La clave de la profecía de los rollos del Mar Muerto

COMUNIDAD, Israel

Enlace Judío México e Israel

Ciencias sociales y físicas se emplean para desentrañar los misterios de los famosos rollos del Mar Muerto. Para conocer más al respecto, conversamos con su custodio, el director del Santuario del Libro, Adolfo Roitman.

Como un río que se renueva, como un caudal que se transforma todo el tiempo, la historia antigua se sigue escribiendo cada día. Nuevas técnicas, ciencias físicas que confluyen con ciencias sociales y, sobre todo, el ímpetu de expertos e instituciones, siguen aportando cada día al descubrimiento, interpretación y divulgación de los famosos rollos del mar Muerto.

El doctor Adolfo Roitman, catedrático argentino israelí que desde 1994 dirige el Santuario del Libro en el Museo de Israel, se encuentra en México para dar una serie de conferencias, pero también para presentarnos la versión en español del primer libro de una colección que permitirá a los neófitos entender el contenido de los misteriosos manuscritos hallados en las cercanías de Qumrán.

Enlace Judío conversó con él, en exclusiva, para conocer más sobre los descubrimientos más recientes que se han hecho sobre los rollos, y que, como piezas de un inmenso rompecabezas, le van brindando a la humanidad, conforme se unen, nuevos elementos para integrar el espejo en que se refleja su cambiante imagen.

 

 

Nuevos descubrimientos

Resalta, “por un lado, el descubrimiento de nuevos materiales físicos”, como el “que llevó a cabo la Autoridad de Antigüedades de Israel en el año 2019, pero el anuncio recién fue hecho en marzo de 2021. Y este anuncio tenía que ver con unos fragmentos de un manuscrito bíblico escrito en griego, de partes o secciones de los profetas menores, más específicamente, del Libro de Zacarías y del Libro de Nahum, que fue hallado en una cueva en Nahal Hever, próximo al mar Muerto, que se llama “la Cueva del Horror”.

Agrega Roitman: “este descubrimiento, obviamente, después de tantos años que no se encontraba material bíblico, sacudió al mundo. Pero lo que resultó paradójico es que estos fragmentos eran de un documento que, fragmentos de ese mismo documento ya habían sido encontrados en el pasado.”

Primero, por beduinos en los años 50 y, una década más tarde, por arqueólogos israelíes, “y hoy sabemos que todos esos fragmentos formaban parte de un mismo documento, un documento que presenta la versión en griego, próxima pero no idéntica a la versión que nosotros conocíamos tradicionalmente de la Septuaginta, o la versión hecha por los judíos de Alejandría entre el siglo tercero y siglo primero.”

El hallazgo tiene una gran importancia histórica porque evidencia que “un rebelde de los que participaron en la revuelta de Bar Kojba, esa revuelta contra los romanos entre 132 y 135, debe haber llevado ese manuscrito consigo cuando entró a la cueva, lo que muestra en este caso es que, a pesar de ser judíos nacionalistas, podían llegar a tener o usar un texto, no en su lengua original, en hebreo, obviamente, sino en griego.”

Nuevas tecnologías

Pero no todos los descubrimientos tienen que ver con nuevos rollos o fragmentos de rollos, sino con textos que no eran visibles pero estaban ahí.

“Nuevas tecnologías se han utilizado y, en muchos casos, incluso, gracias a esas tecnologías, se puede recuperar textos desconocidos.”

Una de ellas es la imagen multiespectral. “Esa técnica permite recuperar palabras, texto que estuvo escrito, pero que la tinta desapareció, y que a los ojos de una persona el texto está en blanco, y que por lo tanto nadie pensaría que ahí hay un texto.”

Se trata de una técnica desarrollada por la NASA y que se utiliza normalmente para la “lectura” de imágenes satelitales, “y luego se decidió, por qué no, también utilizarlo para (leer) documentos. Y en este caso se han podido recuperar letras o palabras que estuvieron alguna vez en ese documento pero que, como dije, el ojo humano, incluso con la técnica de infrarrojo, no sabíamos que existía.”

Al estudio de los antiguos textos impresos en papiros y custodiados bajo la sombra por el tiempo se han sumado no solo filólogos, arqueólogos o teólogos, expertos en religiones comparadas como el propio Roitman, sino físicos y químicos que, “utilizando esta combinación de tecnologías avanzadas, permite recuperar la información presente en los rollos.”

La historia que nos cuentan

¿Pueden los antiguos rollos servir como evidencia de los relatos que contienen? “Los rollos del mar muerto, en este caso, no aportan nada en ese sentido”, aclara Roitman. Y ofrece un poco de historia para saber de qué se habla cuando se habla de los famosos rollos.

“Entre 1947 y 1956, en 11 cuevas próximas a este lugar tan famoso hoy, llamado Qumrán, en la costa noroccidental del mar Muerto, se hallaron aproximadamente unos 25 mil fragmentos que, una vez reconstruidos, tenemos en nuestras manos aproximadamente unos mil documentos.”

De esos, “unos 200 documentos son copias de la Biblia hebrea más antigua del mundo. Pero lo que tenemos son testimonios antiguos de un libro que conocíamos, como es por ejemplo el libro del Génesis o del Libro de Isaías, las copias más antiguas que tenemos llegan al siglo tercero, pero en última instancia, son copias de un libro que nosotros conocíamos.”

