¿Qué significará para las comunidades judías la polarización política de sus países en 2022?

COMUNIDAD, Mundo Judío, Opinión

Liat Altman *|

Los países latinoamericanos han luchado con las presiones económicas que comenzaron antes de la pandemia del COVID-19 y se agravaron con la crisis sanitaria. Además, la polarización política parece haberse extendido en toda la región, con elecciones que parecen favorecer a los candidatos populistas de izquierda y derecha.

¿Qué significará todo esto para las comunidades judías de la región en 2022?

Las comunidades judías de América latina experimentan los mismos desafíos y oportunidades que sus conciudadanos, y no son las únicas que se preguntan cómo las afectarán estos cambios políticos. Las comunidades judías locales organizadas son apolíticas y buscan trabajar con todos los gobiernos, independientemente de su ideología política. Cuestiones como la seguridad, la estabilidad económica, la salud, la educación y los derechos humanos básicos son fundamentales en la agenda de todos los judíos latinoamericanos. Las instituciones judías luchan activamente contra el antisemitismo, la discriminación, la xenofobia y el racismo. También trabajan para fortalecer las relaciones con Israel, hacer frente al movimiento BDS, luchar contra el terrorismo y asegurar las libertades religiosas.

Desafíos políticos

En 2021 se efectuaron polémicas elecciones en Ecuador, Perú, Chile y Honduras, en las que las tensiones entre los candidatos populistas de izquierda y derecha pusieron de manifiesto la polarización política de la población y los retos de gobernar. En 2022, se celebrarán elecciones clave en Brasil y Colombia, dos países que también podrían mover el péndulo político de la derecha a la izquierda e incrementar los temores de una alianza con el régimen populista de Venezuela.

Aunque cada país tiene que enfrentar sus propios problemas, podemos afirmar que históricamente las divisiones políticas y las sociedades polarizadas han sido perjudiciales para el bienestar de las comunidades judías en América Latina y en todo el mundo, y el aumento de la inestabilidad puede afectar la seguridad individual y comunitaria, así como los patrones de migración.

Influencia de Irán y Hezbolá

La influencia de Irán y Hezbolá, que presuntamente desarrolla actividades de lavado de dinero del narcotráfico en algunos lugares de América Latina, sigue siendo una amenaza constante para las comunidades judías, ya que estas entidades tienen un largo historial de conspiraciones violentas contra objetivos judíos en todo el mundo. Si bien históricamente la actividad de Hezbolá se centró principalmente en la Triple Frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil, ahora algunos analistas afirman que dichas operaciones se han expandido a otros países, entre ellos Venezuela.

La Liga Antidifmación (ADL) ha apoyado durante mucho tiempo los esfuerzos para presionar a los gobiernos latinoamericanos a que impidan que los extremistas islámicos operen en sus fronteras y para que designen plenamente a Hezbolá como organización terrorista. En 2021, muchos gobiernos —entre ellos Argentina, Paraguay, Colombia, Guatemala y Honduras— señalaron a Hezbolá como organización terrorista, y lo mismo hizo la Organización de Estados Americanos.

 

Los dos atentados terroristas en Argentina, a principios de la década de 1990, que se cree que fueron perpetrados por Hezbolá con el apoyo de Irán, además del presunto asesinato hace siete años de Alberto Nisman, el fiscal del caso del atentado de la AMIA, siguen oscureciendo el pasado y presente de Argentina. El regreso de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la política aumentó las tensiones con la comunidad judía argentina, que sigue oponiéndose al Memorándum de Entendimiento que Kirchner firmó con Irán y que, básicamente, absuelve a este país de la responsabilidad de los atentados.

Dos miembros del gabinete iraní en la administración de Ebrahim Raisi, Ahmed Vahidi y Moshen Rezaei, tienen en su contra alertas rojas de Interpol emitidas por el sistema judicial argentino por su presunto papel en el ataque a la AMIA. Si bien el gobierno de Argentina ha condenado a esos ministros y recientemente repudió la presencia de Rezaei en la investidura del autócrata nicaragüense Daniel Ortega, es cuestionable la efectividad de Argentina para actuar sobre esas alertas e impedir que Vahidi y Rezaei viajen libremente por la región.

