Gerardo Gorodischer : “Este trabajo lo hacemos todos juntos”

Chile, COMUNIDAD

Desde hace 115 años, la CJCH ha representado a los judíos chilenos, tanto en nuestro país como en instancias internacionales.
En palabras de su presidente, Gerardo Gorodischer, ahora corresponde asumir los desafíos que impone el actual momento histórico de transformación. “No podemos estar ajenos a los cambios que vive Chile. Debemos entender este nuevo escenario social, político, cultural y económico, para asumir las tareas desde otra perspectiva. Como institución estamos adaptándonos y trabajando para los nuevos tiempos, y necesitamos hacerlo en conjunto con todas las comunidades”, afirma.

¿Cómo se materializa eso?
El año pasado hicimos el primer Análisis Comunitario Estratégico (ACE), centrado inicialmente en la precarización que afectó a muchos miembros de la comunidad tras el estallido social y la pandemia. Fue un trabajo comunitario de gran impacto y relevancia.

¿Cómo surge y para qué?
En conjunto con el actual Directorio determinamos que debíamos trabajar para el largo plazo, mucho más allá del periodo que corresponda a un presidente y del grupo acotado de directores, por lo cual, junto al Joint, estamos rediseñando la forma de operar. Este trabajo con el Joint ha sido extremadamente importante para la gestión presente y futura de la CJCH.
En esa línea y respondiendo a las urgencias, empezamos con un ACE que nos diera luces sobre cómo la crisis estaba afectando a nuestros miembros. Ese diagnóstico permitió levantar una potente campaña para apoyar a quienes lo necesitaban y la respuesta fue extremadamente positiva. Hubo muchas personas dispuestas a ayudar a quienes, por ejemplo, perdieron sus fuentes de trabajo. Otro aspecto a destacar fue el esfuerzo unido de las instituciones: convocamos y trabajamos para lograr un objetivo común. La CJCH, a través de su vicepresidenta, Jackie Rosenberg, lideró el proceso en que se produjo un círculo virtuoso entre donantes y comunidades. Cabe destacar a Reshet, que canalizó los recursos. El resultado superó nuestras expectativas. Fue algo realmente sobrecogedor, que confirma que juntos podemos enfrentar grandes dificultades.

¿Vienen nuevos análisis?
Como dije, el objetivo del ACE es delinear el quehacer de la comunidad en el futuro, con todas las instituciones, y no solo por un periodo, o desde la mirada de un Directorio. Por eso, seguiremos trabajando con el Joint: este Análisis Comunitario Estratégico es una herramienta que permite estar atentos a la realidad de los miembros de la comunidad. Además de esto, nos hemos reunido con organizaciones de la Región para compartir buenas prácticas y abriremos nuevas mesas de trabajo en función de lo que sea atingente a todas las instituciones comunitarias y los judíos de Chile, que son nuestra razón de ser.

¿Cómo ha tomado la invitación de Luis Almagro, Secretario General de la OEA para formar parte del Comité Asesor del “Comisionado para el Monitoreo y Combate del Antisemitismo en las Américas”, creado el año pasado y encabezado por Fernando Lottenberg?
Aportar a la lucha contra el antisemitismo es sin duda una tremenda responsabilidad. Se nos ha encomendado entregar información actualizada de expresiones de antisemitismo y recomendar acciones para abordarlas y tenemos que estar a la altura.
En ese sentido creo que estamos en un buen pie, porque durante 2021 empezamos a aplicar distintas encuestas y a realizar estudios sobre la percepción del antisemitismo en jóvenes de Chile, judíos, elites y sociedad en general.

¿Cuáles son las principales conclusiones que arrojan?
Lo que se ve es que en general los chilenos expresan que sienten que hay distintos grupos que son víctimas de discriminación: homosexuales, mapuches, personas con discapacidad, entre otros.
Los judíos, como minoría, también somos parte de eso. De hecho, un 53% de judíos dice haberse sentido discriminado por su identidad, lo que podemos interpretar como una de las distintas formas que toma la discriminación, según lo expresado más arriba.
Como CJCH, lógicamente nos abocamos a combatir este tipo de discriminación, entendiendo que existen muchas otras manifestaciones en contra de otros grupos. El antisemitismo, y la percepción que exista sobre éste, son una preocupación constante y parte central de nuestro quehacer, por lo cual generamos instancias de acercamiento con la sociedad. Lo que buscamos es dar a conocer los valores universales del judaísmo, los aportes de los judíos a nuestro país. Es por eso que llevamos parte de nuestra historia y tradiciones a espacios políticos y sociales, como lo son Janucá en La Moneda, Tefilá por Chile y el Día de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto en la Cancillería.

