Máximas autoridades israelíes honran la memoria de los que perecieron en el Holocausto

COMUNIDAD, Israel

El primer ministro Naftalí Bennett habla en la ceremonia anual «Todo hombre tiene un nombre”. (Yoav Dudkevitch)

Haim Goldich, Itamar Eichner – Adaptado por Adrián Olstein
os más altos funcionarios del Estado participaron esta mañana (jueves) de la ceremonia anual «Todo hombre tiene un nombre» en el Salón Chagall de la Knesset para honrar la memoria de las víctimas del Holocausto.
El primero en dirigirse al público fue el primer ministro Naftalí Bennett, quien contó la historia del abuelo de su esposa Gilat.
«El abuelo Eli tenía 15 años, era el hijo mayor de su madre Gietel y su padre Moshe Rudsienak, y tenía dos hermanos menores, Saul y Jacob. Tras diez días de empezada la Segunda Guerra Mundial, los alemanes ordenaron a los hombres que se reunieran en la plaza del pueblo. Eli tomó a su padre de la mano, rogándole que no fuera: ‘Papá, los alemanes te van a matar’. El padre insistió y dijo: ‘En la guerra anterior también pasó, los alemanes invadieron la zona y nos pidieron que cosecharamos papas. Dentro de todo, se comportaron bien'», abrió Bennett a su turno.
“Entonces, el padre se soltó del brazo de su hijo. Corrió hacia los camiones que ya habían comenzado a moverse y les gritó para que lo esperaran. Esa fue la última vez que Eli y su familia vieron a su padre. Después de la guerra, Eli se casó con Clara, una hermosa mujer judía, que también fue la única sobreviviente de su familia, y tuvieron dos hijos, Moshe y David. Emigraron a Israel en 1957. Mi hija Michal-Clara lleva el nombre de la abuela Clara y mi hija Abigail-Elia lleva el nombre del abuelo Eli. Que su recuerdo sea una bendición».
El presidente Isaac Herzog leyó los nombres de los familiares asesinados en el Holocausto y compartió brevemente sus historias individuales. «En su memoria. En memoria de los 10.000 judíos del gueto de Łomża en Polonia, asesinados y masacrados y exiliados a Auschwitz en enero de 1943, como corderos al matadero. Łomża fue el lugar de nacimiento de mi abuelo, el rabino Yitzhak Isaac HaLevi Herzog, y donde una gloriosa comunidad judía había florecido durante siglos», expresó.

Presidente Isaac Herzog. (Yoav Dudkevitch)
«En memoria de la familia del tío de mi difunta madre Aura Herzog, el difunto profesor Hersch Lauterpacht de Lviv, el único sobreviviente de su familia, quien se convirtió en fiscal en los juicios de Nuremberg en nombre de los aliados y uno de los fundadores de la moderna ley internacional. En memoria de la tía de mi difunto padre Jaim Herzog, Sonia Epstein, y de su esposo y su hijo. En memoria del tío de mi difunta suegra Tzvia Afek, Yaakov Rodetsky, de la ciudad de Ruzhany en Polonia, quien se ahogó a bordo del barco de refugiados Struma en febrero de 1942. En memoria del abuelo y la abuela de mi difunto suegro Shaul Afek, Yaakov Meir Pinchuk y su esposa Batya-Leah, de la ciudad de Kobryn, entonces en Polonia y ahora en Bielorrusia”, repasó Herzog.
El presidente israelí contó luego la historia de una prima de su padre. “En memoria de Annette Goldberg, Herzog de soltera, de 21 años, de París. Annette fue capturada en la frontera entre la Francia ocupada y la Francia de Vichy y encarcelada en el campo de internamiento de Drancy, cerca de París, en agosto de 1942. Al mes siguiente, fue cargada en un vagón de ganado a Auschwitz, donde fue asesinada. Tiró del carruaje una carta, garabateada a lápiz, para su madre, la tía Esther, escondida en París. Los granjeros encontraron la carta y se la pasaron de contrabando a su madre. Annette terminó su carta con las palabras: ‘No te desesperes, madre, no te vuelvas adicta al dolor. Estoy llena de coraje y esperanza. Hay miles como yo. Espérame, mi querida madre’. La tía Esther esperó y esperó por ella, creyendo que volvería, hasta el día de su muerte. Que sus recuerdos sean una bendición».
El líder opositor Benjamín Netanyahu dedicó su discurso a la familia de su suegro que pereció íntegramente en el genocidio nazi. «Mi suegro, el difunto Shmuel Ben-Arzi, era un hombre de letras, un educador y un gran maestro. Era un estudioso de la Biblia, escritor y poeta», señaló.

