junto con ellas, también hubo víctimas de

los pueblos eslavos, romaníes, opositores al régimen nazi, homosexuales, discapacitados, entre

otras minorías.

Con el objeto de preservar a perpetuidad en la memoria de la comunidad internacional y advertir

los peligros del odio, fanatismo, racismo y prejuicios, la Asamblea General de las Naciones Unidas

proclamó oficialmente el 27 de enero como el “Día Internacional de Conmemoración Anual de las

Víctimas del Holocausto”.

Quiero agradecer a las organizaciones de la comunidad judía en Chile por su encomiable trabajo en preservar en nuestra memoria a las víctimas del holocausto, siendo esta ceremonia una prueba de su dedicación. Quisiera, además, extender un cálido saludo a los hombres y mujeres sobrevivientesde la Shoá, cuyas vidas y experiencias encarnan la fortaleza, valentía y resiliencia que hoy queremos destacar y transmitir.

En este día internacional, no sólo se busca recordar, sino también reconocer a aquellas personas

que han contribuido a resguardar el derecho a la memoria, con el fin de construir una sociedad

mejor. Por ello, rememoramos con orgullo a los chilenos María Edwards Mac-Clure y Samuel del

Campo, reconocidos como “Justos entre las Naciones” y quienes, con excepcional valentía y

desinterés, salvaron las vidas de tantos inocentes

Esta ceremonia es un ejercicio de la memoria, que responde a la responsabilidad colectiva de

abordar los traumas remanentes y de promover la educación en torno al Holocausto, con la finalidad de que estas atrocidades no vuelvan a ocurrir.

Tanto los Estados como la sociedad civil organizada y otros actores relevantes, debemos trabajar

para que toda manifestación de intolerancia, cualquier incitación al odio, acoso o violencia contra

personas o comunidades, basadas en su origen étnico, género, orientación sexual, ideas políticas o

creencias religiosas sean invalidadas, condenadas y eliminadas.

Es importante destacar los esfuerzos que el Estado de Chile ha desarrollado en esta materia.

Haciéndose eco en la necesidad de preservar una sana y plural convivencia, en julio de 2012, se

implementó la Ley N° 20.609 que establece medidas contra la Discriminación, sancionando aquellas conductas que impliquen actos de discriminación arbitraria con el agravante de que estas se funden en la religión, nacionalidad, raza, etnia, orientación sexual, entre otras, de las personas.

Nuestro país ha conocido de cerca espirales de odio y violencia que, en el pasado, culminaron con

la muerte de miles de compatriotas. Por ello, prevenir el surgimiento de ideas que nos dividen y que son vectores de odio, permite que se pueda asegurar el respeto de la tolerancia y abrazar la

diversidad como imperativo de unidad.

Considerando la importancia de la no repetición y de garantizar el pleno respeto y realización de

todas y todos, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el pasado 20 de enero el proyecto de resolución “Negación del Holocausto”, que tiene por objetivo proporcionar al sistema de Naciones Unidas y a sus Estados miembros, las herramientas necesarias para contrarrestar la

situación de negación del Holocausto.

En tal sentido, y observando la posición clara e irrestricta de nuestro país frente al fenómeno de

negación del Holocausto, Chile otorgó su copatrocinio a dicha resolución.

Tenemos el deber de prevenir el surgimiento de ideas donde prime la irracionalidad y la

discriminación; así como el de alentar a la promoción de la tolerancia sobre la base de principios

democráticos, de igualdad y de respeto irrestricto de los derechos humanos.

La liberación de Auschwitz, hace ya 77 años, nos recuerda a todos que no pueden ni deben repetirse los genocidios en ninguna parte del mundo. En consecuencia, rememorar estos episodios en una ceremonia como esta, es justo y esencial para evitar que situaciones como estas vuelvan a ocurrir.

Muchas gracias”.

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