Adopción de la definición de la IHRA

En 2019, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), anunció la adopción por parte de la OEA de la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés). Ese fue un momento fundamental para la región y representa una oportunidad para que otros países adopten la IHRA a fin de proporcionar una guía a los sistemas judiciales de la región para entender mejor los supuestos incidentes antisemitas y antisionistas en sus países. Ya hemos visto algunos avances en la región: el gobierno de Uruguay adoptó la definición de la IHRA en el 75º aniversario de la Liberación de Auschwitz. Argentina y Guatemala también han adoptado la definición y Brasil se unió a la IHRA como estado observador en noviembre de 2021.

Relaciones con Israel

Las comunidades judías de América Latina son apasionadamente sionistas, con una fuerte lealtad a sus países de origen y afinidad con el Estado de Israel. Los temas en torno del conflicto palestino-israelí y los problemas más amplios del Medio Oriente afectan directamente a las comunidades judías de la región, con notables picos de incidentes antisemitas cuando aumentan las tensiones, como sucedió en mayo de 2021 durante el conflicto entre Israel y Hamás.

Guatemala y Honduras son los únicos países de la región que tienen sus embajadas en Jerusalem. Paraguay trasladó brevemente su embajada en mayo de 2018, bajo la presidencia de Horacio Cartes, pero la medida fue revertida unos meses después por el presidente Mario Abdo Benítez. Brasil ha indicado su voluntad de trasladar su embajada, pero aún no ha implementado la decisión.

Deslegitimación de Israel

El movimiento BDS y otras formas de deslegitimación de Israel aún no han tenido un impacto significativo en América Latina, excepto en Venezuela y Chile, que tiene la mayor comunidad palestina fuera del Medio Oriente, con aproximadamente 400.000 personas. La comunidad judía en Chile está conformada por aproximadamente 17.000 personas. En general, estas comunidades han convivido en armonía. Sin embargo, un vehemente grupo antiisraelí dirigido por la Federación Palestina de Chile lidera una sistemática campaña para deslegitimar al Estado de Israel, con propuestas como el proyecto de ley que pretende despojar de la ciudadanía chilena a cualquier adulto que se presente voluntario para servir en el ejército israelí.  Además, hay un proyecto de ley pendiente en el Congreso para penalizar a personas y empresas que hagan negocios en «asentamientos ilegales en territorios ocupados», refiriéndose a los territorios palestinos. Lamentablemente, el recién elegido presidente de Chile, Gabriel Boric, apoya dicho proyecto de ley y en el pasado ha hecho declaraciones problemáticas afirmando que Israel es un estado genocida y responsabilizando a la comunidad judía local para exigir a Israel la devolución de las tierras palestinas. Esperamos que el gobierno de Boric entienda que tales declaraciones y acciones pueden fomentar las expresiones de antisemitismo y poner en peligro a la comunidad judía local.

Actitudes e incidentes antisemitas

En octubre de 2021, la región marcó un hito importante cuando la OEA nombró a Fernando Lottenberg como su primer Comisionado para el Monitoreo y la Lucha contra el Antisemitismo, un nombramiento que la ADL acogió con gran satisfacción.

Aunque no existe una base de datos centralizada de incidentes antisemitas en toda América Latina, la ADL monitorea y condena el antisemitismo, incluidos los casos de glorificación y analogías del Holocausto; los ataques verbales dirigidos contra judíos, el vandalismo en los cementerios, los insultos proferidos en partidos de fútbol, el acoso en línea, el antisemitismo en español en Facebook y otras preocupantes manifestaciones de odio.

En 2022, la ADL seguirá trabajando con las comunidades judías de América Latina para luchar contra el antisemitismo y el odio en toda la región.

(*) Liat Altman es directora de Asuntos Latinoamericanos de la Liga Antidifamación (ADL). Puede seguir a ADL en español en @ADL_es

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