Líder de la oposición, Benjamín Netanyahu. (Canal de la Knesset)
«Shmuel emigró a Israel cuando era adolescente en 1933 desde Polonia. Su padre lo persiguió hasta la estación de tren y trató de persuadirlo de que no emigrara. Shmuel hizo aliá porque era sionista. Enviaba remesas a su familia, pero el vínculo se cortó con el estallido de la guerra. La familia de mi suegro de Bilgoraj, Polonia, pereció en el Holocausto», contó Netanyahu.
Más temprano el miércoles, los israelíes permanecieron en silencio mientras se escuchaba una sirena de dos minutos en todo el país, en recuerdo de las seis millones de víctimas judías del Holocausto.
Los peatones se pararon en su lugar, los autobuses se detuvieron en calles concurridas y los autos se detuvieron en las principales autopistas, sus conductores parados en las carreteras con la cabeza gacha.
En hogares y negocios, la gente dejó de hacer lo que hacía para rendir homenaje a las víctimas del genocidio nazi, en el que fue aniquilada una tercera parte de la comunidad judía mundial.

Playa de Tel Aviv durante la sirena en memoria de las víctimas del Holocausto. (Motti Kimichi)
Luego siguió una ceremonia de colocación de una ofrenda floral en el monumento conmemorativo de Yad Vashem, con la asistencia de líderes israelíes, incluidos el primer ministro Bennett y el presidente Herzog, así como sobrevivientes del Holocausto. Otras ceremonias, oraciones y actuaciones musicales tuvieron lugar en escuelas, centros comunitarios y bases militares de todo el país.
Previamente, la presidenta del Bundestag alemán Bärbel Bas, quien se encuentra en una visita de estado a Israel, y el presidente de la Knesset, Mickey Levy, participaron en una ceremonia de encendido de velas en la Knesset en Jerusalem.
“Inclino mi cabeza con humildad y vergüenza por las víctimas del Holocausto. No debemos olvidar y no olvidaremos”, dijo Bas. «De nuestra culpa histórica surge un compromiso. Debemos luchar resueltamente contra el antisemitismo en todas sus manifestaciones, y debemos preservar y revivir la memoria y transmitirla a las generaciones más jóvenes», expresó.
Las velas se colocaron en el vestíbulo de la Knesset y los miembros de la Knesset, ministros y jefes de estado encenderán velas adicionales a lo largo del día.
La presidenta del Bundestag alemán, Bärbel Bas, y el presidente de la Knesset, Mickey Levy, en la Knesset.

La presidenta del Bundestag alemán, Bärbel Bas, y el presidente de la Knesset, Mickey Levy, en la Knesset. (Yoav Dudkevitch)
El recuerdo anual es uno de los más solemnes en el calendario de Israel. Restaurantes, cafés y lugares de entretenimiento cierran, y la programación de radio y televisión se dedica casi exclusivamente a documentales sobre el Holocausto, entrevistas con sobrevivientes y música acorde. La bandera israelí flameaba en todos los mástiles a media asta.
El Holocausto está muy arraigado en la conciencia pública israelí. El estado se estableció en 1948, tres años después de que terminara el genocidio con la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, como un lugar de refugio para los judíos de todo el mundo. Cientos de miles de sobrevivientes del Holocausto que habían perdido a sus familias huyeron allí y lo convirtieron en su hogar.
Según el calendario hebreo, el Día de Conmemoración del Holocausto marca el aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia de 1943, el acto de resistencia judía más importante durante el Holocausto que ayudó a moldear la idiosincracia nacional de Israel, simbolizando la fuerza y la lucha por la libertad frente a la aniquilación.

 

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