¿Hay aspectos de la encuesta que lo hayan sorprendido positivamente?
Sí. Se puede destacar que un 31% de jóvenes (no judíos), entre 15 y 35 años, saben que en el Holocausto fueron asesinados 6 millones de judíos; un 28% afirma que fueron más; sólo un 10% pensaba que era menor a ello. Otra sorpresa es que un 71% de los encuestados considera que, en Chile, entre judíos y palestinos hay un conflicto “menor” o “no hay conflicto”.
De la encuesta se puede inferir que hay un mayor conocimiento de la identidad judía entre los jóvenes.
Y en esto hay que hacer un reconocimiento. Todas las organizaciones comunitarias están aportando de una u otra forma a la difusión de nuestra cultura, y eso se valora y agradece. Hay instituciones que se están abocando exclusivamente a educar, transmitir nuestra historia, como el Museo Interactivo Judío, Memoria Viva, así como también a acercar a nuestra comunidad a la sociedad chilena, como el caso del Centro Médico Israelita, la Bomba Israel, entre muchos otros.

La encuesta es ciertamente un buen instrumento para adelantarse, pero siguen presentándose situaciones muy lamentables e inesperadas como la apología a Göring en El Mercurio, el veto a Puerto Ideas, posiciones a favor del BDS, o las virulentas reacciones que se hacen en RR.SS en relación con el conflicto palestino – israelí, entre otras. ¿Cómo enfrentan lo imprevisible?
Cuando ocurren hechos de esa naturaleza, nos reunimos con las personas o instituciones que han afectado la dignidad de nuestra comunidad, así como también con aquellos que se han sentido afectados. Muchas veces no damos a las reuniones una connotación pública porque, en ocasiones, sólo se logra dar mayor visibilidad a temas que pueden mantenerse en un margen de control.
Ahora bien, de lo que mencionas, algunas cosas se desprenden de posiciones más antiisraelíes. Por ello, es extremadamente complejo liderar un ente representativo de la comunidad en lo que se relaciona con Israel, porque somos muy diversos. Hay quienes esperan que nos manifestemos públicamente, que hagamos un trabajo diplomático en esta materia. Algunos esperan declaraciones favorables a las acciones de Israel, mientras otros esperan que seamos críticos, pero es importante que todos entendamos que la representación política la hace la Embajada. En este sentido, el trabajo de la Embajadora Marina Rosenberg ha sido realmente notable, un lujo, y nos complementamos en la misión que cada uno tiene.
Para ser más claros, nosotros somos judíos chilenos y amamos, apoyamos y defendemos al Estado de Israel y nuestra ocupación es que las situaciones de conflicto que ocurran en la Zona, no afecten a la comunidad local.
Si una situación va más allá de la política israelí -sobre lo cual no tenemos injerencia- y puede afectarnos en Chile en forma de antisemitismo, es cuando debemos desplegarnos con fuerza, porque finalmente, nuestro trabajo permanente es luchar contra el antisemitismo y batallar contra quienes instalen ideas de odio en contra de los judíos.

Hablando de esto. En febrero se cumplieron 73 años desde que Chile reconociera la existencia del Estado de Israel ¿Cómo ve la evolución de esta relación bilateral?
Las relaciones bilaterales se han fortalecido. Debemos recordar que la Primer Ministro Golda Meir y el canciller y Premio Nóbel de la Paz Shimón Peres, visitaron nuestro país y que, en 2010, Sebastián Piñera fue el primer Presidente de Chile en realizar una visita oficial a Israel.