Pero la esperanza de hallar nuevos textos sigue en pie. “La prueba está en que las últimas búsquedas llevadas a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel tuvieron un resultado positivo, y en los últimos dos, tres años, estas búsquedas se han vuelto más intensas, porque se llegó a la conclusión de que es imposible evitar el robo de antigüedades por parte de los beduinos, y la única manera es que los arqueólogos lleguen antes.”

A 75 años de su descubrimiento

Cada año, en Israel, se elige el mes de noviembre para celebrar el descubrimiento de los Rollos del mar Muerto, “porque el 29 de noviembre de 1947, uno de los primeros arqueólogos del movimiento sionista, Eliezer Lipa Sukenik, el padre del gran arqueólogo israelí Yigael Yadin, compra dos de los tres Rollos del mar Muerto a un comerciante de antigüedades de Belén para la Universidad Hebrea de Jerusalén, y luego compró una tercer copia en diciembre de 1947.”

Desde su privilegiada posición en el Museo de Israel, Roitman pensó que la mejor manera de festejar el 75 aniversario del descubrimiento era, justamente, con libros. “Propuse al entonces director general del museo que llegó el momento de comenzar una serie editorial que, por primera vez en el mundo, permita a una persona no experta en los rollos poder entender lo que dicen.”

Porque, según explica, entre las decenas o cientos de ediciones que se han publicado en diversas lenguas de estos textos, ninguna está pensada en personas comunes y corrientes. “Solamente filólogos, teólogos, biblistas, están capacitados para leer esos libros.”

Los textos originales están escritos casi todos en hebreo, aunque también hay algunos en arameo y en griego, y aunque han sido traducidos a muchos idiomas, “si uno no entiende el contexto histórico, social, político, religioso, económico, mental de los hombres (de aquel tiempo y lugar), el texto es incomprensible. Entonces, nosotros decidimos lanzar este proyecto.”

El primer tomo

El primer tomo de la colección ha llegado a México de las manos de Roitman. Lo sostiene en el regazo mientras narra para nuestras cámaras que “lo llamamos El Pesher Habacuc: la clave de la profecía de los rollos del mar muerto. El texto originalmente fue escrito en hebreo, ya está a la venta en el Museo de Israel. La versión en inglés será enviada a prensa en las próximas dos, tres semanas, y la versión en español la acabo de lanzar en Madrid hace tres semanas atrás, y precisamente, en este viaje a México, también es la oportunidad para dar el anuncio.”

Roitman es el editor general de la colección y escribió en ensayo preliminar de este primer tomo, pero no es el autor del libro, que fue un “muy importante qumranólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, profesor Noam Mizrahi, y creo que realmente hizo un trabajo fantástico, porque lo que hizo es sintetizar ya 75 años de investigación, en un texto que realmente puede ser entendido por cualquier persona.”

El Pesher Habacuc

Los editores de la colección decidieron comenzarla con el Comentario o Pesher Habacuc por varias razones. “En primer término, porque es uno de los rollos que están en la colección del Santuario del Libro. De esos mil documentos que mencioné, el Santuario del Libro tiene ocho rollos del Mar Muerto, pero esos ocho son los mejor preservados y más completos del mundo. Aproximadamente, tenemos un 25% de los rollos existentes. Y entre esos rollos, el Pesher o Comentario de Habacuc, nosotros tenemos la única copia existente en el mundo.”

Pero también porque “cuando se encontró, fue la primera vez que se tenía conocimiento de este género literario, los pesharim o comentarios, que es cómo la comunidad del mar Muerto o un grupo que dio nacimiento a esta comunidad, cómo ellos leyeron los oráculos del profeta Habacuc, que vivió hace 2600 años, antes de la destrucción del primer templo por los babilonios.”

Al interpretar dichos oráculos, aquellos hombres antiguos “proyectaron en ese comentario su realidad política, económica, social y religiosa. De esta manera, para nosotros es un documento excepcional que nos abre el conocimiento, no solo a la comunidad del mar Muerto sino del judaísmo intertestamentario.”

Pero los libros que están en la fila sin igualmente interesantes. “Tenemos en preparación La regla de comunidad, el Rollo del Templo, el Rollo de la Guerra (conocida como la Guerra de los hijos de la luz contra los hijos de la oscuridad), el Rollo Hodayot, el apócrifo del Génesis….”

Porque si bien el Santuario del Libro cuenta con pocas obras, estas son extensas. Roitman menciona con orgullo las dos copias del Libro de Isaías, una de las cuales es el único libro de la Biblia que se conserva completo, y el Rollo del Templo que, con sus ocho metros de longitud, es el más extenso de Qumrán, “así que todavía tenemos varios años de trabajo” por delante.

Durante su estancia en México, Roitman ofreció un seminario, en la Universidad Hebraica, sobre el fenómeno sectario y la identidad en el pasado y en el presente. También ofreció una conferencia en la Universidad Anáhuac, titulada “De Eva a María Magdalena”, en la que analiza los modelos de mujer en el judaísmo antiguo.

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