Esto expresa la importancia de miradas de largo plazo que van más allá de la política y los gobiernos, pues buscan el bienestar de dos pueblos.
En estos 73 años ha habido intercambios valiosos para ambos países. De hecho, nos satisface que exista una relación política, cultural, comercial y de cooperación, representada en Acuerdos entre organismos chilenos e israelíes (CORFO, ministerios, universidades, hermanamiento de ciudades) para colaborar y hacer transferencia en materias de innovación, ciencia, tecnología, energía y recursos hídricos, entre muchos otros.

 

Desafíos 2022
¿Cuáles son los principales desafíos delineados para este año?
A nivel interno, debemos entender que el 19 diciembre se eligió una nueva generación que liderara el país, y por lo tanto los jóvenes judíos también deben tomar roles preponderantes en el quehacer comunitario. Por eso desde diciembre del año pasado estamos trabajando con un grupo de jóvenes para abordar nuevas temáticas de interés, generar diagnósticos de realidades nacionales, y lo que ello implica para los judíos en Chile e Israel.
En esta dirección, es imperativo que el próximo año dejemos instalado un nuevo directorio, en manos de una savia nueva, que aporte con su conocimiento de esta nueva realidad y a la que podamos transferir nuestras experiencias: hablo de un aprendizaje conjunto para que la dirigencia judía se renueve y mejore progresivamente.
Por otra parte, tenemos una tarea fundamental: trabajar juntos. A nivel comunitario, todas las instituciones hacen trabajos maravillosos. Ser presidente permite ver los esfuerzos de todos los estamentos de colegios, sinagogas, agrupaciones y comunidades en general. Lo que debemos hacer es trabajar juntos, como lo hicimos para abordar la crisis de la pandemia. Que la unión hace la fuerza no es un simple cliché. Pasó el tiempo de replicar: necesitamos trabajar para sumar. Sólo de esa forma representaremos con más fuerza a los judíos de Chile.
A nivel de los miembros de la comunidad, es importante que cada uno de nosotros se comprometa con dar el ejemplo en materia de respeto. Respetar y ser respetado, y hacer ver a quienes nos rodean, que nadie debe ser discriminado. Como judíos el llamado es a que las sanas y legítimas diferencias, no nos alejen de nuestros objetivos comunes.
En este frente interno, también queremos convocar a quienes quizás no están involucrados en la institucionalidad, pero que representan miradas nuevas o distintas que necesitamos integrar al trabajo comunitario. Hacemos una invitación a exponer todos los puntos de vistas, porque son valiosos y deben ser considerados.
Por último -esperemos que no- siempre pueden venir momentos difíciles y es ahí cuando necesitamos estar alineados. Es fundamental que los miembros de la comunidad hagamos juicios en su justa medida. A veces -con razón- reaccionamos ante situaciones que no revisten la gravedad ni la alta connotación social que sentimos; lamentablemente muchas veces somos nosotros mismos los que levantamos temas que terminan perjudicándonos. Es necesario que distingamos lo importante de lo urgente y descartemos temas que pueden ser un boomerang.

¿Y a nivel externo qué se han planteado como dirigencia?
Bueno, hemos visto que algunos de los nuevos liderazgos han mostrado tener juicios equivocados sobre los judíos o sobre Israel . Es por eso que debemos estar atentos. Lo importarte es mantener siempre en mente que el antiisraelismo puede generar antisemitismo, y por eso debemos saber transmitir el vínculo ancestral con Israel y su legítima existencia y derecho a defensa, pero eso no significa que las acciones de uno u otro gobierno, afecten la sana convivencia de los judíos en la sociedad.
Asociado a ello, necesitamos tender puentes con las nuevas autoridades. Lo hemos hecho siempre, abriendo espacios con líderes políticos, sociales y culturales. Ahora debemos empezar una nueva etapa y redoblar los esfuerzos.
Finalmente, quiero invitar a todos los miembros de la comunidad y a todas las instituciones, a que se sientan parte de nuestra misión: “fomentar la vida comunitaria en el largo plazo, a partir de un desarrollo inclusivo y valórico, fortaleciendo los vínculos con el Estado de Israel y promoviendo la unidad y participación para ser un aporte a nuestro país”.
Reitero: estos dos años hemos trabajado juntos y logrado cosas importantes. Debemos instalar esa forma de relacionarnos. Trabajemos juntos, porque ¡el trabajo lo tenemos que hacer todos, y todos los días.

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